MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

Una noche de princesa, por cinco años de cenicienta




Como siempre he dicho, el pueblo es una hembra que cada cinco años cambia de macho. Cada cinco años esa hembra entra en celo y pasa del olvido absoluto al cortejo más visceral.  Precisamente ahora atestiguamos el proceso de cortejo, con candidatos electorales prometiéndole el sol, el cielo y las estrellas.  Para luego darle penurias y maltratos por el resto del tiempo, antes de su próximo celo.  Pero estos pretendientes no vienen solos.  Tienen compañeras, amigas con derecho (eventualmente no tan ocultas) que los ayudarán y financiarán  durante el cortejo al pueblo.  ¿Pero qué pasará después de que este macho y esta hembra formalicen su unión? Pues, lo mismo de siempre, él seguirá disfrutando con sus antiguas amantes (aquellos círculos de poder que guardan las espaldas de sus candidaturas) mientras martirizan, chulean y explotan a su esposa (el pueblo)
Ya los tres candidatos más fuertes  le han mostrado al pueblo los círculos de poder que los respaldan, eventualidad que sólo nos ha permitido la proximidad del favoritismo electoral entre los tres.  Como si ahora, las amantes sumaran garantía a la propuesta  de cada pretendiente.  ¿Se supone que con esto,  la novia, el pueblo, habrá de quererlos más, por las “compañeras sentimentales” que los secundan?...Uno respaldado por el marido actual (el gobierno) el segundo respaldado por uno de los grupos de poder más tradicionales del país, y el tercero por su ancestral enemiga (la cruzada civilista)   La novia tendría que ser muy estúpida, o tener muy mala autoestima, para formalizar su relación con el novio y sus “amigas”. Aceptando la infidelidad de facto, para que luego entre los dos la sometan y esclavicen.  
Este pretendiente (candidato) que más bien luce como un chulo, y su amante (los círculos de poder) lucrarán por cinco largos años de la miseria de esta pobre mujer (el pueblo)  El único compromiso de los candidatos debe ser con el pueblo, pero ya todos sabemos que no siempre ocurre lo que debe ser...  Y disfrazarán el asunto de “amistad”, formalizando sus relaciones clandestinas de “pactos” o “declaraciones de apoyo”, para que nadie sospeche nada en medio del trío. Trío amoroso en el que dos se aman, y una tercera sufre. 
Si tan siquiera esta mujer (el pueblo)  tuviera un poco más de dignidad o amor propio, y generara mejores opciones.  Pero como no lo hace, queda a merced de los oportunistas en cada celo democrático.  Muy triste realidad la del pueblo panameño, vivir engañado, engañando y engañándose.  Por una noche de princesa, terminar aceptando cinco años de cenicienta…

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