MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

Votar por una Marca



Me parece completamente irracional que la gente vote por un total desconocido, apenas porque “se lo dicen”. Se supone que la política es una ciencia, no una marca publicitaria. Pero, para un pueblo tan consumista… El mayor truco de magia es hacer que las personas dejen de prestarle atención al mago, y se vinculen al conejo que les sacó del sombrero ¿Cómo pueden las personas hablarle al muñeco, e ignorar al ventrílocuo conscientemente?  Es muy triste el espectáculo, por no decir alienante, que estamos viviendo.  La absurda disociación del electorado, que parece haber preferido votar por una marca (una pancarta) antes que votar por su consciencia.  Pero en el fondo no me extraña, el juega vivo nos llevó a esto, y el juega vivo nos mantiene en esto.  ¿Hasta cuándo? Hasta que la clase media desaparezca, y el país quiebre como otros tantos, en medio de la corrupción, la desidia, indolencia, egoísmo,  ignorancia masiva y la mediocridad epidémica.

La democracia es el mejor sistema de gobierno para un pueblo que participa, y las dictaduras para los pueblos apáticos.  Porque sin participación del pueblo la democracia degrada en anarquía y finalmente degenera en dictadura. Que haya pueblos que les guste ser guiados (¿O debería decir arreados?) no es de ahora, ni exclusivo a los panameños.  En Éxodo 32 nos narran que después de retirarse Moisés a orar por un largo tiempo,  el pueblo desencantado se congregó alrededor de Aarón pidiéndole un dios que los ayudara. Aarón les fabricó un becerro de entre todas sus pertenencias de oro, y ellos lo adoraron.  El asunto a veces no encontrar a un dios que nos resuelva, sino a uno a quien venerar o maldecir. Y el panameño lo sabe ¿Qué llevó al pueblo de Israel a fabricarse un ídolo falso al cual adorar? La desesperación, la ignorancia, la apatía y la falta de carácter (¿O debería decir Amor Propio?)

Ellos tenían a Moisés y a nosotros no nos faltan los Aarones.  Cada cinco años nos fabrican un becerro nuevo, hecho de nuestras propias fallas político-sociales (que tanto queremos, como el oro del que hicieron al becerro) y el ciclo se repite infinitamente.  ¿Será que por comodidad y viveza, hemos preferido las dictaduras, siempre que nos la maquillen un poco?  A juzgar por las encuestas presentadas, tal parece que NO nos gusta ser guiados, sino más bien arreados  ¿Pero acaso entendemos bien cuál es la diferencia entre ser guiados o arreados? Digo,  aparte de lo tosco del camino y la crudeza del proceso en sí.  Guiar casi siempre implica alguna forma de aprendizaje, el arreo no.  El arreo no implica aprendizaje, sino simple transporte.  Si en algún momento usted quisiera saber si lo están guiando o arreando, pregúntese qué aprendió del proceso.  Y por favor, no olvide esta pregunta en las próximas elecciones, antes de correr a votar por una marca.

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