MASLEIDOS

viernes, 31 de agosto de 2012

Tsunamis y ley

Entre tanto y tanto, he podido sacar dos noticias del ambiente nacional que pudieran considerase positivas.  La primera de ellas es que el presidente sancionó  ayer  (30 de Agosto de 2012)  la ley que deroga la Sala V, compromiso adquirido después de reunirse con representantes de la iglesia.  La segunda trata de un detector de tsunamis que van a instalar en San Blas.

Digamos que, al sancionar la ley que deroga la sala V, el presidente mostró que podía “ceder” ante el clamor popular.  No sabría decir hasta qué punto el presidente pudo haber internalizado el evento como una derrota, o sus adversarios como una victoria. Lo cierto es que a mí no me preocupa quién ganó, ni quién perdió, sino que hubo algún tipo de consenso.   Tal parece que la visión y misión de una parte y otra es chocar, oponerse, luchar, antagonizar, confrontar.  Sin embargo, yo creo que la nación gana más si el gobierno mandara menos y dirigiera más.  La nación ganaría más, si la oposición  se opusiera menos y guiara más.  Definitivamente, ése es un nivel al cual no hemos llegado.  De cualquier forma alguien cedió, y eso fue positivo, porque da un atisbo a cualquier forma de conciliación, no por ellos y sus fuerzas políticas, sino por el país y el rol estatal que cada uno debe desempeñar en un momento determinado. Por otro lado, tampoco me agrada ver a la iglesia tan cerca de los asuntos políticos.  Ya quedó históricamente establecido que la iglesia católica y el poder…son una combinación explosiva.  E inclusive,  tal parece que ellos así lo aprendiendo, relegándose a ejercer el poder detrás del poder en cualquiera de sus instancias.  Pero bueno, si así se logró que todo marchara en un solo sentido, sin tornarse aún más violento, pudiéramos decir que fue positivo.

El detector de tsunami, aparte de cumplir el objetivo que expresa su nombre, tiene otra serie de atributos relacionados a la seguridad costera.  No podía dejar de mencionar esta noticia como positiva, dado que, desde que ocurrió lo de Japón no he visto un intento más certero en cubrir a Panamá de cualquier tipo de catástrofe relacionada.  Tal vez porque nuestras autoridades y ciudadanos piensan que “Japón está muy lejos”, sin embargo, la alerta de tsunami en aquella ocasión nos cubrió de igual forma.  Digo, total, si a nosotros nos matan los delincuentes, los terribles gobiernos (a mediano y largo plazo) los borrachos al volante, las instalaciones de gas etc., ya sería el colmo que la naturaleza se ensañara también en nuestra costa también.  Sobre todo porque somos un país rodeado de agua y tan pequeño que, en cualquier recodo del azar nos borran “por error”.  Lo donó la Universidad de Hawái, ojalá sepamos valorarlo  y podamos cuidarlo.

Especie en rehabilitación


El pensamiento ha venido ganándole terreno al comportamiento animal durante la evolución humana.  Nos costó mucho entender que éramos diferentes al resto de los animales, pero hemos seguido comportándonos como ellos durante mucho tiempo, hasta la actualidad. ¿Por qué?, porque hay algo que el hombre tiende a ignorar, más allá de sus pensamientos y acciones, que lo define como humano.  ¿Acaso pudiéramos hablar de un ente regidor, que en lugar de dirigirnos vive en constante conflicto con nuestras emociones, pensamientos y acciones?.  Dicho ente lo conocemos bien: El espíritu.  El gran director, el gran organizador de la constitución humana, lo que está detrás del cuerpo, la conciencia y todo lo demás.  Lo que nos une a Dios, lo que emana de Dios, el espíritu.  Tal parece que las emociones constituyen una interfaz, un punto de transición entre la conducta animal y el desarrollo del pensamiento.  De allí que muchas veces, al no controlarlas, actuemos como animales.  Otra cosa es el espíritu.  La cultura actual tiende a confundir la espiritualidad con la emotividad, como sujeto de lucro, pero son dos cosas totalmente diferentes.


Para muchos esto les parecerá tremenda estupidez, pero igual lo digo.  El hombre nutre su cuerpo, sus emociones, su mente y se olvida de nutrir su espíritu.  El espíritu se nutre de la interrelación con el resto humano, y del resto humano con Dios.  Si vivimos en un mundo que niega a Dios, y el resto humano está en conflicto permanente, el espíritu queda aplastado en el fondo de la persona.  Y con él, su capacidad de trascender (dejar de ser animales).  La esclavitud humana reduce al hombre a conductas primitivas, por no decir animalescas.  Refuerza tanto el dolor físico y la explotación en la persona, que ni el pensamiento, ni el espíritu humano pueden aflorar libremente.  Así vivió el hombre durante mucho tiempo de su  historia, e inclusive, en la actualidad todavía hay esclavos, inmigrantes ilegales, esclavos sexuales, políticos y de toda índole.  La esclavitud, la opresión, el avasallamiento tienen como objetivo principal, reducir al hombre a un estado primitivo, animal, y negar sus potencialidades espirituales.  Sin embargo, como alguien dijera por allí, la vida está diseñada para funcionar...  El crecimiento, la evolución no se pueden contener con un látigo o una cadena, ni con la muerte.  Por cada hombre que muere bajo los efectos represivos, nacen muchos más queriendo ser libres.  El hostigador, el opresor no entiende eso, él niega la esencia evolutiva (natural a la creación)  y se opone a ella.  Así que, su último recurso es: Matar, destruir o lograr que el ser se mate a sí mismo.  Por eso esta sociedad es tan violenta y ha adquirido posturas auto destructivas.  Todo lo que sale de ella va contra del individuo, directa o indirectamente, a corto, mediano o largo plazo.  


Sin embargo, nuestra humanidad ha llegado a un nivel de conciencia tal, que rechaza automáticamente los látigos, los palos y cadenas, o cualquier forma de sometimiento evidente.  El hombre de nuestra época ha sobrevivido al dolor, demostrando en sí la capacidad regenerativa y de auto sanación que nos da la vida misma.  Pero de igual forma, los modelos de esclavitud se han reinventado a sí mismos, cambiando el látigo, los palos y cadenas por el engaño sustentado en la propia concupiscencia, debilidad o carnalidad humana.  Utilizando  la economía, la tecnología y los medios de comunicación como métodos esclavistas y de auto alienación.  Estas tres cosas conspiran contra el hombre moderno, redefiniendo la antigua la esclavitud, ahora con latigazos virtuales, digitales/analógicos y económicos flagelando la conciencia colectiva.  Nos venden y promueven un estilo de vida hedonista, cómoda, de placer ilimitado, como si fuera algún tipo de moda “universal”, facilitándonos créditos, montados sobre una tecnología de “inmediatez” (on line) que nos da la falsa sensación, la irrealidad de estar viviendo una vida muy distinta a la que realmente tenemos.  Finalmente, ese “estilo de vida” se deshace (de la nada) y terminamos reconociéndonos mermados, succionados y derrotados por la vida misma.  Vivimos engañados, evadiéndonos en cuanta cosa nos pongan delante, cargando deudas enormes que no nos dejan vivir, o mejor dicho, nos plantean una vida de supervivencia, más que de crecimiento.  Tal es la supervivencia del esclavo, curiosamente, un esclavo que, contrario al esclavo de antes que se ahogaba en dolor, el esclavo de ahora se ahoga en placer.


Luego está la educación, la educación que no enseña nada, y que se renueva cada vez, para hacer al hombre más estúpido, más masa.  Esa educación que, malintencionadamente se hace “más fácil y menos comprometida”, “rápida” y directa, enredándose conceptualmente con un simple “entrenamiento”.  Así, sólo estudiaran los que puedan PAGAR un buen estudio, el resto apenas recibirá un entrenamiento, no pocas veces orientado a trabajarle, a esclavizarse a un tercero, que a su vez también sea esclavo de otro etc.  No somos libres porque vivimos en un esquema piramidal de esclavitud.  Una pirámide de muy poca altura, y base demasiado ancha.  Es lógico, quien avanza pisando al otro no sube demasiado.  Sí !!!, nos han esclavizado nuevamente, y el ciclo se repetirá hasta que el hombre no esté de cara a su propia naturaleza y Dios.  Sin embargo, la semilla del “crecimiento” sigue impuesta en nosotros, y aunque unos pocos quieran frenarnos, la naturaleza seguirá haciendo lo suyo...  Tal vez en una escalada violenta, que nos lleve a repetir la lección que humanamente no hemos aprendido, no hemos querido aprender, por seguir viviendo como animales.  La violencia, una de las consecuencias naturales de la explotación humana, nos regresa al primer nivel, a lo primitivo, a lo básico, sólo para iniciar el ciclo de aprendizaje nuevamente, como sociedad, como individuos fracasados o especie en rehabilitación.



¿La salida?, formar al individuo.  Repito: Formar, no educarlo (la educación se queda en la capa racional del ser, y de allí no trasciende más allá de sus comportamientos superficiales).  Hay que ayudar al hombre, desde chico, a que se conozca a sí mismo, perciba su propia naturaleza, descubra su línea de vida, viva de la libertad y viva en libertad.  Que crezca sincronizado a sus debilidades y fortalezas, percibiéndose él mismo como otro equilibrio, dentro del equilibrio de la creación.  Consciente de sus pensamientos, deseos, libre albedrío y responsabilidad para consigo mismo.  Yo sé que suena a baba esotérica, pero no tengo mejor forma de explicarlo.  Me disculpo.  En otros artículos he dicho que los movimientos populares panameños fracasan a corto o mediano plazo por dos sencillas razones: 1-)Quítate tú, pa’poneme yo,  2-)No forman a la persona.  No les interesa formar a la persona (en ningún aspecto, ni siquiera el cívico o político) porque una persona formada, es una persona libre, y ellos, todos estos grupos de poder y contra poder, sólo quieren ELIMINAR AL AMO SIN LIBERAR AL ESCLAVO.  Por eso no forman, ni les interesa formar a la población, porque todos, de una u otra forma son PICHONES de explotadores, e igual a todos sus predecesores, necesitan al esclavo no al amo.  


Así  salen unos y llegan otros iguales, con el mismo error dentro.  El pueblo sufre, se rebela, explota y el ciclo se repite infinitamente.  Aprender, es un atributo natural de la evolución humana, es un proceso natural y no debe ser forzado.  Formar a un individuo no significa enseñarle cosas (por eso digo que no es educar) sino que el individuo se descubra y se conozca a sí mismo a medida que crece, apenas con una guía, la guía del ejemplo.  Pero si el chiquillo no tiene padres al lado suyo mientras crece, o si los padres no dan el buen ejemplo y sólo se limitan a darle lo material e “implantarle conceptos” (entre buenos y errados) que los padres de ellos les implantaron cuando eran niños, pues, entonces no nos quejemos de que el hombre siga igual, dando vueltas en círculo, aprendiendo cada vez más cosas que no entiende, e  ignorándose a sí mismo.  En consecuencia, el humano “se desarrolla” (las famosas obras del actual gobierno) pero no avanza, y continúan con los mismos problemas de siempre (salud, seguridad, educación, economía estatal) pero agravados.  Un mundo convulso, en el cual, la mejor forma que tenemos de encontrarnos a nosotros mismos es, mediante el odio mutuo.  


Tal vez sólo tengamos que entender, que el verdadero aprendizaje FORMATIVO no nace de la imposición-transmisión conceptual (como el educativo) sino de la absorción, integración existencial del conocimiento, percibir la razón con todo nuestro ser (cuerpo, pensamiento, emociones, alma).  ¿Por qué tan simple?, porque todo lo que necesitamos saber de nosotros mismos, reside en nosotros mismos desde que se nos implantó el espíritu (reitero, el espíritu) durante la gestación.  Nadie tiene que enseñarlo, sólo tenemos que aprender la disciplina de cómo “redescubrirlo” en nosotros mismos.  El redescubrimiento en sí,  es un proceso que cada uno cuaja en su interior, no lo enseñan los maestros.  Ese tipo de conocimiento renueva al humano, porque le hace percibir su esencia divina, aceptando la naturaleza, la creación en función de nuestro ser y nuestro ser en función de la naturaleza y la creación.  Lo que enseñan los maestros son conocimientos académicos, cuya instrucción es meramente racional, pero debe ir paralela, simultánea al proceso FORMATIVO del individuo.  Así, no sólo tendremos personas completamente disfuncionales, que son excelentes profesionales; sino seres humanos íntegros, que se desempeñan como excelentes profesionales.  Más personas interesadas en ser mejores personas, que mejores profesionales.    

miércoles, 29 de agosto de 2012

Criatura de Dios


Trato de pensar, y trato de pensar y trato de pensar ¿Por qué este gobierno insiste en hacer MEGA, todo lo que hace? Primero el asunto de la “gigantesca” torre financiera, ahora lo de la virgen más grande que la estatua de la libertad, luego lo del reloj gigante de la Cinta Costera. Si seguimos bajando nos topamos con “el metro”, que dicho sea de paso, no es una obra pequeña. La misma cinta costera, en su fase tres. El reordenamiento vial. No es sólo el tamaño de la obra en sí, sino el hecho de querer hacerlo todo, TODO al mismo tiempo. ¿Delirio de grandeza, ganas de enmarcar un nombre en nuestra historia republicana, megalomanía tal vez?. De cualquier forma, todo lo que ha hecho este gobierno no llega al talón de la ampliación del canal (defendiendo la obra, no así la posible deuda ampliada y la posible rebusca) por muchísimas razones. ¿Será que el objetivo es “hacer algo más grande”?. Digo: Los reyes, los faraones, los emperadores y aquellas tantas figuras históricas que labraron su nombre en la trascendencia mundial, muchos de ellos, lo han hecho aplastando a sus pueblos, o a los pueblos ajenos, esclavizando, explotando, derramando en exceso sangre inocente, matando a granel. ¿Será tal, el máximo nivel al cual aspiran nuestros actuales gobernantes?. 


 Es cierto, las personas recuerdan a Hitler, Napoleón, Pedro el grande, Cleopatra, Alejandro Magno. Mi pregunta es: ¿Acaso esas personas podrán recordar a todos estos líderes gubernamentales, como los creyentes espirituales recuerdan a sus líderes, ya fuera con el mismo afecto o durante el mismo tiempo?. Acaso podríamos comparar a Hitler con Cristo, a Napoleón con Buda, Alejandro Magno con Mahoma. Por alguna razón, la trascendencia de nuestros líderes políticos es demasiado irrelevante al lado de la trascendencia de nuestros líderes espirituales. Será acaso porque nuestros líderes políticos, de una u otra forma buscan la eternidad por la senda equivocada. Tal vez construyendo un reinado demasiado grande alrededor del ser humano, cuando el reinado más grande lo puso Dios adentro de nosotros mismos. Siendo su conquista un asunto individual, y no de masas. Quizás nuestros gobernantes no han terminado de entender que la grandeza del Señor no reside en la grandeza de lo que podamos hacer, sino en la simplicidad de apreciar lo perfecto de SU Creación. Entonces, no habría que hacer más bonito, lo que nació sublime, a no ser que se quiera ser más grande que su Creador. 


Lo cual también es una enfermedad del alma. La enfermedad que puso la serpiente en el corazón de los primeros hombres del Edén. La armonía (nuestra armonía) no precisa de reconstrucciones externas, sino internas. El hombre debe reconstruirse a sí mismo, para vivir en armonía y apreciar a Dios sobre cada recodo, resquicio o efluvio de SU creación. De lo contrario habrá conflicto, dolor, muerte y obras que morirán con el tiempo, como aquel majestuoso muro de Berlín, que cayó para que el hombre se uniera. ¿Será por eso que nuestras autoridades, tan interesadas en MEGA proyectos, son tan conflictivas? ¿Y aunque construyan tanto, jamás tendrán paz a su alrededor? ¿Por qué no la tienen en su interior? ¿Será que construyen en el sentido equivocado?. Es muy fácil construir a partir de la destrucción, así cualquiera diría que el constructor es “grande”. Pero, quien construya sin destruir, más que un constructor, es un sanador. Y la sanación (me refiero a ése tipo de SANACIÓN) no la da el dinero, sino Dios. 


Trastorno de la conducta, trastorno en el cual la conducta supera el rango normal y es socialmente destructiva. Trastorno del estado de ánimo, grupo de enfermedades mentales caracterizadas por alteraciones del estado de ánimo, el estado emocional sostenido que afecta la percepción del mundo. Trastorno Bipolar, trastorno del estado de ánimo caracterizado por episodios variables de manía, hipomanía y depresión. Trastorno de oposición desafiante, trastorno caracterizado por un patrón de conducta poco colaboradora, desafiante y hostil hacia las figuras de autoridad y que interfiere gravemente con el funcionamiento diario. Estas enfermedades siquiátricas se presentan en adultos y niños… ¿Recuerdan mi artículo en el cual planteo que la sociedad está llena de adultos que más bien actúan como niños de crecimiento deformado o incompleto (Encarcelar al padre o a la familia)?. Megalomanía, manía o delirio de grandeza. Fijación… aparte de toda referencia genética, también se habla de fijación dentro de la teoría freudiana del inconsciente, para designar el modo de inscripción de ciertos contenidos representativos (experiencias, imagos, fantasías) que persisten en el inconsciente de forma inalterada, y a los cuales permanece ligada la pulsión (energía psíquica profunda que orienta el comportamiento hacia un fin y se descarga al conseguirlo). Obsesión, proviene del término latino obsessĭo (“asedio”). Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia asalta la mente. Este pensamiento, sentimiento o tendencia aparece en desacuerdo con el pensamiento consciente de la persona, pero persiste más allá de los esfuerzos por librarse de él. Compulsión, es un término usado en psicoanálisis que define a un sujeto aparentemente sano que presenta una conducta adictiva u obsesiva irresistible ante una determinada situación subyugante.


Después de plantear todos estos conceptos siquiátricos, sacados de varios sitios de internet (dicho sea de paso, no lo dije yo) algo de luz podrían arrojarnos para con la reincidencia obsesiva-compulsiva que sienten algunos individuos por sentirse “grandiosos”. Muchos de nosotros recordamos aquellos tiempos en que los militares hacían lo que les daba la gana en este país. Sobre todo uno en especial, que ahora está preso… ¿Cómo habrá quedado su necesidad de grandeza finalmente?. O la de todos aquellos líderes de la humanidad, que de una u otra forma han tenido que reconocer su finitud, bajo la crudeza de algún padecimiento fatal e incurable. Igual suerte habrían de correr sus grandiosas obras ante la presencia, curiosamente, de la creación. A veces sólo basta un derrumbe, una inundación o simplemente el corazón humano (cito el caso de Berlín, y la caída de la estatua de Husein) para que estas obras caigan. ¿Ocurriría igual suerte, entonces con la obra y el recuerdo de los verdaderos líderes espirituales (ojo, no así con la de sus seguidores, por no querer citar a las cruzadas, templarios, evangelización, inquisición etc.)???. No pareciera, el mundo sigue creyendo en ellos con o sin templos, con o sin arcas de la alianza, con o sin objetos, con o sin cosas. ¿Por qué?...porque estos líderes, más que apelar a la desproporción de su propio ego, apelaron a la grandeza de la naturaleza humana, de cada individuo, no de cada obra. Y tal vez, tal sea el fallo de todos estos “diosecillos” silvestres, que arrastran pueblos enteros a la sombra de sus egos desproporcionados, o demás padecimientos siquiátricos: Que el hombre no vale por lo que tiene(MEGA cosas) sino por lo que es (criatura de Dios).

Una sociedad del demonio



Siempre he considerado que el mundo físico sobre el cual nos desenvolvemos a diario, es apenas la última capa de los estratos sobre los cuales se decanta la vida.  Es decir, nuestra existencia se constituye en mayor parte de cosas que no vemos, y eventualmente ni sabemos, ni podemos racionalizar, que nos afectan a diario de una forma tan automática como física y evidente.  Los pensamientos, la energía vital y las emociones, por dar un ejemplo, no son manifestaciones tangibles de nuestra vida diaria, pero la controlan.  Los sueños, la imaginación, hay tantas cosas abstractas redefiniendo nuestro mundo concreto a cada rato, que la actitud “materialista” del ser humano es algo definitivamente estúpido bajo ciertas circunstancias.  Hace años, mientras me licenciaba en una carrera científica de cierto perfil, tuve la oportunidad de estudiar paralelamente tres años de filosofía ocultista (en el buen sentido de la palabra, no el comercializado) iniciándome dentro de una asociación de cultura internacional.  Lo cual, definitivamente cambió mi forma de ver la vida y  la humanidad.  Sin embargo, mi fe en Dios y mis capacidades como humano, me han señalado siempre el norte.  Formándome en tales lides, descubrí algunas facultades personales más allá de las intelectuales y físicas.  Supe entonces que la vida humana no se reduce sólo a las necesidades básicas.  La vida humana reposa sobre  un substrato, muy ligado a la plenitud existencial,  que de ignorarse nos haría tan miserables… vicios, drogas, perversiones, alteraciones de la personalidad, de la conducta, patologías siquiátricas etc.  En resumidas cuentas, esas cosas nuestras (aunque no las veamos)  jamás dejarán de ser nuestras.   


En el 2007, viví ciertas “experiencias de terror” que me hicieron recurrir con mayor fuerza a Dios y a mi esencia personal.  Jamás supe qué lo ocasionó, pero así como vino se fue.  Imagino que como yo, habrá muchos de ustedes que tengan sus propias experiencias que jamás querrán contar.  Lo cierto es que no por ello debemos echarle tierra a las ajenas.  Nuestro instinto de supervivencia tiene como reacción natural el temor a lo desconocido.  En consecuencia tendemos a ignorar y desacreditar todo lo que no entendemos, peor si se trata de fantasmas, demonios y eventos sobre naturales.  Confieso que cuando me dijeron que había unas jóvenes estudiantes poseídas por el demonio, recordé el evento de una muchacha que dijo ser raptada y examinada por extraterrestres,  tratando de  ocultar  “los avances” de su nuevo pretendiente.  También pensé en histeria colectiva, o viveza colectiva, aupada por el sensacionalismo mediático.  En el acto recordé mi juventud de Ouija,  Juanito (que jamás practiqué) los pitufos (que decían eran satánicos) la película del exorcista, el íncubo, la serpiente y el arcoíris, el ente, Manitou, la profecía, hasta detenerme más recientemente en Emily Rose (cuya contraparte real investigué)  y hace poco el siniestro libro de Adán (de Ted Dekker).



Yo  no puedo negar, bajo ninguna circunstancia, la existencia de eventos paranormales buenos o malos.  Después de lo que me ocurrió aquella vez, he decidido no darle mucho hilo a este tipo de temas.  Dicho sea de paso, pensé bastante antes de escribir este artículo. Pero,  fuera del sensacionalismo con que lo ha tratado la prensa local (como siempre, exudando tufo novelesco)  pese a la mofa de que se trate de un “diablo verde”  (que sólo persigue jovencitas) o un diablo goloso, o cualquier otra burla que pueda surgir en el camino, yo le echaría una segunda mirada al asunto.  Y voy a decirlo tal cual, fuera de toda broma afín: Cuando a una persona “la marcan”, y dicha persona no tiene acceso a un  recurso espiritual (propio o ajeno) hay que ayudarla.  Reitero, es saludable, sobre todo en nuestro mundo tan rápido y “dañino”, entender que el ser humano no sólo es mente y cuerpo, sino espíritu, energía,  emociones, alma, intuición etc.   Cuando uno sufre una cardiopatía, no va donde un maestro a que lo cure.  Tiene que asistirse con un médico, obligatoriamente cardiólogo.   Cuando uno tiene una enfermedad mental, no va a un cardiólogo, sino a un siquiatra.  ¿Cuando uno tiene una enfermedad espiritual, qué hace?...  Si negamos las dolencias del espíritu, pues también negaríamos sus gratificaciones, y así hasta negar su propia existencia.  Ignorando las cosas, jamás haremos que desaparezcan.  Tal vez ahora esté de moda “hacerse el Bernie” (total, si Japanese lo canta y el presidente lo baila…).  Tal vez se trate de una droga nueva (recordemos el caso del Zombie caníbal de miami).  Tal vez quieran ganar relevancia, popularidad o notas de pase.  De cualquier forma habrá que investigar.  


No he escrito este artículo para decir que sea falso o cierto lo que está ocurriendo en Portobelo (curiosamente, donde se redime la gente de “vivir comprometido” siguiendo al Cristo negro) y Darién, tampoco me corresponde decirlo.  Sin embargo, aprovecho la coyuntura para dar un pincelazo a aquella otra realidad, que al panameño común  (tan enredado en su propia subsistencia) no le parece tan familiar (sin que por ello, pueda negarla).  Supongamos entonces que bajo tanta farándula, existiera una joven de estas, verdaderamente poseída ¿Quién la ayudaría?...  Ahora bien, digamos que el demonio no está afectando a nuestra juventud, y todo fue invento.  Fuera de las convulsiones, las voces extrañas, los ruidos de puercos, alaridos etc.  ¿Por qué una estudiante querría envenenar a su maestra? ¿Por qué una estudiante desfigura a su maestra? ¿Qué lleva a un estudiante, a cortarle la cara a otro estudiante de séptimo grado? ¿Qué lleva a unos estudiantes ebrios, a entrar a una casa de citas en un bus? ¿Qué lleva a un joven, a asesinar a puñaladas a un cura? ¿Qué lleva a una hija, a asesinar a punzadas a su madre? ¿A un hombre, a golpes a su mujer? ¿Que nos lleva a las peores masacres mundiales, buscando la paz a punta de guerra?  ¿Acaso la sociedad, una sociedad del… demonio? 



martes, 28 de agosto de 2012

Confianza electoral


Juan Carlos Navarro jamás ha sido figura de mi beneplácito.  En el pasado, siendo él alcalde, tuve un par de experiencias “insubstanciales”, cuando justamente pensé que involucrarlo me ayudaría en algo.  No sé por qué tengo la impresión de que él como presidente, sería igual que Martín.  Digo “no sé por qué”, porque jamás he seguido al  PRD, ni  lo que ocurra en él.  Sin embargo, algo le instauraron los militares en su espíritu, que ha continuado hasta hoy.  Pienso lo más calmado posible, tratando de entender cómo un grupo de gente que otrora fueron  “aliados" o gestados por tipos tan malignos y brutales como los militares, pudo subsistir ( y tan fortalecidos) hasta nuestros días.  Sin embargo lo hicieron, por vía democrática inclusive.  Pudiera estar algún tiempo especulando al respecto, pero creo que mi tiempo merece mejor desempeño.  Dicho sea de paso, jamás he considerado  líder al difunto Torrijos, ni a ningún otro de la cadena que le siguió.  Siempre lo he visto como algo abyecto, producido por situaciones tal vez aún más nefastas.  Un sujeto que, aparte de instaurar la época más siniestra y maligna del país,  institucionalizó (sino reforzó mucho) el paternalismo como forma de promover al pueblo.  Creando (o fortaleciendo aún más) la cultura parasitaria que tanto nos ha dañado como ciudadanos e individuos.  Su hijo fue otro presidente más que pasó (lo único que con una cinta costera) dejando tras su lapso histórico,  terribles recuerdos de muertes como el envenenamiento del jarabe, los quemados del bus etc.  El PRD, para mí es sinónimo de muerte (“Civilista visto, civilista muerto”).  Sin embargo, éste pueblo es éste pueblo... y ya abogó por ellos con anterioridad, democrática y reiteradamente.



En consecuencia a lo antes referido, tampoco me extraña “el espectáculo democrático” que dieron el fin de semana pasado, ni las balaceras, ni los previos acontecimientos “irregulares” ligados a su forma de hacer política.  Pero aún más deprimente es tener que reconocerlos como la principal muralla de choque para con nuestros actuales gobernantes.  El arnulfismo, panameñismo o como quieran llamarle, ha pasado a un sitial gris, indefinido.  Al cual tampoco aporta la insistencia desfasada de la otrora presidenta de la república, que a mi parecer, también fue “otro presidente más” (lo único que con un puente).  Ya lo he dicho antes, me deprime reconocer que el panameño no tenga mejores opciones, apenas reciclarse en lo “peorcito” de su pasado.  Aún así,  me aterra más la idea de contribuir a que “los de ahora”, estos capitalistas caníbales, sigan enterrando al país, de una forma tan antropofágica como lo han venido haciendo.  Destruyendo la poca esencia libre que le quede al panameño, para convertirla brevemente en las flatulencias de sus harturas in saecula saeculorum.  En las elecciones pasadas, fue público que al señor Navarro lo dejaron como quien diría “vestido y alborotado” gracias a un giro (algunos dicen que gracias a una traición; en el fondo sólo ellos sabrán).  Un traspié, por así decirlo, que terminó sufriendo toda la república, porque de una u otra forma contribuyó a “lo” que tenemos hoy.  Para colmos, hay quienes hablan de “caballo de Troya”  o “amigos” del actual gobierno etc. etc. etc.  A mí nada de eso me consta, sin embargo, dado nuestro sistema democrático, cuando la mayoría habla hay que respetarla (sin importar que nos haya llevado a cinco equivocaciones, cada una peor que su predecesora).  Y eso sí me preocuparía, que en el 2014 se desconozca la voluntad popular.   ¿Por qué?, no por lo que diga la gente, los magistrados o cualquier Nostradamus que pueda aparecerse en un año, sino por la naturaleza de los acontecimientos. 


¿Cuáles acontecimientos?...miremos lo que pasó en estas votaciones que acaban de darse.  El asunto del tan cuestionado voto electrónico y demás.  Peor aún, ¿Cuánto tiempo tiene el problema del “Bebedero”, lo que se dice de él, y todo lo que aún no termina de resolverse?.  Digo, si hablamos de voto electrónico y demás innovaciones tecnológicas, se presume que todo ello debe redundar en un proceso más claro, eficiente y rápido.  Sin embargo, según comentan las noticias de ayer, el proceso  fue “considerablemente” demorado.  Hoy dijeron que por la lentitud de los propios votantes (pudiera ser, el panameño suele ser reacio a las innovaciones, pero...).  Estos últimos años hemos visto en la política, el resurgimiento de aspectos tan negativos, tan de bajo calibre, que creíamos desterrados de nuestra realidad cívica. ¿Luego, por qué no esperar la repetición de un fraude electoral?... De cualquier forma, el resultado final dependerá de la actitud que asuma el pueblo, llegado el momento.

Preguntémosle al pasado



Antes de proceder con mi siguiente análisis, he de mencionar que tengo nada en contra de la figura del vicepresidente Varela, que actualmente hace una “extraña” oposición desde el gobierno.  Es triste la postura que ocupa.  Con esa actitud el panameñismo ha asumido el rol de “cáncer de piel” de Cambio Democrático.  Digo cáncer de piel, por ser uno de los más benignos (sin dejar de ser malo, obvio) que existen.  De cierta índole “cosmética” y siniestra simultáneamente.    A mi parecer, si tuviera que elegir presidente entre Ricardo Martinelli o aláteres y Varela, escogería a Varela.  Parece un sujeto bastante cuerdo, no pasional, objetivo, que se comporta con propiedad en muchos momentos, sin mucha substancia política (igual que el resto) que ha sufrido traspiés políticos que no le favorecen.  El pueblo panameño es más del estilo populista (como el actual) atravesado, irracional, chabacano, juega vivo y peleón.  Curiosamente, si estás demasiado preparado, o estás fuera del alcance socio cultural bajo-medio bajo, en cuanto a cultura y esas cosas, pues, no vas a ningún lado en este país.  Siempre menciono el caso del doctor Arias Calderón, a mi parecer la figura que debió haber sido presidencial en los tiempos de Endara, pero que jamás cuajó.  Y como él  otras tantas figuras capaces y preparadas que han podido ocupar puestos de distinción en este país, pero que al pueblo no le cuajan.  Porque sí, en Panamá hay gente MUY preparada, inteligente, capaz y sin rabo de paja o historia de corrupción alguna.  Los hay, pero el pueblo no los quiere.



Varela se mató políticamente hablando, cuando aceptó bajarse a la vicepresidencia.  Y se terminó de enterrar, con esta actitud de “rebelde sin causa” (despecho) que ha tomado.  Da la impresión de ser un niño regañado, o un adolescente con problemas de “crecimiento”, frente a la actitud impositiva  y no pocas veces tajante del actual presidente.  Iba bien cuando Martinelli se tambaleó con lo de La Vítola y demás, pero por alguna razón, en el intermedio quedó rezagado.  Luego sale el grupo de “amigos de Varela”, cuya existencia he discutido en artículo previo (¿Amigo de quién?).  Ahora anuncia esto de “100-cero”, un plan para abastecer de agua potable, todo el tiempo, a todo el país, partiendo de la reducción brutal del presupuesto de publicidad gubernamental.  Digo, Varela, por favor, tú moriste, fuiste al infierno, no has resucitado aún y te apareces como un fantasma vociferando cuentos de hadas ¿????. Perdona, pero eso no tiene sentido.  A no ser que estés apostando a la baja cocción del intelecto en masa panameño, lo cual diría que, efectivamente, eres uno más de los mismos. 




Parece otra promesa de aquellas como: “Si votan por mí, le pongo techo a las calles”.  O una que escuché en la campaña pasada: “En Panamá hay suficiente dinero, pero no hay buenos administradores”…un par de meses después, nos clavarían la subida al 7%, el asunto de la paridad numérica, el soterramiento de cables, la canasta básica, la gasolina, etc. etc. etc.   ¿Quieres hacer algo en serio?...ESTUDIA !!!!.  Por favor, aún estás dentro del gobierno, puedes sacarle los números a la tripa de la bestia, plantea propuestas científicas, con fórmulas concretas, números y preséntala NO a los medios de comunicación únicamente, sino AL PUEBLO, hazlos que te escuchen si no quieren escucharte, busca la forma.  El momento es ahora, cuando este gobierno se pudre sobre su propio accionar.  Ve a las universidades, baja al pueblo, anda a los parques, involucra a la gente, discute en foros, sustenta tu idea.  A no ser que quieras hacer otra fórmula de gobierno (de núcleo elitista y periferia repleta de aduladores incapaces) de aquellos  que sólo utilizan al pueblo para lucrar de su tragedia social.  De lo contrario, permíteme decirte que no convences a nadie, y con la sombra, el aura y lo demás que te cargas encima políticamente, pues, despídete del 2014.  Navarro se está consolidando con mayor fuerza, y tal parece que el PRD ha sabido unirse.  ¿Podremos decir lo mismo del panameñismo?


La señora Mireya ha salido varias veces comentando su posible candidatura.  Digo, a estas alturas pelear con una mujer (menos de su edad y trayectoria política, dicho sea de paso póstuma a Arnulfo Arias) desluciría tremendamente, sino que lo diga Navarro contra Balbina en las elecciones pasadas (aún siendo Balbina, ella y “su pasado oscuro”).  He  escuchado (leído) a Mireya decir que muchas personas le han pedido que “vuelva” (se lance, o algo por el estilo) que el partido necesita otro tipo de liderazgo etc.  Lo que ignora la ex presidente, o mejor dicho, lo que parece no haber aprendido (o no le interesó aprender) la vez anterior (igual a todos sus antecesores y subsiguientes en el cargo) es que un gobierno no se hace de “allegados” sino del pueblo.   Por eso me causa tanta gracia semejante humor negro de: “Vox Populi, vox Dei”… Con esa perspectiva, lastre de su pasada administración, abortaría cualquier conato de triunfo o similar.  Yo en lo personal no veo lógica a ese intento.  Sin embargo, tal vez Mireya jamás gane, pero Varela bien podría terminar de “perder” políticamente. ¿Beneficiará esta actitud al partido?.  Pregúntenle a Balbina y Navarro.  ¿Beneficiará esta actitud al país?...miremos entonces, cómo quedó Panamá, después del conflicto Balbina-Navarro.  Vamos a tener metro, calles reparadas, cinta costera 3 y un país invivible…

miércoles, 22 de agosto de 2012

A Dios rogando



Yo en artículos anteriores, he señalado que el gobierno no tiene un contacto social real con el panameño, pero esto ya es el colmo.  Primero dicen que no tienen dinero, y el presupuesto no les da.  Ahora anuncian la creación de una efigie de Santa María la antigua…  Aquí abro un paréntesis para aclarar, que he escuchado a muchos comentaristas, comunicadores, periodistas y gente hablar de “la esfinge” de la Virgen.  La esfinge es un ser de fantasía, con rasgos humano-animal.  La efigie es una imagen representativa de alguien.  Yo no sé quién inició eso, pero lo han  repetido como otros tantos “pregones” popularizados por nuestros medios tan cultos y versados, tales como “¿De qué estamos hablando?”, “A otro nivel”, “Poorrrr fa-voorrrrr” etc.  Reitero, Panamá se está volviendo en un país que imita mal, con fuerte tendencia a la mediocridad. Peor aún con esos aparatitos  inteligentes, en los que la gente escribe abreviado,  por no hablar y no pagar, sin importar que anden a pie, manejando, comiendo  etc.
¿Será que la Virgen de Martinelli, irá a ser más grande que el Cristo de Río?

"Vamos a hacer una efigie de Santa María la Antigua que va a ser la más alta del mundo, más alta que la Estatua de la Libertad"… dijo el presidente (eso me recordó a los faraones y las pirámides, ya lo he dicho antes, tiempo de esclavitud del pueblo egipcio bajo el ego de los faraones).  Y yo me pregunto: ¿Es esto necesario?.  Tengo entendido que la levantarán entre la empresa privada y el gobierno, en conmemoración a los quinientos años del descubrimiento del mar del sur, la creación de la primera diócesis en territorio americano etc.  Sí, todo eso está muy bien, como católico no podría más que aplaudir el gesto.  Sin embargo, como humano me pregunto por qué no hacerle una efigie también a la mamá de Buda, Maoma, Krishna, Ra, Hermes Trimegisto, Jimmy Swaggart, Joyce Meyer, Sai Baba etc.   Por otro lado, se supone que en Panamá hay “libertad de culto” pero, ¿Por qué favorecer, de la plata de todos (creyentes o no creyentes) a una religión específica?.  Tal vez Martinelli quiera hacerlo para que la intención divina (usando a la Virgen de intersesora) favorezca a su vertiente política en las próximas elecciones.  Quizás por eso, la prometió “más grande que la estatua de la libertad”, porque el tamaño debe ir en proporción al milagro, ¿O me equivoco?. 

Curiosamente, hace poco el presidente anunció un aumento de veinte dólares al programa cien a los setenta, a partir del 2013. Y yo pregunto ¿Qué ha ocurrido con el hueco presupuestario para el próximo año? ¿Por qué el 2013? ¿Hay dinero o no hay dinero? ¿De dónde lo van a sacar? ¿Quién miente? ¿Por qué miente el que miente?. Yo escribí hace unos días que Panamá requería un presidente, no un mago ilusionista (Ver mi artículo Queríamos un presidente, no un ilusionista ).  Porque un presidente resuelve, pero el mago nos dice que “resuelve” y luego todo resulta un engaño (e inclusive, podría decirse que pagamos para que nos egañen).  De engaños el panameño pensante está harto; la masa es otra cosa… Esa misma masa, que tal vez se sienta motivada a votar  por los veinte dólares de más en los cien a los setenta.  Esa misma masa que tal vez se sienta motivada a votar por esta gente, cuando pase y vea la enorme estatua de la Virgen.  Esa misma masa que tal vez se sienta motivada a votar por esta gente, porque los legisladores hacen “ferias libres” en cualquier parte. ¿Pero qué hay detrás de la motivación, el fervor exaltado y las migajas?... la realidad, una vida cada vez más cara, insegura e insufrible.


Cuando veo al presidente “supervisando” obras, pienso que le pagamos no por presidente sino por supervisor, inspector, y con muchísima suerte Project manager tal vez.  Y me recuerda tanto, pero tanto, a algunos de sus antecesores que se la pasaron “inaugurando” obras, cortando cintas etc.  Pero él dijo que “iba a ser diferente"...  Recuerdo que el gobierno de Martín Torrijos cambiaba a los ministros cada cierto tiempo.  El actual presidente (aunque dijo "ser diferente")  parece haberle copiado el estilo (aunque lo de él, más que cambio parece rotación). ¿No que ellos gobernaban sólo con los mejores, entonces para qué cambiarlos o rotarlos?.  Y para colmos, luego los nombra “ministros consejeros”.  Digamos que yo boto a un empleado del trabajo por ineficiente (ladrón o lo que sea)  y luego lo nombro de consejero. ¿Acaso eso tiene algún tipo de sentido?...  A los ministros consejeros los nombran sin salario, como si fueran los más abnegados y sacrificados trabajadores de la patria.  Pero yo me pregunto, entre tanto escándalo de corrupción que ha salpicado a este gobierno, ¿Podemos creer en la abnegación de algunos de sus funcionarios, destituidos, renunciados o rotados???. 


 Yo no sé si ustedes lo ven como yo, pero aquí no hay luz en todo este asunto, sino precisamente oscuridad, velocidad y distracción, caldo de cultivo para tremendo truco de magia.  Estas personas han demostrado que necesitan más que un milagro para repetir en el poder, pero mal no les caería otro "truco de magia".  La lentitud de pensamiento que manifiesta el panameño en masa, me preocupa.  También me preocupa que esa estatua nos tire “demasiada sombra”, en lugar de darnos buena luz.  Por otro lado, la mejor distracción siempre la hemos cargado aporreándonos: El costo de la vida, la inseguridad social, el problema del agua, la basura, política del peor nivel etc.  No, esto no es asunto que se resuelva con una imagen de la virgen.  Nos caería mejor, en tal caso, recordar aquella frase tan célebre de Don Bosco: “A Dios rogando, y con el mazo dando”...

Aquella multa

No sé cómo catalogar esta noticia, si buena, mala, o bomba de humo.  De alguna forma el titular me llamó la atención, mientras realizaba un reconocimiento superficial de noticias.  “La ASEP multa a EDEMET con un millón de dólares”,  ¿Debo creerles?...  No voy a referirme en substancia  al asunto, sin embargo he de mencionar que el evento viene desde el  2006, con arrastre del 2005.  Ha de tenerse en cuenta que eran otros gobiernos, concluyendo en el actual.  
Mi opinión para con la ASEP (Autoridad de los Servicios Públicos) no es la mejor.  Igual me ocurre con estos otros organismos que se crean como soporte (no corrección) de algo que no anda bien en la relación gobierno - estado.  Es decir, en un gobierno que funcione bien y legítimamente,  no se precisa de una ASEP (o ente regulador) defensor del pueblo, zar anticorrupción, ACODECO (o CLICAC)  etc.  Yo considero que esas instituciones no protegen a nadie de nadie, ni al ciudadano del estado (reitero, del estado mismo) ni al ciudadano del gobierno, ni al ciudadano de la empresa privada, ni al ciudadano del ciudadano.  ¿Será que las hacen inoperantes, o no les dan suficiente alcance legal?, no sé.  Pero como sea, toda la vida me ha parecido que restan más de lo que suman popularmente.   Aumentando “porque sí”, por efecto casi decorativo,  el gasto público, la burocracia y la frustración ciudadana.
Hace poco comentaba, cómo ciertas empresas demasiado grandes en el país, básicamente hacen lo que le da la gana con el consumidor (ver artículo  Cultura de servicio o del servicio ) .  De hecho, actualmente hay un pleito (que si no ha aterrizado, está por aterrizar) muy grande entre la población del área oeste y las grandes empresas de electricidad.  He escuchado a varias personas por televisión y radio, quejarse de que los apagones son muy frecuentes, se les queman los aparatos eléctricos y electrónicos, y nadie hace mayor cosa.  Teniendo en consideración el fallo contra EDEMET (que demoró tanto tiempo) me atrevería a preguntar : ¿Y mientras tanto, quién ayuda a todas esas personas que se han quedado sin lavadoras, computadoras,  refrigeradoras, etc.? (digo, porque no todos son juega-vivo). “ La venganza es un plato que se sirve frío”, escribió Pierre Choderlos de Laclos en las amistades peligrosas (Les liaisons dangereuses).  Pero eso no ocurre con la justicia, que se agria e indigesta al paso.   Sin contar que la venganza no es justicia, ni la justicia venganza (aunque se suelan confundir mucho).

¿Entonces podríamos decir que todas estas instituciones, de “protección” ciudadana (por llamarlas de alguna forma) están ejerciendo bien su rol?.  Yo diría que no, y que estamos muy lejos, por no decir completamente lejos …pero la noticia es positiva.  Hay quienes dicen que esa compañía se hace “la multa” en un abrir y cerrar de ojos, pero eso no me corresponde a mí decirlo.  Por el momento hubo un fallo, demoró pero lo hubo, quizás fue poco dinero pero lo hubo.  ¿Podríamos hablar de un precedente? ¿Podríamos esperar a futuro algo más?, no sé, habría que evaluar muchas cosas antes.  Aunque bien dice el refrán, que una golondrina no hace verano, aunque pueda ser un evento aislado producto de un fallo aleatorio en las iteraciones de nuestro sistema denso y mal logrado… hubo un fallo.  Ya veremos después qué pasa.

Una comunidad sin maleantes

El día de ayer iba de regreso a mi casa, cuando escuché por la radio que un ladrón fue sorprendido infraganti robando una computadora de escuela (Juan Arturo Martinelli Sosa ubicada en Villa Lobos, corregimiento de Pedregal).  Abrió un hueco en la ventana y procedió con el delito.  Una situación tan común,  que en otras circunstancias no hubiera generado una nota de mi parte.  Total, es el pan nuestro de cada día en una sociedad con autoridades tan apáticas y un pueblo cómplice de palabra u omisión. 
Sin embargo, la noticia tuvo un aspecto que me pareció muy positivo y digno de resaltar.  Al sujeto lo agarraron gracias a la comunidad, que dio información a las autoridades y procedieron a la captura del mismo cerca del sitio. ¿Por qué algo así me llamó la atención? porque es el panorama que debería ser nuestro factor común social. 
Los maleantes, los delincuentes, corresponden a un lado extremo y nefasto de la naturaleza grupal, social, humana.  Tal vez jamás se extingan, pero, si tuviéramos autoridades más proactivas (ver mi artículo Mediocridad en éxtasis  ) y un pueblo más unido, los maleantes estarían a buen recaudo.  No así intentando  gobernarnos, ya fuera por el terror colectivo, la corrupción inherente a la debilidad humana,  y  la política (como dice el otro, que “ahora” existen narcos tratando de entrar a la política panameña).   
Si pudiéramos ser tan proactivos y colaboradores como esa comunidad, que se unió para capturar a un delincuente que atentó contra el bien común, la cosa pública etc., pudiéramos hacerlo como pueblo el día de mañana, para atrapar a los maleantes de saco y corbata, o a los maleantes de camisas… que cometan peculado, o jueguen con nuestros impuestos.  Tal vez, sólo tal vez…

lunes, 20 de agosto de 2012

Aprender a ser individuos


Siempre me he preguntado por qué el hombre, animal superior, sigue imitando esa conducta grupal muy similar a la de los animales en manada.  No soy sociólogo, pero creo que a eso le llaman conducta gregaria.  Sería ideal que los grupos se formaran para ayudarnos a “formarnos” como humanos, pero la mayoría se hace para deformarnos como humanos, y reformarnos como masa. ¿Por qué?  Entiendo que los animales se agrupan para protegerse, compartir el alimento y demás cosas.  Pero el hombre se agrupa ocasionalmente por el mero placer de dañar a otro (externo o interno a su asociación).  Supongo que esto no tiene nada que ver con el hecho y la naturaleza (correcta o incorrecta) de que los seres vivientes se agrupen, sino porque el ser humano tiende a utilizar sus capacidades mentales, para fines contraproducentes, negativos, contra natura, contra especie, y de hecho las ve potenciadas trabajando en equipo.  Supongo que el mal se hace mejor, si tenemos mucha gente que disfrute el hecho, o nos ayude a hacerlo, mayor efectividad (mayor mal) a menor esfuerzo.  ¿Luego, el problema será reunirse para hacer mal, o sólo reunirse?.  ¿Será que en esencia somos demasiado débiles a nivel individual?, caso tal, ¿No sería preferible fortalecernos individualmente y luego levantar uniones más fuertes y productivas ???. No puedo especificarlo, pero, definitivamente hay algo en esencia malo en las agrupaciones humanas, que, dicho sea de paso, tienden a deteriorarse y no pocas veces terminan destruyendo a sus propios miembros, en guerras interinas. ¿Los animales se agrupan, acaso para matarse mejor entre ellos mismos?...no lo creo.  ¿Será que tal cosa es propiedad exclusiva del pensamiento humano?, del libre albedrío, del discernimiento, tampoco puedo asegurarlo, pero está pasando, pasó y al parecer seguirá pasando.  Tal vez sea una mutación o desproporción del instinto de supervivencia, al pasar por el tamiz intelectual… tampoco lo sé.  Quisiera que alguna vez, algún sociólogo, sicólogo o antropólogo  me lo explicara.


Yo no nací con la necesidad de ser tan gregario, o tal vez fue una conducta aprendida en una época tan temprana de mi vida que ya ni recuerdo,  o la habré desarrollado por factores circunstanciales.  Como sea,  me he acostumbrado a ser netamente individualista, y selecciono muy bien a las personas con las que me relaciono (aunque suelo tratar bien a todo el mundo).  No pertenezco, ni siento necesidad de pertenecer  a ningún grupo, asociación o unión específica, sólo la consanguínea y la conyugal.  Pero reconozco que el ser humano no puede vivir aislado, por lo cual valoro el trabajo en equipo, no así cargar a otros.  Y por NO “cargar” a otros, he tenido muchos choque sociales al topar de frente “las roscas”, “los grupitos” y las pendejaditas que si bien es cierto nacen en la infancia-adolescencia, tal parece que el ser humano  JAMÁS madura.   Menos en una sociedad que, como ya he mencionado antes, genera seres incompletos, niños crecidos que después tilda de “adultos” por el sólo hecho de que orgánicamente pueden  “tener relaciones sexuales”.   Es decir, el individuo no se termina de formar como SER, como INDIVIDUO, cuando ya la sociedad los empotra en roles prematuros, o esquemas de MASA (ver mi artículo  ¿Encarcelar al padre o a la familia?).   Trayendo como consecuencia, problemas más graves del espectro adulto como la discriminación, intolerancia, segregación, guerras, exterminios  etc.  Como no me inquietan los grupos, casi siempre he tenido la oportunidad de sufrir sus embates en directo, teniendo así la oportunidad de observarlos o analizarlos desde lejos, desde la privilegiada posición de “ente externo”.  He notado que efectivamente, los grupos se forman en su mayoría de personas débiles en algún aspecto (casi siempre lo que genera la unión del grupo) dirigidos por una persona, o un muy reducido grupo de personas, apenas un poco más parlantes o  agresivas que el resto, a los que mal llaman “líderes”.  No necesariamente los más preparados, ni los más fuertes, ni los más sabios, ni  los más experimentados, ni los más aptos, como dictaría la lógica-naturaleza.  Aún más recientemente, he notado que los grupos humanos son encabezados por personas cuya capacidad principal es “ser más atrayente”, no necesariamente más substancial (populismo).  Lo cual es terriblemente favorable a una sociedad  obsesionada con la producción, que enriquece a unos menos, masificando-explotando a muchos.  La individualidad atenta contra el esquema social de máxima productividad, mediante el cual los pequeños poderes dominantes del mundo, mantienen secuestrada al gran resto humano.


Muchas veces, el líder de la “manda”  humana, por llamarlo de una forma acorde, es una persona igual o más insegura al promedio del grupo, que requiere mucho mayor reconocimiento o afecto, o quién sabe qué, que los demás del grupo.  Repito, es lo que yo pienso y he observado, puede que esté muy equivocado, porque no tengo estudios humanos “conductuales” ni nada por el estilo.  De cualquier forma, éste líder, que en cierto modo es un imán humano, de personas socialmente deformadas o incompletas como él mismo, crea lo que yo denomino una asociación de conveniencia y muy bajo perfil.  Destinado a saciar su déficit personal, llenar algún vacío o satisfacer su ego con seres de tipo aproximado.  Desde el momento en que esta persona descubre que su rango de atracción es inefectivo para con un espécimen diferente, por así decirlo, lo identifica como una real amenaza a “su liderazgo”, y en consecuencia moviliza al grupo en contra del extraño (de lo cual he hablado y escrito anteriormente).  Pequeñas cuestiones que en su mayoría no llegan a ofender, ni a amenazar la existencia del grupo en sí, pero que por alguna razón afectan al ego del líder.  Cuestiones tan sencillas como “no te plegaste ante mí”, “no me quieres”, “no te parezco gracioso”, “no me produces”  (caprichos, egoísmo y comportamientos infantiles) o peores, desatan linchamientos, guerras, estereotipos, odios viscerales, muertes en masa etc. La masa (el grupo) se convierte en punta de lanza o escudo, contra todo aquel que "desconozca al grupo", o mejor dicho, a su "líder".  Luego viene todo este asunto del culto a la personalidad, leyendas etc.


Con una conducta grupal, que a todas luces parece más primitiva que la de los mismos animales, me extraña mucho no habernos extinguido como especie hace rato.  Pero, tal parece que estuviéramos en vías de lograrlo, sino por cuenta nuestra, por reacción tal vez del mismo planeta.  Porque toda esta contaminación, deforestación y explotación humana, responde al mismo modelo.  Pequeños grupos adinerados (consorcios gigantes) comandando, explotando y esclavizando a las grandes masas humanas.  Tanto así que han ocasionado, no  la reacción de la gran masa manipulada y oprimida, sino la del mismo planeta afectado.  Luego escucho voces pidiéndonos “tolerancia” en aspectos mucho más triviales y divergentes de la vida humana (el homosexualismo, la legalización de las drogas, etc.) pero no así para el que nos ha mantenido vivos como especie: La libertad de pensamiento.  La humanidad  tendrá que tomar una pronta decisión entre  seguir haciéndose más animal, o aceptar la completa responsabilidad  de comportarnos como humanos.  Lo cual jamás lograremos, sin primero aprender a ser INDIVIDUOS

Buena pelota !!!!





Dado que este es un sitio web de análisis y crítica, no acostumbro poner notas positivas, ni alegres, tampoco soy bueno relatándolas, ni redactándolas.  Sin embargo, NO TODO PUEDE SER MALO.  No todo puede ser malo para Panamá, por eso  trataré de incluir por semana, uno o más “BREVES”  comentarios, relacionados a eventos “buenos del patio”.

Inicio pues la saga, con el desempeño que ha tenido el equipo panameño, más específicamente de Coclé, en el mundial de pequeñas ligas.  Yo NO SOY aficionado al deporte (mucho menos fuera de mundiales, series finales y Olimpiadas).  Tampoco veo el tan comercializado futbol de la liga española u otro similar.  Sin embargo, vale la pena resaltar la buena ejecución que han tenido los jóvenes beisbolistas.  Y sin ánimos de “salar” el asunto, aquí corto el alago.  A su tiempo, de ser pertinente, explayaré mis felicitaciones.

Debo reconocer que desconozco la trascendencia del equipo panameño en dicha lid, pero hace rato vengo oyendo sobre “buen desempeño” de nuestros pequeños peloteros (no sé si serán los mismos, o serán  otros).  Tampoco voy a profundizar en el tema, sin embargo, me parece curioso que, pese a que estos muchachitos (u otros) han venido sobresaliendo, la mayor atención sigue enfocada al futbol nacional.  Si no me equivoco, históricamente el beisbol nos ha dado más glorias que el futbol, tal vez por ser un deporte que presenta mayores posibilidades individuales.  Ya he dicho que Panamá, salvo honrosas excepciones,  no trabaja muy bien  a nivel grupal (social, deportista, musical etc.) 


Sin embargo, parece que el futbol representa en cierta forma, el reflejo de algún tipo de evolución social para el panameño, porque recientemente ha generado  triunfos GRUPALES, que tal vez mañana nos puedan enseñar a “trabajar más en equipo”  como sociedad, o como pueblo.  Ya vimos el rendimiento panameño en las olimpiadas, y dejé por sentado que tampoco tenemos moral para criticarlos (ver mi artículo El milagro de Saladino ) porque no hemos hecho lo suficiente para que nuestra realidad olímpica sea otra.  Pero, ya que tenemos mayor tradición de éxitos en el Beisbol, y los seguimos teniendo, ¿Por qué no invertir más en ello?. 

Igual que en el boxeo, o en otras tantas disciplinas (aparte del deporte, como la música) en la que generemos naturalmente, un buen espectro de posibilidades de éxito. Pudieran ayudar también, la empresa privada y el gobierno.  Si bien la empresa privada no fuera tan “egoísta”, por no decir "hambrienta”, y los gobiernos tan...

Que Dios allane el camino de estos jóvenes deportistas, y todos aquellos que quieran encarnar motivos de gloria para Panamá. Amén.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿Cultura de servicio, o del servicio?


Panamá, como cualquier otro de los tantos países consumistas, subdesarrollado, de pobre industria,  con tendencia marcada a la importación, cuyos gobernantes practican el capitalismo salvaje indiscriminadamente, vive de fantasías en muchos de nuestros aspectos sociales.   Luego está el nefasto sistema de crédito, que se ha popularizado en los últimos años, haciendo al pobre más pobre y más esclavo del rico.  Tampoco  podría dejar por fuera  la pobrísima  cultura de deservicio, únicamente orientada al que paga más o da mejores propinas (si acaso).  Por eso me da harta risa el ciclo de vida atropellado en el que nos hemos metido, producto de la inversión foránea (acostumbrada a operar otras densidades poblacionales).  El panameño general, lento en su naturaleza, hostil, algo inculto pero de alguna forma sabio, ha tenido que adaptarse “a los rápidos” de la corriente de producción moderna, tal vez surfeando sobre una ola de tecnología mayor a sus capacidades monetarias, personales, profesionales, de conocimiento o entrenamiento.  Y en eso nace un espectro híbrido de  “la cultura corporativa”, mal copiada de los grandes países, jamás ambientada al trópico, pero “que hay que seguir” (aunque nadie sepa, ni se atreva a preguntar por qué).  Y empiezan las ridículas propagandas “corporativas” de yates o mansiones, y a lo interno empresarial aquellos patéticos seminarios de atención al cliente, que terminan pudriéndose en el fondo de las burocracias más aberrantes. Toda una publicidad, una pantomima, una mueca que sugiere grandes empresas, sostenidas por miles de esclavos mal tratados y sub pagados, pero llenos (por no decir preñados) de talleres de cuerda, cursos de motivación, inducción, liderazgo, servicio, bla, bla, bla.  Apoyados por literaturas baratas de farmacia o supermercado, sobre “el positivismo”, “la palabra”, “hágase rico”, “sea su propio jefe”, bla, bla, bla.



Me preocupa que nuestra sociedad irrespete, subvalore y denigre a sus mayores (y menores) en lugar de respetarlos, porque son viejos, no son estéticos, son lentos y en lugar de producir más, le  tienden a “estorbar”.  Una sociedad joven pero esclava e imitadora, que ignora algo fundamental de sus peores piezas de colección: los ancianos, ignorando toda su experiencia y sabiduría asociada.  Como dice el refrán que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, vivimos en un mundo de personas “angelicales” y cada vez más estúpidas.  Hemos cedido nuestra capacidad de pensar, para que los artefactos eléctricos lo hagan por nosotros.  Una vida más cómoda, y obtusa.  Luego, es mejor esconder a nuestros ancianos en asilos, o a lo interno de nuestras casas, porque ellos constituyen alguna forma de vida, que no puede ser  digitalizada en facebook.  Y estar fuera de la red social, es peligroso...  Pero los viejos enseñan cosas valiosas, como por ejemplo, a trabajar por lo que se quiere.  A luchar, a esforzarse y no obtener las cosas “gratis”, o que no le corresponden.  Y tampoco son todos los viejos, porque los hubo quienes implantaron el “juega vivo” generacionalmente en Panamá, y esos viejos de ahora, no fueron mejores jóvenes.  Pero en fin, los otros nos enseñaron a valorar el esfuerzo, a trabajar por lo que se necesita.  Lo cual contradice los valores de nuestra sociedad, que predica el menor esfuerzo (soportado en la tecnología) la inmediatez (soportada en la tecnología) la mayor producción (soportado en la tecnología y el sistema esclavista-capitalista) el hedonismo y los sobre – derechos (exigir más de lo que realmente ha dado).  Yo critico al sistema de crédito, que le crea el espejismo a la persona, de tener  un dinero que en realidad no tiene, que no ha trabajado aún y que le va a costar mucho más de lo que seguramente vale.  Y así es, vivimos en una sociedad “de conceptos y velocidad” que nos hace creer que somos libres, cuando más profundamente se nos esclaviza. 


Hace unos días voy a una corporación de la cual soy cliente, para poner una queja de uno de los servicios que me presta.  Sucede que es la única compañía en Panamá que presta ese tipo de servicio, lo cual le da todo el espectro de la exclusividad.  Mi facturación, entre todos los servicios no es ni mucha ni poca. En la sucursal espero toda una vida a que me atiendan, y finalmente me recibe una muchachita bastante joven, en un escritorio moderno, detrás de una pantalla de computadora.  La joven, muy hermosa y agradable, me dice que "en sucursal" no pueden resolver el problema, que acuda al callcenter.  Digo, uno busca la sucursal para un mejor arraigo de servicio, pero la sucursal me manda al centro de llamadas.  Para eso hubiera llamado desde mi casa.  Pero en fin, llamo.  Escucho un cerro de propagandas, sigo las instrucciones, marco varias teclas y nada.  En el proceso, me atiende una contestadora automática.  Llamo de nuevo, no hay forma de que un humano me atienda, vuelven las propagandas, vuelvo a teclear y nada.  Se repite el ciclo tres veces más, hasta que por insistencia y metiéndome en la sección de “empresas”, consigo por fin hablar con alguien.  Ese alguien me deja en espera, luego me da otro número de teléfono para que llame.  Llamo al número que me dan, vuelven las propagandas, vuelve el manejo de teclas, hasta que me contesta un sujeto.  El sujeto me deja en la línea, muy amablemente pidiéndome que espere, y me tumba la llamada (no sé cómo, pero lo hace).  Me harto del callcenter, decido probar con Internet, para que me den otro número de teléfono más eficaz tal vez.  En Internet espero a que la operadora esté disponible, y cuando está disponible le escribo (después de llenar varios datos que me identifican).  La operadora no me contesta en varios intentos.  Decido volver al teléfono, marco el último número que me dieron, vuelven las propagandas, vuelve el tecleo, me atiende otro sujeto (no el que tumbó la llamada) le explico todo el caso de nuevo y le pido que no me cierre, que yo espero todo lo que quiera pero que por favor no cierre.  No cierra pero se demora, consulta a supervisores, me da un procedimiento de pruebas, lo ejecuto y nada.  Al final de cuentas me dice “El error es suyo, porque a nosotros nos funciona.  Algo anda mal en su instalación”.  ¿Algo anda mal en mi instalación?, pienso, y recuerdo toda la instalación, nada, absolutamente NADA ha variado.  Reclamo, me enojo y pido que me comunique a su supervisor, me deja esperando y la llamada se cae...  Lo más triste del caso es que el mismo ciclo se repite una y otra vez, ya conozco el procedimiento (también conozco el oprobioso y largo procedimiento para cancelar el servicio).  Pero esta vez me harto y decido ir a dos de los organismos de “protección al consumidor” del estado (que sólo parecen funcionar al revés,  “defendiendo”, por no decir blindando,  a las empresas del consumidor). Me tienen varias semanas rebotando entre ellos mientras definen a cuál de los dos corresponde el reclamo (ninguno de los dos estaba claro, por la naturaleza del servicio).  Finalmente uno lo acepta “por insistencia”,  y me dan un grupo de papeles para llenar, y me dice que espere un enorme rato.  ¿Luego que hice?, pues me harté!!!!.  Tremendo reto a mi poca paciencia e iniciativa; ahora estoy probando por otros medios, dándole “vuelta a la caja” quizás.



El mamotreto de cultura corporativa de nuestros países tercermundistas, más específicamente el mercado local panameño, en lugar de facilitarle la vida al cliente, se la hace mucho más difícil (por no decir miserable, considerando las súplicas y el concepto de que “te están haciendo un favor”, sin importar que pagues por el servicio, o que pagues al día).  Por otro lado, el gobierno no protege a nadie. ¿Entonces qué hacemos, o mejor dicho qué hago?... Como clientes no nos queda más que reírnos, cada vez que los vemos ahogarse en su propia  burocracia; y en consecuencia renunciar al servicio en cuestión y a todos los demás.  Desde luego, jamás permitir que nos hablen de cultura de servicio, o peor aún, de cultura “corporativa” en Panamá.  Lo que hay es grandes empresas, esclavizando más empleados por peor salario, rellenándolos de tecnología que ni siquiera saben usar, entorpeciendo el flujo del proceso, para que finalmente maltraten al cliente con su burocracia e ineficiencia olímpica.  No digo que todos los panameños sean así, sin embargo hemos creado una especie de “conciencia” colectiva de intolerancia, hostilidad, egoísmo, juega vivo y sálvese quien pueda entre nosotros mismos, que fácilmente puede apreciarse desde cosas tan simples como el tránsito vehicular, pasando por los ambientes de trabajo y finalmente llegando a los mismos hogares. En consecuencia, sigo con la interrogante: ¿Podrá tener un país cultura de servicio, si sus ciudadanos no le sirven a sus ancianos, a sus niños, ni se sirven entre sí mismos ?. Será conveniente, digo yo, que sigamos pensando que sí…