MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

Cuentos de la cripta, del tránsito vehicular panameño



Las MEGA-obras (aún con los sobrecostos supuestos) no resolverán el tranque, la SPIA dijo algo de eso hace poco (si mal no recuerdo, relacionado al corredor de Vía Brasil)  Aunque no quisiera ser tan pesimista, porque el problema me afecta directamente, digamos que si en algo resuelven estas MEGA-obras, en menos de seis de uso han de quedarse cortas.  Pero bueno, “La efectividad de las obras pasa, y la deuda queda”, y nos va a quedar más de lo que demoremos sacándole beneficio a la solución.  Es decir, antes de que los tranques se vuelvan a repetir, esta vez arriba o debajo de los puentes.  Y es muy poco probable que los futuros gobiernos investiguen sobrecostos (en el caso de que prefiriéramos creer, que secuestrando bienes mal habidos repondríamos algo de dicha deuda)  Como siempre, después de tanta oposición, al final pactan y el pueblo queda fregado, robado y pisado.

Constantemente escucho decir: “en Panamá hay muchos autos”, “las calles son muy estrechas”, “todo queda en el mismo sitio”  Tales constituyen los cuentos de la cripta, del tránsito panameño.  Si se analiza con lógica fría y objetiva, más allá de la manifiesta incapacidad de nuestras autoridades, el tranque no tendría razón de ser.  Quien haya viajado a capitales de países con varios millones de personas y autos,  concluiría casi de inmediato que el “tranque panameño” apenas refleja la carencia gris de nuestras autoridades. La ciudad de Panamá equivale a una esquina del  Distrito Federal, un pedazo de Caracas, Buenos Aires etc. ¿Por qué nos ahogamos entonces?  Porque las personas que tienen el poder de resolver, sencillamente no tienen ni la capacidad, ni las ganas de hacerlo.  En consecuencia surgen las excusas que todos quedamos repitiendo, y una mentira repetida mil veces…la volvemos realidad. Peor aún en este gobierno tan malo, como mediático.  Pura publicidad engañosa, al mejor estilo de los comercios de bajo nivel.

Sin embargo, un ejemplo de la vida real puede más que mucho de lo que pueda decir.  En el gobierno pasado, del cual jamás fui partidario, el tránsito puso a un pequeño grupo de policías mujeres a dirigir el tránsito en Calle 50.  Mientras eso sucedía, todo anduvo bien. Entonces yo entendí que el problema no era tal cosa, sino pereza, incapacidad y mala fe.  Cada vez que viene un mandatario del extranjero, hay una cumbre, o le abren paso a una de estas autoridades que ya todos conocemos, el tránsito se hace expedito. Pero cuando el panameño común va hacia su trabajo, o viene de él, no valemos un centavo.  ¿Qué hay obras por todos lados?... ¿Entonces por qué no triplicaron esfuerzos?  Si sabían lo de las MEGA obras venideras, por qué no fueron precavidos.  ¿Por qué siempre llevan al pueblo contra la pared, hasta la última consecuencia?  Porque sólo les interesa hacer dinero, y nosotros somos simples peones de paso. El tránsito lo resuelven sólo cuando les da la gana.  Apenas están para poner boletas o hablar por celular. La mediocridad se ha vuelto tan general en Panamá, que ya ni siquiera podemos reconocer una respuesta mediocre y la justificamos, nos conformamos, callamos, y peor aún: La replicamos sin darnos cuenta.

La falta de recurso tampoco puede ser excusa en el país de “grado de inversión”. Cuánto se gasta este gobierno en seguridad para personas que ni siquiera imaginamos, allegadas a sus funcionarios más altos (la esposa de alguien, la familia de tal, suplentes etc.)  Si es como dice la propaganda del gobierno, que “Panamá es uno de los países más seguros”, por qué no utilizar ese dinero en soporte aéreo y sincronización de tránsito  terrestre.  ¿Por qué aquí la policía invierte tanto recurso en capturar droga que va hacia Estados Unidos, como si nuestro estamento de seguridad fuera el barrendero de su patio trasero?  En una ciudad con tan pocos habitantes y muchos menos automóviles, no se justifica tanta insuficiencia gubernamental. Porque el cerebro, la seriedad y l corrupción no les da para hacer análisis macro, globales, científicos. No simulan, no proyectan, ni modelan.  Hacen todo como si fueran auténticos tarados, hambrientos de dinero, pasándole a la gente por encima, tratándonos como ganado.  Por eso es que hacen las mamarrachadas que hacen, las implementan a la mitad, luego retroceden e improvisan sobre la marcha.  

En lugar de resolver, empeoran todos los problemas que tocan.  Y los que sí piensan (de entre el montón de tarados y corruptos) venden su razonamiento, títulos y orgullo a la danza de millones.  En tales condiciones (y sin violencia manifiesta)  la estupidez y la corrupción terminan mandando, o dictando el camino a seguir. “Que no se estudie seriamente la situación del tránsito”, es lo justo para un gobierno que “beca” hasta los peores estudiantes, confunde la educación con el entrenamiento, la cultura con el turismo,  y su autoridad reconoce ante los medios “que fue un estudiante de tres”. Porque para tener dinero no hace falta inteligencia, ni siquiera estudios avanzados de ningún tipo.  Peor aún en Panamá, donde sólo se necesita mover las cuerdas de la corrupción, y el dinero brota como  pus de una herida infectada.

Eclesiastés 9:11  Vi además que bajo el sol, no es de los ligeros la carrera… ni de los entendidos las riquezas … sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos.

¡No están haciendo su trabajo! y hay que verlo así, sin justificar la mediocridad.  Mientras eso no pase, seguiremos viviendo traumáticamente engañados. Regalándole al tranque y a esta masa de corruptos, el tiempo de estar con, y el bienestar de nuestras familias.

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