Asuntos de Estado
Temas políticos en general, basados exclusivamente en la opinión del autor del sitio.
MASLEIDOS
jueves, 21 de julio de 2016
La educación, nada más allá del orgullo
He venido escuchando por la televisión y la radio muchas opiniones sobre la huelga docente, la mayoría repetidas. Yo no sé quién se copió de quién, pero ahora todo el mundo cree que “es justo que los maestros ganen lo que están pidiendo pero…” y luego dan inicio a una longaniza de justificaciones en contra. ¿Por qué no decirlo sin ambages?. Lo que están pidiendo los docentes es demasiado injusto para con muchas otras profesiones, igual o más “sufridas”. Pedir algo así en otras profesiones, equivaldría a ser familiar del dueño de la empresa (para la privada) o estar dentro del partido gobernante (para la pública)
El gobierno pasado montó una muy elaborada campaña de desprestigio al gremio docente (médicos, obreros etc.) malsanamente capitaneada por una exlíder de los medios de comunicación. De allí inició el desprestigio de figuras cuyo más público pecado, fue luchar por sus derechos (monetarios o no). Varias personas desde el anonimato, odian con toda su alma a esos líderes, que dicho sea de paso, ni siquiera conocen. Entonces yo me pregunto: ¿Por qué no odiar así a los malos políticos, que para colmos reeligen?
Antes, ser docente era un orgullo, ¿Ahora?... Desde que politizaron la educación se perdió el amor a la carrera y la vocación. Lo cual, también se vio reflejado en los salarios devengados. La educación se fue quedando atrás en todos los sentidos. Finalmente, el espíritu de la lucha gremial mutó principal y exclusivamente en mejoras salariales. Lo cual ha ocurrido con otros gremios, y el pueblo en general. ¿Será que en Panamá ya no hay por qué luchar?
Exigirle a los docentes que “mejoren” proporcionalmente al aumento que recibirán, es similar a que repongan clases y reviertan la afectación de la huelga. Léase, nada. ¿Podrá un maestro preparado deficientemente, bien formar a un alumno?. Para que la educación (y todo lo demás) mejore en Panamá, habría que subir no sólo los salarios, sino nuestros niveles de exigencia (en todo) desde la admisión hasta la titulación del docente, y aún después. Nivel de exigencia que debe ser naturalmente transmitido a los estudiantes. De lo contrario ocurrirá igual que con la policía; a quienes suben el salario periódicamente, tan sólo para reforzar su evidente adicción a los celulares. O por no decir menos, ¿Usted cree que el accionar de nuestros legisladores, justifica su enorme salario? ¿O habrá que pagarles más, para que legislen a favor y no en contra del pueblo? Nuestro problema no es subir, sino exigir. Pero está claro que, fuera de las redes virtuales, nadie exigirá nada en este país.
Ahora bien, ¿Qué representa educarse en Panamá?... orgullo muerto. Porque, como mencionaba antes, si no se es amigo de alguien, o copartidario, los títulos sobran en la pared. Así nuestras empresas, públicas y privadas, se han llenado de mediocres lisonjeros, pusilánimes sin carácter ni capacidad. Porque, para ser franco, en nuestros climas organizacionales “la rueda sólo gira” por mero espíritu de improvisación, remuneración y dominación (ego) administrativa.
En Panamá, la gente “estudiada” es carne de voto para los pésimos políticos y carne de cañón para los comerciantes avaros. Por eso la administración pasada quiso reemplazar la educación por el entrenamiento en cómputo e inglés. Y nos vendieron el mote de que en Panamá todos debíamos ser micro, mini, nano empresarios, mientras, paralelamente desprestigiaban a los representantes del gremio educativo y a los profesionales panameños, dando rienda suelta a la entrada de extranjeros. Y muchos panameños, resentidos con sus propios paisanos, aplaudieron y siguen aplaudiendo esta medida (que el actual gobierno hipócritamente ha mantenido). Y votarían de nuevo por el mismo gobierno que según ellos “robó, pero hizo”. ¿Entonces, bajo semejante criterio de exigencia, podemos exigirles a los maestros que se superen?
Ya que vivimos en un país consumista, bastante carente de mística y vocación, seamos honestos. En Panamá la educación dejó de importar hace mucho, porque es algo que no genera más allá del orgullo. Los profesionales más destacados, tuvieron que mezclar su profesión con los negocios para no terminar comiéndose el título. Como los médicos, lucrando de la quiebra de la salud pública (salvo muy honrosas excepciones, claro está). E inclusive, la educación privada, lucrando de la quiebra de la pública (reitero, salvo muy honrosas excepciones). Si no lo cree, pregunte cuántos albañiles, policías y conductores privados, ganan ahora más dinero que abogados, ingenieros, médicos e inclusive profesores. Vivimos en un país con mucho (y muy mal distribuido) poder adquisitivo, al que dejó de importarle la educación hace rato. Hay un enorme vacío entre lo que enseñan las casas de estudio y lo que manejan las empresas. Lo cual, tampoco se resolverá importando mano de obra y profesional del extranjero, sino educando más y FORMANDO mejor a los panameños.
Subirle el salario a los educadores, no hará que eduquen mejor. Sobre todo porque hay una parte de la educación fundamental, que se ha venido obviando de hace un par de generaciones atrás. La formación en casa, que muy perezosamente los padres (los mismos que ahora satanizan a los educadores) han delegado a los maestros. Sin formación, la educación no sirve. Es como creer que poniéndole saco y perfume a un pepenador, lo sacaremos de las calles.
En honor a la verdad, lo único que mejorará las cosas en nuestro muy querido Panamá, es, curiosamente, lo que ninguno de nosotros está dispuesto a dar: SOLIDARIDAD. Habría que preguntarles a los maestros y profesores, si han venido enseñándoles a sus alumnos que solidaridad no es amiguismo. Porque, aunque se parezcan mucho, el amiguismo en los pueblos, causa el efecto absolutamente contrario al de la solidaridad. Porque a la larga, el amiguismo condena, pero la solidaridad libera. Andamos desunidos, reciclándonos en el odio y la división que nos han sembrado un par de enfermos, corruptos y avaros acumuladores, públicos o privados. Los mismos que, de darse el aumento a los educadores, anularán sus efectos encareciéndonos aún más la vida a todos porque… “ellos no pueden perder”.
lunes, 26 de enero de 2015
Ser tolerante no es ser cobarde
Esa expresión: “es como quitarle
el pan a un niño”… me deja pensando.
Denota un acto de crueldad, pero mucho peor aún si hablamos de nuestro
PAN, plan de ayuda nacional. Aquí se
menciona mucho el asunto del delito, de robar, de malbaratar pero no escucho a
nadie mencionar el trasfondo moral del asunto.
Tal parece que, como sociedad nos hubiéramos olvidado de ese pequeño
detalle, el pan de nuestros niños. Será que hemos llegado a semejante grado de
insensibilidad, que sólo nos importa el alcance del delito, no así su calidad. Peor aún, cómo la otrora ministra de
educación, nada menos que educación, encargada de la noble labor nacional de
educar a todos los niños del país, se desentiende de su vinculación con lo que
ocurrió, y de una manera tan insulsa y despreocupada. Aunque coopere con las investigaciones, eso
está mal. Mal por mujer, mal por
ministra, mal por persona. Y eso que era
“religiosa”, y una de las figuras más “potables” de aquel gobierno.
Yo pienso que nos estamos
olvidando de lo más importante del crimen, por el pompo y las cantidades. Porque eso fue un crimen social. El lugar perfecto para esconder fechorías,
según lo que dice la prensa del país.
Donde nadie iba a sospechar, pero… ¿Por qué jugar con la ayuda nacional?
¿Por qué comprar equipos de espionaje con dinero tan noble y sensitivo? ¿Por
qué no lo hicieron con otra cosa? Habrá que ser muy caradura, insensible y
tremendamente irresponsable, además de muy maleante para jugar con algo
así. Y mucho peor aún, después de sacar
a la luz tanta porquería, hay gente que todavía los defiende diciendo “pero es
que todos los gobiernos lo hacen, todos roban”
Ese consuelo no debemos permitírnoslo como sociedad, porque deja mucho
que decir de nuestra calidad humana, primero porque si otro coge droga yo también
lo hago, como si fuéramos adolescentes coaccionados por la presión de grupo. Todos los delitos no son iguales, y lo que
hicieron con el PAN fue un delito cruel. O será que porque el pueblo del jarabe
intoxicado, del bus quemado, el pueblo de este país no sale como es debido y
parece no tener amor propio, ni dignidad, será que por ser este pueblo tan
manso y pendejo, tenían que robarnos el dinero de nuestra ayuda nacional. Dinero de emergencia, dinero de socorro.
Yo no sé qué le está pasando al
panameño, que nos hemos vuelto tan poco importa, tan indolentes tan desalmados
e inhumanos para con nosotros mismos.
Algo feo nos está pasando socialmente, cuando todavía hay gente defendiendo
a estos ladrones, o peor aún justificándolos. Si yo agarrara a cualquiera de
esos “defensores” y les preguntara, primero ¿Usted le robaría el pan a alguien?,
segundo ¿Usted le robaría el pan a un niño?, tercero ¿Usted le robaría el pan a
un niño, aún teniendo fortuna propia, poca o mucha?, cuarto ¿Usted le robaría,
aún teniendo dinero, el pan a un niño necesitado?...muchas de esas personas, e
inclusive de los mismos que robaron dirían que no enfáticamente. Muchas de las personas que podrían estar
leyendo este artículo podrían decir que no.
¡Pero lo permitieron! Y si ahora
sabiendo que lo hicieron, miramos para otro lado, o evadimos la profundidad del
daño social, o ni siquiera protestamos, es como si nos hiciéramos cómplices
suyos por omisión automáticamente.
El gobierno pasado compró la
conciencia de mucha gente, quizás por eso vemos la falta hacia el sentido
monetario y no hacia el que le corresponde, el daño moral. Sin embargo, me parece que más bien es por
pereza, desgano o desinterés, aquí la gente no reacciona. ¿Dónde está la vergüenza
de este pueblo? O será que como votaron por Varela, allí terminó su labor ciudadana. No, no podemos permitir eso, hay que entender
bien y sin boberías ni chiste, lo que nos hicieron. Hay que acuerpar un poco el dolor (y no sólo “la
vida ajena”) de los demás, siendo solidarios, tan siquiera expresándonos como
sociedad, dejando la pasividad y el chiste a un lado. En
cualquier lugar del mundo, lo que está ocurriendo hubiera provocado una explosión
social inmediata. Aquí no, aquí nos
limitamos a gravitar, a estancarnos en un estado vegetativo, a la espera de que
alguien venga a resolvernos el mandado, y luego apedrearle por “insuficiente”. Después, cuando nada pase, no nos preguntemos
por qué en Panamá nada pasa, porque nosotros mismos lo permitimos. Porque así como ser humilde no significa ser
pobre, términos que se confunden mucho en Panamá, ser tolerante no significa ser cobarde.
domingo, 25 de enero de 2015
Unidos contra la maleantería
¿Cuánto demorará hacer una cárcel
con capacidad para ochocientos presos? Nada de lujo, pero que tenga lo
esencial y sin hacinamiento. Pienso en celdas
unipersonales bastante pequeñas, cuatro cuerpos de ancho, cuatro de largo y dos
de alto tal vez. Un catre reforzado al piso y abanico de techo. Servicio con cortina. Una biblioteca con libros y tres computadoras
con acceso a internet restringido. Un
área de ejercicios bajo el sol, pesas y una cancha de baloncesto. Una pequeña capilla, el área de las duchas, visitas,
cocina, enfermería, lavandería y cafetería.
Tres pabellones, uno para mujeres, otro para hombres y el tercero para
los guardias. Todas las medidas de
seguridad habituales para las cárceles y en adición grilletes electrónicos 24X7
para todos los presos. Si los trabajadores hicieran turnos diurnos y nocturnos,
creo que podrían terminarla en un año. Y
se podría hacer en dos fases, cuatrocientas celdas y las áreas comunes ahora, y
cuatrocientas después.
En definitiva, no se puede meter
a toda esa gente en la gran Joya, la joyita, el renacer etc. Hay que ser consecuente con ellos. Ponerlos junto al resto de los maleantes,
aunque dada su naturaleza eso sería lo que todos quisiéramos, tampoco es para
mezclarlos con homicidas, depredadores sexuales etc. Pero tampoco dejarlos libre, o casa por cárcel
o peor aún país por cárcel, como sospecho que ocurrirá en muchos de los casos,
sobre todos los que están colaborando tan de buena gana. No, esa gente no puede quedar libre, ni “castigados
de pensamiento”. ¡Hay que
encerrarlos! Porque si no lo hacemos,
los que vendrán mañana serán peores.
Bien es conocido el refrán que dice “lo que no mata, fortalece” así que,
debemos matar de raíz esa costumbre de robarse la plata del estado.
Si aquí no se toma una sanción
ejemplarizante y efectiva, el Panamá de mañana va a resultarnos insufribles. Si nosotros, los adultos de ahora,
permitimos que esta gente quede impune,
el día de mañana no nos quejemos si nuestros hijos terminen haciendo cosas
peores. Social y moralmente, este país
se va a ir a un despeñadero si no se mete a un gran número de gente presa. Y no sólo los más representativos o los más
negros de la historia. Han revuelto la
paila demasiado, metieron el dedo en la herida y lo revolvieron a profundidad. Todo el mundo, nacional e internacionalmente,
está viendo las cochinadas que estas personas hicieron. Entre ellos mismos se denuncian, y todas las
denuncias guardan patrones similares. Es
muy poco probable que se hayan puesto de acuerdo para mentir. Montaron una organización criminal en Panamá,
e institucionalizaron la delincuencia. ¿Ahora, nos vamos a quedar de brazos
cruzados?
Todos tienen que, primero
devolver el dinero que se robaron en bienes o efectivo, segundo cumplir una
condena penal y otra social. Que los
encierren un mínimo de ocho años al que menos, y al que más…que le boten la
llave. En total calculo yo que son menos
de quinientos, y no puede ser que menos de quinientas personas se hayan robado
más de mil millones de dólares. Eso
merece que cada de uno de ellos pague por el monto total de peculado que
cometieron, pero bueno. Y tres días
a la semana los sacan de la prisión,
pero no a pasear, sino a que corten la grama, pinten la cinta costera, barran
las calles, ayuden a los trabajadores del aseo metropolitano. Así como nosotros tuvimos que soportar su
basura por cinco años, que ellos recojan la nuestra ahora. ¿Por qué no? El
castigo tiene que ser ejemplarizante, para disuadir a cualquier otro vagabundo
que quiera superarlos.
De cualquier forma, esto es
inédito en Panamá. Esa frase suena muy
mediática y hasta teatral, pero hay que prestar atención en algo. Si esto “no se había dado antes en nuestro
país”, habrá que tener cuidado, porque la situación puede presentar otros tipos
de riesgos. A no ser que haya un acuerdo
masivo tras bastidores y todo esto sea un teatro, para finalmente quedar en
nada, si de verdad se quiere hacer o se intenta hacer justicia, cualquier cosa
puede pasar en Panamá en este momento.
Desde un golpe de estado, a lo que sea.
Hay que persuadir a cualquier desesperado en el tema, para que no venga
a propiciar caos en el país. Tenemos que
unirnos y manifestarnos masivamente, para dejar bien por sentado, que entre
todos defendemos la Democracia en Panamá, tal y como lo hicimos en las
elecciones pasadas. Vale ahora un pequeños esfuerzo, para un mejor mañana.
jueves, 22 de enero de 2015
Mareas políticas y dobles agentes
Ahora resulta que el PRD y el arnulfismo entran en conflicto
en la asamblea. Digo, esa es una noticia
que llamaría la atención si se analiza sola en su contexto. Vi la televisión y
eso me parece poco menos que un gallinero.
Pero me llama la atención otra cosa.
Últimamente pareciera que las fuerzas que aún apoyan el antiguo gobierno
quieren dirigir la atención popular al asunto del canal, y he escuchado a varios
hablar de los sobrecostos del canal etc.
Curiosamente, los mismos legisladores que contrariaron al administrador
del canal en su presentación en la asamblea, ahora propician conflictos en la
asamblea con los panameñistas. Y aún más
extraño es el hecho de que apenas unos meses atrás, esos mismos legisladores se
reunían con el expresidente y eventualmente apoyaban de buena gana sus
intervenciones y las intervenciones de su partido.
Divide y vencerás. La
figura del presidente depuesto es tan polémica que donde aparece genera
conflictos. No lo conozco personalmente,
pero parece que está en su naturaleza política sembrar tempestades y, sobre
todo, dividir. Este asunto del canal me
parece extraño también, que quieran ahora sacarlo a la palestra. Es de todos conocido que hubo acciones del
pasado gobierno, por penetrar los interiores del asunto canalero, y de hecho
creo que hasta lo lograron parcialmente.
Y viniendo de ellos, pues, tampoco creo que hayan planeado “una
intervención de buena fe” en el canal. Lo cierto es que, aún depuesta la pasada
administración, ahora noto que siguen enfilando cañones en ese sentido ¿Por
qué? Digo yo que cuando alguien está
acorralado, para ganar un poco más de tiempo, huir de la presión, esconderse un
rato tal vez, la distracción es su mejor arma.
Y qué mayor distracción que un escándalo en el canal. Es cierto que el canal nos debe muchas
explicaciones, pero por qué aprovechar un escándalo tan pequeño (en
comparación a los anteriores) para armar semejante escándalo.
Hay que tener cuidado, el PRD ya no controla sus fichas, los
dinosaurios se extinguieron y parece que con ellos el recuerdo de Omar. El gobierno pasado fue ampliamente mediático,
todo lo resolvía con propaganda y distracción, desde sus inicios hasta el final
cuando trataron de vendernos aquel personaje soso, que ya ni suena ni truena,
gracias a Dios. Ellos saben de ardides,
distracciones y publicidad. Resulta
coyunturalmente provechoso, que ahora se activen legisladores del PRD tratando
de hacer un escándalo político en torno al canal o creando separación en el
arnulfismo y el PRD, cuando el expresidente está siendo sitiado y
paulatinamente acorralado. Tan
acorralado que se contradijo en las versiones del aparato espía, según tengo
entendido. Yo le recomendaría al actual
gobierno que actúe con un poco más de premura y firmeza, pero con seguridad
jurídica, sobre las fichas del antiguo gobierno que siguen creando mareas para
pasar desapercibidos.
El tiempo es un factor clave cuando hablamos de
supervivencia, y si ellos se demoran demasiado, la víctima podría
convertírseles en victimario. El pacto
de gobernabilidad funcionaría mejor sin dobles agentes del PRD, pero nada de
esto va a terminar, hasta que decidan agarrar al toro (sin alusiones políticas)
por los cuernos, pronto y como es debido, sin coyunturas ni resquicios, ni
vulnerabilidades legales. Aprovechen el
apoyo popular, y que la administración de justicia hacia los corruptos del
pasado gobierno no quede como “el ahorro de la canasta básica”, o el lío del
transporte en el pasado gobierno (que se gastó cinco años en excusas y no
resolvió un carajo)
Algo tan sencillo como el tranque
Gobierno que resuelva en definitiva el tránsito,
será un gobierno que podrá catalogarse de apto, tal vez. Digo tal vez, porque este pequeño país no
deja de darnos sorpresas demasiado grandes, a veces positivas y otras
negativas. El gobierno anterior hizo el
amague, pero quedó en escándalos de corrupción y sobrecostos. No sé si algo tendrán que ver las petroleras,
las estaciones de gas, la mala fe, la incapacidad de los gobiernos, lo cierto
es que no acepto excusas mediocres. Y no las acepto porque sencillamente Panamá
es un país muy pequeño, y si este o cualquier otro gobierno, no puede dar al
traste el problema del tranque, entonces no sirve. Dado que, quien no sirve a lo pequeño tampoco
servirá a lo grande.
Cada vez que sube un nuevo gobierno, hace el intento de engañarnos al respecto. Pero me preocupa que en el actual no veo ni siquiera
eso, las ganas de engañarnos nuevamente.
Está muy bien todo lo que están haciendo con la justicia y la
corrupción, ¡Excelente! Tampoco estoy en
labor de criticar a quien quiera hacer
algo con pie firme y seguro, pero ¿Por
qué será que los planteamientos políticos para resolver al pueblo jamás
funcionan? Sólo dan subsidios, que
alivian sin resolver. Tampoco enseñan a
resolverlos, ni le dan herramientas a las personas para que se autogestionen y
los resuelvan ellos mismos. Es que por
allí va el asunto, en “la enseñanza”, punto clave en la evolución social. Ya sabemos que la pasada ministra, está
siendo acusada por serias razones. Y si
la ministra de educación, el ministro de desarrollo social y el director del
proyecto de ayuda nacional están envueltos en líos de corrupción… ¿Qué fueron a
hacer al gobierno? Aparte de la lesión al erario, también deberían juzgarlos
por daño social y moral masivo. A estas alturas, y con todo lo que estamos
viendo, el escarnio público debería ser evidente, sin embargo, al común de los
panameños parece no importarle.
El ciudadano panameño parece no tener claro lo que significa
“calidad de vida”, porque jamás nos la han dado, ni nos la enseñan siquiera.
Este país, desde su concepción como república o quizás antes, ha existido
gracias a un pueblo sometido, por no decir casi totalmente entregado, al
influjo extranjero, y a un par de terratenientes locales que nos manejan como
si fuéramos esclavos. Pero el común
nacional no sabe, ni entiende, ni ha tenido calidad de vida, ni ahora ni
ancestralmente. E igual que los indios
en la conquista, hemos vivido cambiando el oro de nuestras existencias, por los
espejitos de los corruptos.
Más recientemente,
confundimos lo que es tener calidad de vida, con tener chucherías electrónicas,
y eso es culturalmente peor. Porque
queremos paliar los efectos de la eterna esclavitud (a la que nos someten los
ricos y poderosos del país, o nos somete nuestra propia pereza e ignorancia)
con un teléfono celular, un televisor inteligente, televisión por cable,
computadora, internet etc. Pero de qué nos sirven esas cosas si el tranque (la basura, el agua, la
inseguridad, la salud, el costo de la vida y el desempleo) nos consumen el
resto de la vida, con malignidad y virulencia.
Hay que tener claro lo que significa el concepto calidad de vida, que yo
resumo en comer mejor, dormir mejor, vivir más seguro y tranquilo. Ninguna de
esas cosas nos la han podido dar los gobiernos de la nueva democracia, por
estar entregados a corrientes extranjeras, acelerando y vendiendo la vida de
sus pueblos a niveles casi insufribles.
Falta intención de mejorar las cosas, más allá del patio
limoso en el que terminan discutiendo todo, producto de la incapacidad y lo
estrecho de sus mentes, proclives a corromperse y violentarse con extrema
facilidad. ¿Por qué no sencillamente, compran
unos drones (vehículo aéreo no tripulado controlado de forma remota) y los
ponen a recorrer la ciudad en las horas críticas, creando un centro de
vigilancia y coordinación en algún lugar céntrico, e inspectores y guardias en
los puntos de saturación masiva? En Panamá estamos acostumbrados a analizar los
problemas, y de igual forma resolverlos, por fracciones y casi siempre desde un
plano inferior. Para evaluar y destrancar al tránsito se requiere una visión
global, aérea, y una dirección en tierra coordinada, sincronizada, eso es todo.
¡Pero no! nada de eso se les ocurre, porque aquí los drones
los utilizan las televisoras para crear más morbo y bochinche en sus noticieros. Utilizan la tecnología para comodidad, pereza
y vanidad social, pero no están capacitados para utilizarla resolviendo los
problemas, porque ni siquiera la entienden, luego, cómo la manejarían, o peor
aún cómo la aplicarían efectivamente.
Por eso es que aquí meten computadoras y sistemas en un lugar, para
resolver nada y finalmente poner más lentos los procesos, o empeorar cualquier
problema. Porque no existe la capacidad
de dirección, ni el orden, ni la disciplina, ni se entiende la tecnología, ni
mucho menos se produce, sólo quieren utilizarla en su capacidad menos productiva
para luego descartarla cada tres años
Somos cuatro millones de personas en el país, de a
suerte. De los cuales, a mal cálculo
sólo puede haber un millón circulando en horas críticas (a lo sumo) Que las calles no sean grandes y todo esté
concentrado en un mismo punto, no es excusa.
La solución no debería ser tan complicada. Sólo basta un poco de ánimo, cerebro y
honradez. NO construir cosas, como
desesperado, para declarar sobrecostos extraños y hacer nuevos millonarios. Ni cambiar la flota de buses por una con aire
acondicionado, mala e insuficiente. NO,
aquí sólo falta voluntad; pero, si el mismo pueblo ni siquiera la tiene…
martes, 20 de enero de 2015
No se puede llamar abuso a la justicia
El papel de víctima hay que saberlo actuar, sino,
sencillamente se termina haciendo el ridículo.
Entendiendo que una cosa es actuar, y la otra sobre actuar. Las últimas dos semanas, he observado en las
noticias lo que se podría denominar “La defensa del cambio”. Pero pregunto, ¿Se
podrá alguien defender cuando salen pruebas en su contra por todos lados? Acaso ellos no entienden aquello que dice “cualquier
cosa que diga, podrá ser utilizada en su contra en un tribunal”, o mejor, “tiene
derecho a permanecer callado” Porque si
no lo entienden, o no quieren entenderlo, alguien debería explicárselos.
Si yo
fuera de su conglomerado político, y viendo cómo están las cosas, sería un poco
más inteligente. Por sentido común y un poco de vergüenza, guardaría silencio
mientras elaboro una defensa más sesuda y menos mediática. Sin embargo, esa es otra lección que el
gobierno del cambio jamás pudo aprender.
Dejar la propaganda a un lado y enfocar los problemas desde la realidad
de los acontecimientos. Pareciera que,
estando metidos en tremendo lío, sólo intentan agruparse alrededor de una obra
de teatro sobreactuada, porque el papel de víctima no les va. Es como la arena
movediza, mientras más se muevan, más se hunden.
Quienes tuvimos la oportunidad de analizar el modo en que
operaba el cambio, nos dimos cuenta que siempre practicaban una escalada
mediática y alineada. Ahora la línea es
la de “somos víctimas”. Primero fue la
familia del policía (agente o militar) clamando por su pariente desaparecido en
televisión, planteando un panorama de persecución por parte del gobierno. Luego fue el mismo expresidente, por
televisión, que alegaba persecución.
Ahora sale el partido, reforzando la tesis de que están siendo
perseguidos. ¿Sin embargo, lo
están? ¿Se puede llamar persecución al
intento de hacer justicia en Panamá? ¡Esto es patético!
Cuando era pequeño vi como dos militares de antaño, atrapaban
a un maleante. Recuerdo que lo tenían contra
el piso, amedrentándolo con los toletes.
En la mente de un niño, no compagina bien el hecho de ver a tres adultos
peleando de esa forma, y uno de ellos tirado en el piso gritando como si fuera
víctima. Entonces alguien me dijo que no
me asustara por eso, que el ladrón sólo estaba haciendo teatro para que no se
lo llevaran preso, alegando abuso policial.
También me explicaron, que así como lo veía llorando en el piso, ese
mismo ladrón, a la hora de abusar a ancianos, mujeres y niños lo hacía como lobo tras oveja, sin asco y sin misericordia. Que no sintiera pena por él, porque estaba
fingiendo y dentro de su ficción sólo ocultaba su verdadera naturaleza
delictiva y socialmente depredadora.
En Cambio Democrático hay mucha gente decente y
preparada. Muchas personas buenas
decidieron apoyar la causa del cambio en un momento de sus vidas, hasta que el
cambio cambió para peor, para el mal colectivo de los ciudadanos. Cuando nos enredaron la vida con tranques y
transporte que no servía, nos sobre endeudaron, encarecieron todo, llenaron a
Panamá de extranjeros y empezaron a perseguir a todo el mundo. Ahora resulta que además nos espiaban y
posiblemente hasta nos robaban. ¿El
asunto de pagar cualquier cosa y andar con la factura en el bolsillo para evitar
la multa, lo de las impresoras fiscales (por mencionar sólo dos) acaso no fueron
actos de persecución hacia toda la ciudadanía?
No sé si el expresidente haya perdido la memoria o qué, pero aquí todo
era rofeadera, amenazas e insultos. Esto
se convirtió en una lucha en aguas negras, y todavía no salimos de eso. Ellos propiciaron un ambiente de matones, de
acoso, insulto, sobresalto y amedrentamiento en el país, haciendo ver (inclusive
internacionalmente) que los panameños éramos estúpidos, bochinchosos y vulgares. Aquí le sacaban los trapos sucios a la gente en
media calle, y te amenazaban con que tenían más y peor información. Y si no pensabas de acuerdo a su línea, te
convertían en su enemigo inmediatamente, reactivos, volátiles y explosivos. Mucha gente se quejó de persecución
fiscal. El desarrollo de esa forma de
gobierno, que yo denomino altamente virulenta, creó un clima de tanta insanidad
social, tanto estrés, tanta presión que, sencillamente, el pueblo, con todo y
obras, grado de inversión o lo que fuera, le dijo NO al continuismo. Así de grande fue nuestra desesperación.
Digo, yo no sé si ellos recordarán cómo se vivía en Panamá
hasta hace un par de meses atrás. Mientras
su reducido grupo de adláteres veían a este país como a su finca personal, y se
paseaban cual terratenientes en sus autos de lujo y luces especiales, alardeando
poder, la mayoría del país sufría sus continuos y terribles abusos. Sin embargo ahora, que su cada vez más
reducido grupo, se ve amenazado, hablan de abuso. ¿Habrase visto..., abuso? ¡No, que va!
Llamar abuso a la justicia, es algo terriblemente ridículo y patético.
viernes, 16 de enero de 2015
El presidente no tiene quien le crea
Parafraseando la obra “El coronel no tiene quien le escriba”
y sin ánimo de ofender la memoria del gran Gabriel García Márquez. Hoy vuelve a repetir que no ha robado. Se supone que al decirlo de esa manera tan
procaz, y como siempre chabacana, debemos creerle. Tal vez él crea que las obscenidades,
aunque sean importadas, dan mayor credibilidad a lo que habla ¡Tremendo error! Pensar
que los panameños, todos, apreciamos la vulgaridad. Pero esa fue otra cosa que el señor no pudo
aprender en cinco años sobre los panameños, peor aún, habiéndole demostrado un
voto por la decencia el pasado Mayo ¿Y aún así no entiende?...
La otra cosa que el hombre no aprende es que las funciones
se delegan, la responsabilidad no. Me extraña, y me pone a pensar mucho, que
aún siendo la cabeza de negocios tan fructíferos, aún no entienda esto, que es
principio básico de administración. Bueno, digamos que no sabe de
administración pública, aunque no era su primer cargo en el gobierno ¿Pero acaso su gobierno no tuvo corte
empresarial? Debería saber que la
responsabilidad no se delega. Si él no
robó, y se está discutiendo que sus subalternos sí pudieron haber robado, no
puede evadirse totalmente de la responsabilidad. Todo rol de mando, en la privada y la pública, lleva
intrínseca la función de supervisión. Si
él no supervisó, ni supervisó a los que supervisaban, entonces quién iba a
hacerlo. ¿La contralora, la procuradora, el chapulín colorado?
Ahora aparece con ese papel de víctima
agresiva, a juzgar por cómo se defiende y las palabras sucias y lo demás… ¿Y
así espera que le creamos? Analizando su
discurso, con tristeza veo que es más de lo mismo. Echando un poco para atrás, recordando el
estilo de defensa de sus gladiadores, cada vez que alguien argumentaba en su
contra, recibía insultos a granel. Y eso
fue exactamente lo que hizo hoy, insultar al actual presidente, como si eso le
diera mayor crédito. ¿Tendrá eso sentido,
defenderse ofendiendo? ¿Qué aún no entiende que este pueblo ya no cree en
insultos sino en pruebas?
Mi recomendación, es bastante sencilla. Si quiere que le crean, necesita aprender a
escuchar, y no rodearse de gente que sólo le dicen lo que quiere
oír. El pueblo aprendió, ahora le toca a
él aprender a escuchar al pueblo, y el pueblo CLAMA JUSTICIA. Nosotros queríamos una mejor calidad de vida, no MEGA CORRUPCIÓN con MEGA OBRAS, que nos MEGA ENDEUDARON y nos MEGA COMPLICARON la existencia, encareciéndonos la vida y llenando el país de extranjeros. Si hubiera escuchado al pueblo antes, el pueblo lo hubiera escuchado ahora. El pueblo le hubiera creído, si él hubiera creído primero en el pueblo. Pero no, hizo exactamente lo contrario: Coleccionar dossieres.
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