MASLEIDOS

martes, 30 de octubre de 2012

Soluciones, no entregas periodísticas

Nadie puede impedirle al presidente que compre un canal de televisión.  El es un empresario de éxito, nada le impide diversificar. ¿Luego, qué hay de malo en que compre una televisora, o visite sus instalaciones?.  Sin embargo, en un diario de la localidad presentan foto suya, visitando al nuevo canal a plena luz del día.  Yo preguntaría:  ¿Por qué el presidente atiende sus negocios en hora laboral?, pero dándole el beneficio de la duda, dado que el diario no especifica hora ni fecha de la ilustración, pudiera asumir que aquello ocurrió después de las seis, y antes de las siete de la mañana, o un sábado, o un domingo.  Total, ¿Hace cuánto tiempo la gobernadora de la república tiene un programa de radio, de opinión, en supuestas horas de trabajo?.  Entiendo que la ley exceptúa de estas cuestiones (y sólo por cuestiones de prensa) a los funcionarios de elección popular.  Pero de igual forma, asumamos que la gobernadora pre-graba sus programas. 



Sin embargo, cuál sería la implicación de que un presidente atienda sus negocios, o que la gobernadora haga su programa de radio,  en horas laborables.  No así, la nimiedad del horario, que, hasta cierto punto pudiera obviarse.  Sino, más bien el enfoque de los intereses de nuestras autoridades.  Es decir, ¿Por qué nuestras autoridades están tan preocupadas en los medios de comunicación?  Acabamos de salir de una crisis; es más, ni siquiera hemos terminado de salir de una crisis en la segunda provincia más importante del país, sin embargo, nuestras autoridades parecen estar más preocupadas en lo mediático.  De la gobernadora, dado su perfil como profesional de la comunicación, se entiende mucho más y preocupa mucho menos que del presidente.  Dicho sea de paso, la gobernadora gozó de mucho prestigio en la gesta democrática de otrora, pero ¿Cuál es la obsesión de nuestras autoridades, para con los medios?




Hace poco el presidente dijo por televisión que cuando saliera del gobierno, iba a tener más poder del que tiene ahora (palabras más, palabras menos)¿Qué quiso decir?... tal parece un chiste “sin palabras” de humor muy negro.  No se puede negar que el presidente ha tenido férrea oposición desde sus inicios, peor aún desde que el panameñismo salió (o lo sacaron) de la alianza.  Básicamente, el gobierno atrajo sobre sí toda la oposición del país.  Pero esto en nada pareció intimidar al presidente, que, sin darse cuenta, equivocó garrafalmente su actitud al enfrascársele.  En lo que él ha estado peleando con su “oposición” frontal y oculta, su séquito, corte o funcionarios, han equivocado muchos procederes, dando así mayor fuerza a la oposición.  Es decir, el presidente, sino se ha dado cuenta aún, pelea contra la oposición más grande de nuestra nueva democracia, y con gente de su propia lid tan mediocre que, intencional o involuntariamente han favorecido  los argumentos en su contra.  Tal parece, no puedo asegurarlo, que el presidente le ha dado mayor valor al conflicto que ha la resolución de problemas, y por allí lo han llevado, como quien le recoge el sedal a un pez grande.



Todo esto promete mayores y peores conflictos, aún después del 2014.  Si el presidente no depura su gabinete y pone en línea a sus funcionarios, si el presidente no deja de involucrarse tan personalmente con la presidencia, Cambio Democrático quedará enterrado a la posteridad,  tal y cómo algunos de sus predecesores se han encargado de desvirtuar   a sus propias fuerzas políticas.  Claro está, primero habría que ver cuál es la voluntad colectiva de dicho partido, la de su fundador, o la de ellos como grupo político.  Entre tanto y tanto, entre todo este tira y hala que nos han montado, nos montaron y nos seguirán montando cada cinco años, más allá de la obsesión de nuestras autoridades por los medios de comunicación, he de suponer que el país ganará nada.  A no ser que los televidentes, radioescuchas y lectores, dejemos de consumir tanto “bochinche mediático” y empecemos a exigir más realidad en las soluciones que nos entregan.  Léase, “soluciones” no entregas periodísticas.

lunes, 29 de octubre de 2012

¿Cuáles derechos, los tuyos o los míos?

A mí me llama mucho la atención, la facilidad con la que las personas refieren ser víctimas de algún tipo de abuso.  Mientras más gente haya conformando la protesta, más histriónicos y dramáticos se ponen. Definitivamente, cuando el hombre se levanta en grupo porque sus derechos están siendo violados, existe una gran posibilidad de que efectivamente sus derechos estén siendo violados.  No lo puedo negar.  Inclusive, muchos de estos grupos se conforman para exigir derechos sociales, tales como el agua, el aseo, la seguridad, la salud y algunas veces hasta por la educación.  Los derechos sociales tienen una fuerte base en los derechos individuales. Sin embargo, ¿Por qué tenemos que asociarnos en grupo, para exigir nuestros derechos individuales?, porque no desarrollamos la conducta, la cultura del respeto personal.  De ser así no habría necesidad de levantar revoluciones, grupos de linchamientos, segregación, racismo, sexismo  etc.  Lo curioso del caso es que el ser humano se agrupa para exigir sus derechos, dándose golpes de pecho por ser “victimas”.  Y de ser víctimas terminan convirtiéndose en victimarios, porque de ser explotados pasan a ser explotadores.  Se imponen grupos, doctrinas, sectas, legiones, roscas a favor de los derechos de unos, pero en contra de los derechos de otros.  Entonces los habrá aún más díscolos, que se piensan “elegidos” por el destino, para ser líderes, caudillos, y los habrá muchos más que consideren ser superiores al resto, predestinados, elegidos etc.  La naturaleza humana presenta esta falla integral que no es más que egoísmo en su máxima expresión, como si fuéramos niños que aún no hemos terminado de crecer.  Y de adultos armamos tales berrinches, pataletas, que definen guerras, invaden países, destruyen naciones, matan montones de personas, muchas veces sustentados en intereses económicos de algunos pocos.  Los nazis porque se creían superiores, la iglesia porque se consideraba la elegida (inquisición, cruzada, evangelización), Napoleón porque era Napoleón,  los faraones, los monarcas, los políticos, ninguno de ellos respeta la individualidad, tratan al ser como parte de la masa, y sólo velan por sus intereses o los de sus allegados.




La historia de la humanidad es la cronología escrita del hombre abusando del hombre.  Dicho sea de paso, las leyes, los diversos contratos sociales, incluyendo el matrimonio mismo es apenas un protocolo, un pacto entre nosotros mismos para no terminar matándonos los unos a los otros.  Todos reconocemos que hay que respetar al prójimo, pero nadie lo respeta siempre que el respeto implique su restricción.  Sabemos que está mal, porque no nos gustaría que nos lo hicieran a nosotros mismos, pero si podemos racionalizar el evento y conseguir un grupo de abusadores o interesados similares, el débil espectro de nuestra conciencia quedará sometido por los intereses personales propios y los de mi grupo (que dicho sea de paso, son versiones muy similares a la mía).  Estos contratos sociales de agresión y no subsistencia, que impiden que nos matemos los unos a los otros, subsisten gracias a la hipocresía colectiva de no ver lo evidente, engañándonos a nosotros mismos.  Creyendo que porque lo hago yo, y los míos, es correcto y los demás están equivocados.   Estos contratos sociales que impiden nuestra auto extinción como especie, de una u otra forma nos han hecho progresar como grupo, no así como humano, no así como una sola especie.  Sí, no sólo no nos hemos matados los unos a los otros, sino que hemos avanzado mucho, pero divididos.  Los chinos por un lado, los panameños por otro, los judíos por acá, los árabes por allá, los negros de un lado, los blancos de otro, los menos negros más cerca, los más negros más lejos, los budistas en el oriente, los cristianos en el occidente, los católicos en muchas partes, los evangélicos tratando de sobrepasarles  y así…  Sí, hemos progresado cada cual por su lado, pero sabemos como especie que no hemos hecho bien las cosas.  Hemos crecido en un sistema socialmente hipócrita, egoísta, desigual, y opresivo. Por eso vivimos en una zozobra colectiva, apocalíptica, de tercera guerra mundial, anticristo y muerte, e inclusive, curiosamente vivimos esperando un mesías, un líder, un maestro, que Jesucristo vuelva por segunda vez a la tierra y nos salve de quién???...de nosotros mismos.  Luchas de poder, luchas de grupos, aplastando al humano en la mitad. ¿Acaso eso es evolución?



Todos los días enciendo el televisor, casi siempre a la misma hora y veo las noticias.  El patrón es el mismo, lo único que ahora podrán mandar los que antes se quejaron, y ahora se quejan los que antes mandaron.  ¿Pero hemos avanzado como país? ¿Por qué asombrarnos de que vuelvan antiquísimas posturas y costumbres, que pensamos erradicadas de nuestra realidad política y social?  Si seguimos perpetuando el modelo opresivo que nos constituye como humanos.  A saber, la madre (o el padre) no escucha al niño porque está ocupada, tal vez demasiado ocupada para compartirle media hora de amor, pero le impone una conducta específica de urbanidad y disciplina que no la altere porque viene cansada del trabajo (y sino trabaja, la familia no come).  Vemos entonces un chiquillo criado sin afecto, y con normas de crecimiento impuestas para favorecer la comodidad de un tercero, que en lugar de brindarle amor, lo maltrata directa o indirectamente.  Brindar amor no significa maltratar al individuo, sólo regocijarlo como ser que existe, compartir la gracia de que esté vivo, incorporarse a su vida.  Pero los padres ahora, no tienen tiempo para dedicarle a sus hijos.  Sin embargo criticamos que los muchachos sean recogidos por la policía, ingiriendo bebidas alcohólicas, en una fiesta clandestina…  La respuesta tradicional es bastante sencilla y conservadora: “Castíguenlos más fuerte”.  En la escuela, si el educando no sigue el procedimiento del educador, pues no saca una nota correcta, ni habiendo llegado a la respuesta que era, porque no siguió el procedimiento.  El individuo en nuestra sociedad, desde chico se acostumbra no a tener conciencia de lo que hace, sino a evitar el castigo.  Bajo estos conceptos, cómo podemos hablar de ser responsables en función a nuestra propia naturaleza.  Jamás lo haremos, simplemente adoptaremos una conducta “socialmente aceptable” porque sino me castigan.  Responsabilidad aplicada a chorros de imposición y violencia.  Luego no entendemos por qué hay tanta droga en las calles y porque la violencia crece en nuestra sociedad como un cáncer que nos corroe.  Porque la droga, o el vicio en cualquiera de sus formas,   “evade”  al individuo de su propia insatisfacción al adaptarse a un sistema que no termina de entender, ni le permite ser dentro de los parámetros humanos, sino ser dentro de los parámetros contextuales de un código moral, ético, o legal impuesto por el castigo.  Así las cosas, jamás creceremos como personas, jamás seremos responsables y siempre viviremos en el obscurantismo como especies.  Y desde luego, la violencia aumentará, porque es el único mecanismo más efectivo e inmediato que conocemos para que el individuo “haga lo que tenga que hacer” como le digo yo.



La sociedad en que vivimos se ha acelerado y apretado tanto, que no nos da tiempo de repasar y corregir nuestra propia conducta.  Sin embargo, nos presentan mil y un mecanismos de evasión, por eso es que hemos perdido la lucha contra la droga, los vicios y la violencia.  Porque los vicios, la evasión (en forma de la hipocresía social)  y la violencia son los pilares que sostienen a nuestra sociedad como tal cosa.  Desde que estamos chicos, hasta que nos entierran. ¿Solución?...yo diría que un poco más de tiempo para realizar introspección, reconocer y corregir errores propios.  Aprender a vivir según nuestras propias limitaciones y aprender a vivir de acuerdo a ellas, jamás entendiendo error por limitación.  Un error es una cosa, una limitación es otra.  La limitación no nos hace feos, ni miserables, ni pobres, reconocer una limitación nos hace mucho más responsables y conscientes sobre nosotros mismos y nuestros actos.  Las limitaciones nos hacen ser parte acorde de un grupo, no así la estrella.  Vivimos en un mundo donde todos quieren ser estrellas, y peor aún, quieren ser estrellas estrellando a otros.  Las limitaciones nos dicen, eres humano, pero puedes ser mejor.  Una limitación es el verdadero reto evolucionista, que se podrá o no superar, y nos hará más entretenida o sabia la vida.  El error es un derecho natural y parte fundamental del proceso de aprendizaje, y a diferencia de la limitación, el error si debe ser subsanado.  Tener menos miedo y más fe, fe en Dios o como quiera llamarle; aprender a dejar la vida en manos de Dios, desde que nos levantamos, hasta que dormimos, en lo chico y en lo grande, en lo complejo y en lo simple.  Y por último dar un poco más de amor al entorno que nos rodea, especialmente a nuestra propia familia.

Aplastados entre circo y realidad





Este asunto de los GLADIADORES... Me parece extraño que ahora surja esto.  Tal vez sea una pantomima más de las personas que apoyan al gobierno, pero por qué ahora.  Hace un par de meses atrás, nos corrimos la suerte pública de andar escándalo tras escándalo, luego conflicto tras conflicto, luego enredo tras enredo, y desde luego siempre lo de “problema tras problema” (el agua, la violencia, la comida, el aseo, confrontaciones etc.)   Pero estos últimos días el país ha vivido una especie de calma forzada, exceptuando el asunto de la reforma electoral.  Ahora salen con esto, ¿Por qué?...  Será que a ciertas personas les gusta “inventar cosas” improductivas…Tal vez no sólo necesiten estar en “la boca pública”.  Tal parece que quisieran convertirse (a raja tabla) en una marca social.  En economía “negra” el producto en sí no importa (si sirve o no sirve) de cualquier forma lo comprarán si tiene una “marca” sustentándolo.   La propaganda, sobre todo la agresiva, es sumamente importante para el capitalismo salvaje.  Y la marca no sólo vende, sino que vende más caro inclusive, y a veces (como decía) por productos de dudosa procedencia.  La marca del capitalismo salvaje, corre como fuego en monte seco, sobre un pueblo masificado, mal educado, parcialmente enfermo, endeudado y atemorizado (por no decir reprimido).  El ser humano, bajo esas condiciones, tiende a masificarse, como el animal en manada.  Sin embargo, no pocas veces el ser humano que se siente desmejorado, desprotegido y fuertemente golpeado, busca asociaciones de bajo perfil, asociaciones de conveniencia básica, eventualmente más orientada al disfrute que a la mejor supervivencia.  Por eso, a mucha gente en este país le conviene que nos volvamos masa, para así vendernos mejor  la marca.




¿Pero acaso servirá esto para contener la ira social, producto de reiterados desaciertos públicos?.  Hace poco, un canal de televisión mostraba a un hombre amenazando a otro con un cuchillo, por un asunto tan “trivial” como el tránsito.  Digo, todos estamos propensos a exasperarnos en medio de un tranque vehicular.  El problema empieza cuando el tranque vehicular te SIGUES desde que sales de tu casa (temprano en la madrugada, porque el mismo tranque vehicular así lo exige) entrando a tu trabajo, cuando vas a almorzar, cuando sales del trabajo y así por los siglos de los siglos Amén.  El problema crece cuando todo está tan caro, que inclusive no tienes dinero para pagar la gasolina que te gastas en el tranque.  El problema crece cuando te multan por tratar de evadir el tranque, no de la mejor forma.  Así que, lo que vimos aquella vez por televisión es una nimiedad en comparación a la frustración social, cuando un pueblo se sacrifica por completo en función a obras que, dicho sea de paso, tampoco garantizan la resolución de los problemas sociales que le afectan directamente a diario (especialmente el tranque). MEGA obras, MEGA deudas, MEGA enredos, MEGA tranques y al final ¿Qué gana el pueblo de eso?  ¿Acaso el metro, o la tercera fase de la cinta costera,  nos resuelve el problema del agua, el aseo, la salud, la educación, la seguridad y la economía? ¿Nos ayudarán  “LOS GLADIADORES” a solucionar este problema, o a mejorar nuestra calidad de vida tal y como se nos prometió en campaña? No, los gladiadores fueron creados para defender la gestión gubernamental, no así para defender al pueblo de los tranques, el encarecimiento de la canasta básica, la pésima recolección de basura, la falta del agua reiterada en toda la capital, el problema de la salud pública, el problema de la violencia, el encarecimiento de la vida.  Los GLADIADORES no nos defenderán de los empresarios abusadores que abusan de sus empleados, ni de los empresarios que abusan del consumidor, ni de los maleantes, ni del desempleo.  Los GLADIADORES sólo defenderán al gobierno.  ¡Qué bien!.  Y a nosotros… ¿Quién podrá defendernos?


Los antiguos gladiadores romanos, constituían un triste espectáculo asesino, en el cual la vida humana valía menos que la diversión de la masa.  Así las cosas, dos hombres peleaban no pocas veces a muerte, para entretener a otro grupo de hombres. ¿Qué se espera de este asunto de los GLADIADORES entonces? ¿Promocionar al gobierno, promoción política, muerte o más circo?.  Caso tal, el circo es un espectáculo, pero nuestros  problemas son reales.  Esto no es propaganda opositora, simplemente TODO está más caro, TODO está más enredado, desde el ornato de la ciudad hasta la toma de decisiones, y en el medio, obviamente, aplastando  la vida del ciudadano común.  Ahora nos plantean que la vivencia diaria consiste en “la lucha de GLADIADORES”, sin embargo, yo la aproximaría más a cuando tiraban a los esclavos (y cristianos) a las fieras  (leones) en el Coliseo.  Los leones serían: La gasolina, la delincuencia, el costo de la vida, los tranques, la falta de medicinas, la falta de hospitales, la falta de justicia, el problema del agua, el problema de la basura, la represión.  ¿De qué nos servirá entonces un coliseo de lujo, una ciudad de primer mundo? ¿Quién gana del sacrificio de los esclavos (todos nosotros)? .  Sin embargo, lo que más me aterra de todo esto (más que los leones y el sangriento espectáculo en sí)  es que nosotros mismos pagamos por verlo.

Desidia asesina

Hace algún tiempo escribí un artículo cuyo nombre definí, por qué mueren los inocentes.  Por la cobardía de los que hacen nada.  Me refiero a la niña que murió por el derrumbe del muro, en la escuela del Japón.  Me refiero a las niñas y niños que han muerto por balazos, y por la violencia de nosotros los adultos, de intención, o de accidente.  Nadie desea la muerte de un niño, pero ante eventos como el de la escuela del Japón uno se pregunta: ¿Qué vale más, la vida de una niña o la bendita transformación curricular? ¿La vida de una niña o la politiquería de un ministerio? ¿Ver a la ministra practicando demagogia o la madre de una niña muerta llorando? ¡Qué inútil, mediocre y maldito sistema social panameño!  Curiosamente oigo al señor de protección civil, mientras lo entrevista un canal de televisión decir que “la ministra está muy nerviosa…que se ponen a disposición de la ministra…” ¿Acaso todo es la ministra?, digo, ¿Y qué con la madre de la niña? ¿Una niña de ocho años, una madre que le arrancan hoy a una hija, vale  menos que una ministra? ¿Por qué hablar tanto de la ministra, y no de las víctimas?  Porque vivimos en un país con una justicia social desigual, clasista, en el que la víctima importa un carajo.



¿Quién construyó el muro? ¿Qué autoridad verificó el muro? ¿Qué maestros vigilaban a las niñas? ¿Por qué nadie vio que ese muro estaba por caerse?  Un accidente ocurre en cualquier momento, y le ocurre a cualquiera, pero, cuando hay signos evidentes de haberse podido evitar…ya hablaríamos entonces de una mediocridad, de una desidia asesina.  Porque los panameños nos hemos acostumbrado a vivir en el borde de la suerte, apenas importándonos por los que nos rodean, hasta que los eventos nos afecten.  Y nos damos estúpidos golpes de pecho diciendo que “Dios es panameño”, cuando vivimos ignorando, todos, autoridades y pueblo, las medidas básicas de seguridad pública, salud, aseo etc. Cruzar por debajo de los puentes, manejar hablando por celular o chateando, ir sin el cinturón, caminar por las calles y no por las aceras, jugar a que los edificios se llenan de humo y hay que desalojarlos cada mes, conexiones brujas de gas que explotan en los edificios, carros de gas que explotan matando “a los menos”, jarabes tóxicos, bacterias nosocomiales súper resistentes, buses que se incendian.  Eventos catastróficos, que pudieron haber sido de mayor calaje.  Un pueblo inconsciente y una serie de autoridades mediocres que no fiscalizan y sólo aparecen para hacer pantalla o política.  Pésima combinación, una bomba de tiempo que bien podría convertirse en masacres a grandes escalas, diarias.  Pero, “Dios es panameño”…



Nuestro sistema social sólo protege a las víctimas, mientras los medios estén rodeándola.  Por eso los nuevos tribunales populares son los programas de televisión, que atienden quejosos.  Porque si no tienes influencia de algún tipo, nadie se entera, ni nadie hace nada por tu desgracia.  Porque el pueblo mira para un lado y las autoridades ni se dan por enteradas.  Un sistema social hipócrita y servil, en el que la clave del éxito es “Aguanta callado”.  Luego, ¿A quién le importa las víctimas? Si en nuestras escuelas se tilda de “sapo” al que denuncia una injusticia, o de “mariquita” al que se queja.  Acaso no estamos acostumbrados desde chicos a “aguantar callados”, ¿Luego, cómo demonios quejarnos de que todos los gobiernos que suben son represivos, abusadores, mediocres  y poco importa?  Si nosotros mismos prohijamos este tipo de actitud, de poca monta y menos cacumen, en la que enterramos vivas a las víctimas, y después de su muerte las lloramos hipócritamente en coro ¿????  Con un sistema social así, cómo pedirle a Dios que siga “siendo” panameño…

Mi Panamá de otros

“Paisano mío, panameño: Tú siempre respondes: Sí…Si te dan un peso diario, Sí, sí, sí…Si te gobierna un tirano, sí, sí, sí…Aprende a decirle NO”  lo escribió Demetrio Herrera Sevillanos en la primera mitad del siglo pasado.  En la primera mitad del siglo pasado, ya se hablaba de la docilidad o el conformismo de nuestro pueblo.  Curiosamente, siendo un pueblo de tantos campeones de boxeo…siempre decimos que sí, somos dóciles (salvo contadas excepciones, que valen su peso en oro).  Aunque tristemente veo que el panameño se ensaña mucho más con el propio panameño, que con el extranjero.  Este artículo lo escribo para demostrar que el problema de “integridad cultural” o de fusión nuestro, no emana totalmente de los malos extranjeros, sino de los pésimos nacionales también.  Peor aún, cuando yo meto la mano en mi bolsillo, y saco un dólar.  Peor  aún si al meter la mano en mi bolsillo, sacase además de un dólar, un euro... Cada vez son más las emisoras de típico que ponen vallenato, y bachata.  Dicho sea de paso, yo crecí (setentas y ochentas) escuchando rock, mientras mis parientes bailaban salsa, merengue, cumbia, mambo. Pero los toldos…ya casi no hay, y siguen proliferando los rincones “típicos extranjeros” en nuestra patria (como si fueran las suyas).  ¿Hasta qué punto la identidad cultural del panameño está comprometida por los extranjeros, y hasta qué punto por nosotros mismos, por nuestra actitud de aceptación e imitación, sometimiento para con lo foráneo y hostilidad para con los nacionales?.  Como dice el refrán: “Ángel en la calle, demonio en la casa”.

Hace poco puse un anuncio para trabajadora doméstica, y me respondieron más extranjeras que nacionales.  Considerando el riesgo que implica contratar a una extranjera (dado los últimos casos) terminé preguntándome: ¿Dónde están las panameñas?.  Alguien que sabía del tema, me aclaró que las domésticas panameñas aplican a puestos de empleos con extranjeros, que pagan mejor.  Es decir, las extranjeras quieren servir a los panameños, y las panameñas a los extranjeros ¿Qué es esto?…  Las pocas panameñas que atendieron mi llamada telefónica, terminaban entrevistándome, en lugar de yo a ellas (¿Cuánto pagan, cuántos niños son, hay que limpiar, qué tan grande es la casa etc.?). Finalmente, muy pocas fueron a la entrevista, y las restantes claudicaron entre la contratación y el primer día de trabajo.  Pensamos entonces que se trataba de la política del clásico “no voy” taxista.  Es decir, necesito un empleo (porque la calle está dura) pero no un trabajo.  Recordando que trabajo implica fuerza por distancia, y tal parece que nuestros paisanos no quieren esforzarse sino “emplearse”. ¿Entonces por qué quejarse de la situación?.  Pero esto no es cosa de taxistas y de empleadas, esto se ve también en las oficinas. ¿Qué nos pasa?  Tenemos un gobierno tal vez demasiado laxo para con la mano de obra extranjera (no sólo con el asunto de los MEGA inversionistas extranjeros).  Ellos entran a competir al mercado laboral, y, básicamente se comen crudos al nacional.  ¿Será porque los extranjeros son magos, extraterrestres, o superiores a los panameños?




Aunque los hay totalmente desinformados, que consideran que ellos (los extranjeros) constituyen el progreso de Panamá, y no al revés, que ellos (los extranjeros) vinieron a Panamá por su progreso. El tipo de extranjero inmigrante, el buen tipo, no así el delincuencial, ni el que en lugar de generar ganancias locales las extrae, se denomina “emprendedor”.  Un emprendedor no corresponde a una nacionalidad, sino a un tipo de humano específico.  Un individuo que se ha visto tan presionado en su país de origen, que sencillamente arriesga TODO en busca de un mejor futuro en el extranjero. Digo, ¡Hay que tenerlos bien puestos, o estar muy desesperado para hacer algo así!.  Luego, este tipo de extranjero, compitiendo contra un nacional dormido, y peor aún,  sumándole al evento una política gubernamental indulgente para con los extranjeros y represiva para con los nacionales…nos lleva el diablo.  Cuando estaban los americanos, Panamá luchó por su soberanía.  Ahora que se han ido, hemos sido absurdamente invadidos por todas las nacionalidades.   Sin embargo,  lo que más me duele es oír a muchos nacionales, ahogados en su propia ignorancia, frustración e inconsciencia, decir que los extranjeros son mejores que los panameños, sin analizar un poco más a profundidad el marasmo social en que hemos vivimos durante toda nuestra época republicana. Panamá, siempre sirviéndole al mundo, o como dice el escudo: “Pro Mundi Beneficio”.  Siempre tras la sombra de grandes potencias extranjeras: España, Colombia, Francia, Estados Unidos. ¿Acaso de allí provendrá nuestra peculiar actitud, para con todo lo que suene a extranjero?.   Sin olvidar el detalle de que nuestra posición geográfica, ha hecho que todos y cada uno de nosotros, salvo las razas “puras”, tengamos más de un tipo extranjero en la sangre.  Pero bueno, todo eso es muy diferente a humillarnos entre nosotros mismos cotidianamente, y luego pensar que un juego de futbol nos harán más patriotas, mejores ciudadanos o buenos panameños.  

MEGA religiosidad

Recuerdo cuando salió el asunto de la efigie, como católico que soy me sentí orgulloso, pensé que era positivo el asunto.  Pero luego reflexioné como humano, posponiendo mi fe personal.  Yo siempre he dicho que la espiritualidad poco tiene que ver con la religiosidad.  Las religiones son caminos para alcanzar la espiritualidad, válidos en muchos casos.  El problema es que hemos confundido el sendero con el destino, y pensamos que “religión” es espiritualidad... nada más falso.  Peor aún, las religiones se han vuelto tan, pero tan sectarias,  que sentencian a la “humanidad” del individuo, por ser o no ser adepto, fiel o infiel, creyente o pagano.  Sí, muchas religiones se han convertido, más que en un camino hacia la espiritualidad, en un club social, o por qué no, en un partido político.  Algunas con la garantía del infierno o la muerte eterna, para quien no se afilie o cometa transfuguismo...  ¿Pero por qué el actual gobierno tiene ese coqueteo, específicamente para con la iglesia católica, dicho sea de paso, mayoritaria en el país? ¿Será que es otro vehículo más, de manejo de masas?



¿A cuál coqueteo me refiero?  Primero fue el asunto de la efigie más grande que la estatua de la libertad.  Según tengo entendido, el terreno lo donaba el estado (que no sería la primera vez en nuestra historia) todo lo demás saldría de la feligresía.  Hay panameños ateos, evangélicos, agnósticos, budistas… ¿Por qué utilizar un bien del estado, para levantar una estatua en honor a una religión específica?.  Tal vez el mal resida en nuestra constitución, cuando proclamaron religión mayoritaria al catolicismo.  Ahora salen con otro asunto: “Septiembre, el mes de las sagradas escrituras”.  Acaso todos los panameños tienen como guía temática-espiritual a la Biblia.  Y de ser así ¿Cuál Biblia sería? ¿La de los católicos, la de los protestantes?.  Digamos pues,  que para hacerlo más “constitucional” (por lo referido anteriormente) se declararía a Septiembre el mes de las “Sagradas escrituras católicas”.  ¿Pero cuál escritura sagrada católica? ¿Reyna Valera, Jerusalén etc.?.  Ahora bien, el punto aquí no sería a  cuál escritura sagrada gratificar, sino por qué no gratificar también al Corán, la Tora, Los Vedas, el Popol Vuh.  


Me queda en la mente si una efigie o el mes de la Sagrada Escritura, harán que el panameño sea mejor humano, bajen el precio de la comida, resucite la cadena de frío, devuelvan los zapatos del pueblo, disminuya la violencia, la corrupción, mejore la salud pública o algo por el estilo.  ¿Pero qué desea el gobierno coqueteándole a la fe católica?.  Son públicos los casos de malísimas personas,  que dicen haber sido redimidas  “por intervención divina”.   Será que este gobierno, después de haber golpeado tanto a la clase media, busca la santidad con MEGA religiosidad.  Será que empiezan a exteriorizar rasgos de arrepentimiento, y tal vez en proporción a la magnitud del error habrá de ser la majestuosidad de las obras religiosas (una efigie más alta que la estatua de la libertad, el MES de las sagradas escrituras etc.)  Si bien es cierto que este gobierno tiene el estilo XLARGE en todo lo que hace, así sea “bueno” (por llamar de alguna forma, a las obras por las cuales dicen no estarnos endeudando)  o malo, tal vez sus muestras de arrepentimiento también tengan que ser apoteósicas.  E inclusive, aparejándolo al estilo greco-romano, de tipo “gladiador” y circo de sacrificios… tal vez sólo lo hagan por imitar cualquier faceta histórica de la relación hombre-Dios.  O quizás sea otra forma más, de levantar un espectáculo que les allane el camino al 2014, ganándose a los votantes católicos, que dicho sea de paso, han de ser la mayoría.  O tal vez sea “un arrebato más” de aquella necesidad patológica por figurar pública y constantemente.  De cualquier forma, tal parece nos quieren acostumbrar a vivir de sobre salto en sobresalto, fluctuando rápidamente del espanto a la confrontación, de la confrontación al mutismo  y del mutismo al ridículo. Entonces sí, que Dios guarde a Panamá.

Palo, muerte y propaganda


“A llorar al cementerio” fue la frase que utilizó aquel diputado, con relación a la polémica ley de Colón.  ¿Fuerte, no?.  Jamás supe si se trataba de una provocación.  Pero, definitivamente lo que nunca pude imaginar es que el destino lo volvería una sentencia.  Proverbios 18:7 reza: “La boca del necio es su perdición…”.  Frecuentemente hemos visto a este diputado topar con los medios, de una manera que pasa de lo jocoso a lo ofensivo.  En un principio, los medios mantenían una especie de luna de miel con dicho señor, y de pronto, todo se les ha vuelto mueca.  Sin embargo,  eso de “llorar al cementerio…”, no quisiera estar en su lugar ahora.  Dios me libre.  Pero efectivamente, por lo menos habrá una familia que llore en el cementerio, la del niño que murió en la contienda.  Que, dicho sea de paso, he oído muy poca mención al nombre del chiquillo.  Todo se centra en la ley de Colón, los grupos, el gobierno y el aparato represivo, como si el muerto importara menos.  ¿Habrá pedido este niño venir al mundo para convertirse en mártir de semejante forma?...no lo creo.    De cualquier forma, ya es hora de que este gobierno cambie ese estilo.  Primero fueron los “indios borrachos y vagos de Bocas del Toro y Chiriquí”, ahora son “los pandilleros de colón”… ¿Mañana qué será, quiénes serán, y cuál será el insulto: “inadaptados” “imbéciles” “resentidos panameños”?




Acaso ese pueblo que tanto le preocupa a nuestro gobierno, con su beca universal, con su cien a los setenta, con las mochilas y computadoras, ¿Acaso ese pueblo no cuenta a la hora de manifestarse, y reprimirlos de semejante forma? Viendo los últimos acontecimientos, la velocidad con la que se aprobó la ley, la sorna provocativa de “llorar al cementerio”,  la intransigencia de un gobierno que ha equivocado con sangre su proceder inconsulto e impositivo, la represión mayúscula y el infierno desatado  en Bocas del Toro, Panamá y  Colón; viendo todo esto, podría decirse entonces que al gobierno le preocupa el pueblo ¿?.  Cuánta gente más habrá de morir, cuántos ciegos más justificarán  el proceder prepotente de nuestras autoridades. Primero se manifiestan a través de la burla, luego el insulto y finalmente el tolete o la bala (de goma o de cualquier otro material).  ¿De qué sirve un gobierno de guerra con su propia gente? ¿Acaso ya no pasamos por ello, antes?  ¡Qué regalo para el pueblo que votó masivamente a favor de este gobierno! tanto desasosiego, tanto conflicto, tanto estrés, tanto tranque, tan cara que nos han puesto la vida, tan sucias y destruidas que están las calles. ¿Acaso votamos por esto? ¿Por palo, muerte y propaganda? ¿Qué alguien me explique, si el grado de inversión se come, si las computadoras evitan que los muros se derrumben en las escuelas matando niños a su paso, si la cinta costera III evitará las muertes en las protestas?  Yo no sé si en Panamá haya raspaderos que ganen dos mil dólares al mes… yo lo único que sé es que voté para que las cosas mejoraran, y todo está peor.

¿Pistoleros o arqueros?

Este gobierno sustenta la inversión social de la cuál nació.  Es decir, si el panameñismo (liberales y demás)  hubiera  ejercido mejor  administración, el PRD no hubiera sobrevivido  como fuerza política a la invasión.  Si el PRD (y el panameñismo por arrastre) hubiera ejercido mejor administración,  el actual gobierno que se dijo “el cambio” ni siquiera hubiera tenido razón de plantearse como fórmula política (recordando que cambio democrático era un partido muy débil en sus inicios)  En la trascendencia política panameña, post dictadura,  vamos de mal en peor.  Entonces me pregunto, ¿Qué quedará después de Cambio Democrático, si no hay continuidad, ni reelección ni ninguna otra historia de sangriento progreso?   Con estas decisiones, con tantas protestas, con tantos muertos, ¿A qué forma de gobierno le está abriendo paso la actual fuerza política?  Cuando todos pensamos haber visto lo peor con el PRD y el arnulfismo, la vida nos enseña que no hay una situación tan terriblemente mala, que no pueda ponerse peor.  En consecuencia, ¿Qué vendrá mañana?




Robin Hood, era un delincuente que  defendía a los pobres contra un Sheriff y un príncipe que usaban a la fuerza pública para quedarse ilegítimamente las posesiones y dineros de los nobles que se le oponían...  Dicha leyenda fue mundialmente aceptada con agrado, sin embargo, ¿Qué hay detrás?. Primero que todo, la inversión social. Hood, que era técnicamente un maleante, lleva el lado bueno de la historia.  El príncipe y el Sheriff, un noble y una autoridad, llevan el lado malo de la historia. ¿Qué ocurre actualmente en Colón?... el pueblo reclama su real y auténtica posesión sobre las tierras de Zona Libre, el gobierno no acepta el reclamo, la situación se torna violenta y finalmente, la autoridad, que está para defender al pueblo, termina (como siempre) reprimiéndolo.  En esta ocasión, en lugar de arqueros, surgen pistoleros, mezclados con manifestantes y explota el caos.  A simple vista, revivimos la historia de Robin Hood, una vez más: Los malos quedan como buenos, y los buenos como malos.  Yo no conozco la ley, así que no puedo estimar si es correcta o no.  Pero a todas luces el pueblo de Colón, y el país entero no la quiere.



¿Por qué un gobierno tiene que dotar de validez existencial a delincuentes, frente a la opresión y denigración  reiterada del pueblo?  Colón es simultáneamente un reflejo de nuestra doble moral e hipocresía social, siendo al mismo tiempo una de las provincias más ricas y a la vez más pobres del país.  ¿Cuántos de sus muchachos en riesgo social, verán a los pistoleros como Robin Hood’s modernos?  Yo no sé si nuestras autoridades lo vean, pero, tal y como afecta la conducta de un padre, la conducta de sus hijos, la conducta de un gobierno influencia en directo o de rebote el proceder de los jóvenes.  No nos conviene tener jóvenes creciendo, que vean a los pistoleros y pandilleros como héroes de liberación, frente a la opresión del gobierno.  Y sencillamente, no nos conviene porque este es el esquema social que hemos vivido históricamente en nuestro país, a través de la violencia, los golpes de estado, las dictaduras etc. Un modelo así, reforzaría notablemente el esquema tercermundista que nos mantiene dando vuelta en círculos de mediocridad y pobreza.  Pero eso no lo ven nuestras autoridades.


¿Qué vendrá después del cambio?...quiero creer que por un lado, un gobierno que respete la voluntad popular y sea menos impositivo y autoritario.  Por el otro lado, tendremos una sociedad mucho más reactiva y violenta, con valores aún más grises y ambiguos, a través de los cuales el malo puede ser bueno y el bueno malo, todo dependiendo de cuál de los dos sea el peor.

De lo que se dice, y lo que se hace

Yo me he preguntado, si el grado de conflicto que manifiestan nuestras autoridades es intencional, o simplemente parte de su naturaleza.  El país arde por lo de Colón, digo, sin ser dramáticos.  Sin embargo, nuestro presidente está en Japón.  No sería el primer presidente que viaje en momentos de crisis;  total ¿Por qué detener el progreso (considerando tal, las visitas del presidente al extranjero) por un grupo de pistoleros o pandilleros como han venido a llamarles?...  Lo curioso del asunto es que, el presidente sale de un lugar en conflicto, hacia otro lugar en conflicto.  Actualmente China y Japón tienen un pleito por unas islas  en disputa.  Abriendo un seudo paréntesis (por introducir un tema no del todo desvinculado) a la fecha no entiendo por qué el mundo siempre está en conflicto.  ¿Qué se gana de la zozobra, la violencia y la muerte sostenida? ¿Qué se gana de tanto conflicto, de tanta guerra? ¿Por qué matarnos los unos a los otros, si ya con los accidentes, las enfermedades y la suerte tenemos suficientes probabilidades de muerte, para sumarnos otra más al hombro?. Uno espera esas “trivialidades” de países tercermundistas, en vías de desarrollo tal vez, pero de dos súper potencias ¿????  ¡No tiene sentido!.  Regresando al tema, nuestro presidente viaja de un sitio conflictivo a otro sitio de potencialidades mucho peores.  Y no conforme con ello, lanza una opinión “polémica” tan a su estilo...  Obviamente, China responde pidiéndole a Panamá  “que no menoscabe los intereses Chinos”.  Luego, pregunto yo, por qué causar ahora un prurito internacional innecesario, si estamos en medio de un conflicto interno de alta envergadura.  Pregunto, por qué causar una desazón con China, habiendo tantos chinos en Panamá, quizás muchos más que japoneses. ¿Por qué enrarecer el ambiente diplomático entre dos países que han mantenido tan buenas relaciones comerciales (el canal) culturales y sociales? ¿Por qué opinar en un asunto en el que muchos prefieren no meter las narices? ¿Por causar algún tipo de empatía, como la vez del “euro en Panamá”, y el arroz de Vietnam?

Hace unos días atrás, el presidente de la asamblea lanzó aquella expresión de “irse a llorar al cementerio”. Poco después ocurrió lo que ya todos lamentamos.  Posteriormente, el excelentísimo se disculpó por televisión, alegando una pugna para con otro diputado.  Y tal vez ése sea el punto, el presidente de la asamblea no ha terminado de entender que la Asamblea de diputados, no es un tinglado personal.  Lo que uno hace, teniendo cierta investidura, tiene repercusiones, según el grado de responsabilidad o autoridad que se tenga.  No es lo mismo una lucha entre dos panameños comunes y corrientes, a una lucha personal entre dos diputados, ni a una lucha personal entre un diputado y el presidente de los diputados.  La responsabilidad, los cargos, la autoridad hacen la diferencia.  Si nuestras autoridades no saben medir las consecuencias de sus actos y/o palabras, pues ¿Qué podríamos esperar de ellas, o del uso del poder que les concedimos?, ¿Qué terminen utilizándolo en nuestra contra, Chiriquí, Bocas del Toro, Panamá y ahora Colón?...  Igual con el  servicio diplomático panameño. Desde que yo tengo uso de razón, siempre se ha rumorado que los nombramientos diplomáticos se asignan no por aptitud, sino  a modo de canje político-personal.  Aunque no me consta que haya sido así en la actual administración, lo cierto es que su desempeño diplomático nos ha ridiculizado internacionalmente en más de una ocasión (travestismo, acusaciones de abusos sexuales, parrampanerías, charlatanes etc.).  De cualquier forma, de eso a que el presidente de la República de Panamá  opine “a sus anchas” en un hecho tan delicado como el de Japón y China…

Creo que nos convendría ser más comedidos, conscientes y reflexivos del rol social que cada cual ejecuta.  Mi responsabilidad no es igual como ciudadano, como diputado, como presidente de la asamblea, o peor aún, como presidente de la república.  No es lo mismo “yo en Panamá”, a “yo representando internacionalmente a Panamá”.  Cuando uno trabaja debe cumplir con un horario, vestimenta y comportamiento acorde al cargo desempeñado y el lugar de desempeño.  Yo no puedo asistir a mi trabajo, de la misma forma y en las mismas condiciones en las cuales paso el fin de semana en mi casa. En el trabajo debo comportarme profesionalmente, cumpliendo a satisfacción mis responsabilidades (muy aparte de lo intenso, honesto o impulsivo que pueda considerarme a mí mismo). El trabajo de nuestras autoridades es ADMINISTRAR-GOBERNAR al país completo,  no comportarse como lo harían en su vida cotidiana.   Asumir un cargo de autoridad nacional, no implica mirar a la nación bajo la óptica personal, sino mirarse a sí mismo bajo la óptica nacional.  ¿Por qué?, porque al aceptar dirigir a un grupo de personas, se necesita (cuando menos)  la óptica grupal, no así tanto la personal (recordando que  la patria no es de uno, sino de todos).  Es allí cuando más nos cuesta olvidarnos de nuestros impulsos, de nuestro carácter, de nuestro ego.   Léase, aprender a ser menos “dueños” y mejores “empleados”, empleados públicos (considerando el talle empresarial de este gobierno).   Si nuestras autoridades aprendieran  a separar el yo, de su rol como empleados públicos, entendiendo que el estado no les pertenece, sino que ellos pertenecen al estado, viviríamos más en conjunto y menos en conflicto.  No habría un gobierno de imposición, sino de concertación,  la razón se impondría a la violencia y no al revés. 

domingo, 28 de octubre de 2012

LO QUE TRAJO LA LEY 72


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LA IRRESPONSABILIDAD.  Me refiero a la irresponsable convocatoria a “clases normales”,  del ministerio de educación para el día de hoy.  Justo después de que el sindicato más grande del país, anunciara manifestaciones masivas en toda la república, habiendo tenido una previa  y caótica demostración.  Ya es hora de que esas autoridades, dejen de estar arriesgando la seguridad de los educandos, para forzar un clima de paz mediática.  Yo quisiera saber si el ministerio de educación, así como confirmó clases normales en todo el país, se ha manifestado para con la muerte del niño de nueve años asesinado durante las protestas en Colón (que es muy probable asistiera a alguna escuela).  Hoy se vivieron momentos de desesperación en varios colegios, mientras los padres buscaban a sus hijos y Calidonia ardía en protestas.  La eficiencia y capacidad es una cosa aparte, pero bueno, uno esperaría más sensibilidad de una ministra de educación, madre de familia y colonense.  No como cuando expresó que,  llorar no nos devolvería a la niña aplastada por el muro en la escuela de Japón…  Demostraba mucho mayor humanidad cuando comentaba las noticias de canal dos, tal parece que el ministerio le hubiera sentado mal.







LA DESCONFIANZA.  A primeras horas del día de hoy, quedó de manifiesto que muy pocas personas confían en el gobierno, y dicho sea de paso, en todo lo que escribió el presidente por las redes sociales.  Días atrás, cuando el presidente manifestó su “intención de derogación”, al poco rato varios de sus ministros planteaban otras opciones mucho menos populares.  Sin embargo,  el problema de la desconfianza popular no es de ahora, es decir, ¿Por qué un presidente tiene que hacer constar su palabra ,mediante la firma de trece notarios?.



LA RESPUESTA.  De hace unos días acá, el presidente de la república se ha manifestado por chat electrónico, con interpretaciones cruzadas que creaban aún más confusión y desconfianza.  Hay opiniones encontradas con esto de gobernar a través de las redes sociales, pero  al parecer,  la tecnología es vista con beneplácito por el ejecutivo… ¿Entonces por qué el presidente no se comunicó mediante una video conferencia, previamente a la derogación parlamentaria?.  En su lugar, tuvimos que aceptar la “versión de buena fe” de uno de sus ministros, básicamente suplicando confianza.



EL TIEMPO DE RESPUESTA PRESIDENCIAL.  Terrible.  La ciudad estuvo demasiado tiempo paralizada por las protestas, antes de que surgiera la versión del ministro sobre la revocatoria de la ley. ¿Qué ganó el gobierno con eso? No tengo la menor idea, sólo generar más suspicacia, rumores, ansiedad, rabia y frustración. ¿Acaso intentaban girar contra de los obreros  la opinión popular, o que el pueblo se les enfrentara?.


EL TIEMPO DE RESPUESTA DE LAS AUTORIDADES.  Extrañamente, las fuerzas represivas se mantuvieron replegadas mientras el sindicato de la construcción paralizaba  la capital y varias provincias.  Posteriormente ocurriría lo mismo con los maleantes que protagonizaron el saqueo.  ¿Qué ocurrió? No lo sé, ¿Por qué lo hicieron? Tampoco lo sé.  Pero el país estuvo en caos verdadero durante más de una hora, sin Dios ni ley, casi proyectándose a alarmantes consecuencias.  Por un momento llegué a pensar que los había amedrentado el volumen y el tipo de protesta, simultánea en Colón, Panamá, Chorrera, Chiriquí etc.  La policía demoró en responder, aquello parecía una pelea arreglada.  Se especuló un golpe, o auto-golpe de estado.




LA DESESTABILIZACIÓN.  Mucho se ha hablado de un intento de desestabilizar al país.  Sin embargo, no tiene sentido.  Días atrás, hubo un ensayo pacífico bastante similar a lo que ocurrió hoy.  La ciudad se paralizó, aunque por menos tiempo y sin saqueo. Desde entonces los organizadores no pararon de repetir por todos los medios que la misma situación se repetiría hoy.  Nadie que intente desestabilizar un país, anuncia sus planes con antelación e inclusive hace un ensayo. Con la situación que se dio hoy, esto pudo haber terminado peor, sin embargo hubo una contención simultánea, casi quirúrgica  de todo y todos (autoridades, obreros y saqueadores).  Después de un tiempo todo volvió a la normalidad, lo cual no cuadra con la desestabilización y los golpes de estado (aunque no tanto así, con los auto-golpes).
 

 


EL SAQUEO.  En lo personal, no me sorprende el saqueo.  Fue una situación que se vio con antelación en Colón, y era bastante predecible que repitiera en Panamá.  Y mucho antes de Colón, lo vimos en la invasión.  El saqueo es una consecuencia natural del caos, la anarquía o la falta de autoridad.  Con el tiempo de respuesta excesivo de las autoridades, básicamente, el país se quedó sin autoridades por un lapso de tiempo, y, surgió el arrebato delincuencial, del ajetreo y los aprovechadores.


INICIATIVA.  Si hubo algo que quedó bien definido hoy, fue la total dependencia  de muchas de nuestras autoridades, incluyendo a la asamblea legislativa y la alcaldía, al ejecutivo. Y la total carencia de liderazgo manifestado por las figuras de nuestro gobierno; ¿Es así como piensan postularse para el 2014, figuras sin don de liderazgo, ni palabra, ni acción?.  Nadie hizo nada, nadie dijo nada, hasta que el presidente se manifestara.  Esto deja mucho que dudar, sobre la capacidad de nuestras autoridades, la  estructura de nuestra democracia y la independencia de poderes en Panamá.  Al final,  cuando empezaron tímidamente a manifestarse después de aquella comunicación interlocutada, su proceder fue parco, lento, aún más tímido y sombrío.  Básicamente, como niños regañados.


LA COMUNICACIÓN.  El gobierno se gasta muchísimo dinero en propaganda, luego, por qué durante la crisis, no pudo establecer los mecanismos de comunicación que evitaran tantos rumores y tanto nerviosismo colectivo.  Por lo menos para hacer un poco más de presencia en el evento, fuera de la manifestación lastimera del ministro que comunicó la derogación de la ley.   Ese silencio generalizado de nuestras autoridades,  aportó mucho a la sensación de inestabilidad reinante y a la rápida propagación de “falsas verdades” apocalípticas, que angustiaron más al pueblo (cito la del toque de queda).



LA HISTERIA POST TRAUMA.  Poco después de las cuatro de la tarde, cuando el grueso del asunto había pasado, entré a un supermercado en una urbanización muy de clase media y estaba abarrotado de gente angustiada, comprando agua, comida, víveres en general.  Pregunté a los encargados, si aquello era producto de algo especial que ellos supieran, me confirmaron que, salvo los acontecimientos anteriores (lo de calidonia, colón y la cárcel de mujeres) no había ocurrido nada que alarmara de semejante forma a las personas.  Luego me enteré que había circulado la noticia falsa, del toque de queda.


LO INTERNACIONAL.  He escuchado a muchos defensores del gobierno, decir que es un bochorno internacional lo que nos ocurrió con el reciente saqueo y las protestas por la ley 72.  En todos los países del mundo se generan saqueos, hasta por eventos deportivos.  El bochorno internacional no lo produce el saqueo en sí, si no la situación que lo generó.  Es decir, la protesta de un pueblo frente a un gobierno sordo, que impone una ley y luego tiene que derogarla a la fuerza.  En cualquier caso, mayor vergüenza internacional ha dado este gobierno con un servicio diplomático tan mediocre, que nos ha exhibido desde travestidos, pasando por demandas de abuso sexual, charlatanería payasa y desde luego, el conflicto internacional entre Japón y China en que casi nos meten. Luego, si el pueblo se queja y manifiesta, es un bochorno internacional, pero, si nuestra autoridades son mencionadas en casos de corrupción de alto perfil en el extranjero (como fue con Italia) ¿Acaso eso no es peor que aquel saqueo y todas las protestas?


LA UNIÓN.  Hay quienes dicen que estos movimientos de protesta y rechazo, tan bien orquestados y ejecutados,  son productos de la oposición al actual gobierno (sufragados, dirigidos y ejecutados por los partidos políticos, agrupaciones  y gremios de oposición).  Es decir, no son manifestaciones legítimas del pueblo.  Sin embargo, muchas de las personas que han salido opinando por lo de Colón a través de los medios, que no son dirigentes, ni pertenecen a las asociaciones populares, manifestaron su total rechazo a dicha ley. Todo esto sin considerar la paranoia gubernamental, de que los medios también confabulan en su contra.  A mí nada de esto me consta, sin embargo, hubo unión.  Y me atrevería a apostar, dado los retrocesos gubernamentales anteriores en Chiriquí, Bocas del Toro y Panamá,  que existe alguna forma de “despertar popular” contra cualquier forma de absolutismo gubernamental.  En consecuencia y de cualquier forma, habría que resaltar positivamente,  la unión popular, gremial, social  o política manifestada en la pasada protesta.




LA CONCLUSIÓN.  ¡Respeten al pueblo!.  Que las próximas decisiones sean consultadas a cabalidad con todos los afectados.  Panamá está viviendo una bipolaridad absurda, y lo vemos en muchos aspectos.  Primero el presidente nos promueve por Europa y habla de traer el euro, al poco rato después casi nos mete en un conflicto internacional entre Japón y China.  Primero el presidente de la asamblea legislativa habla despóticamente sobre “llorar al cementerio”, luego suena afligido y desesperado por revocar la ley.  Se nos habla de un país con MEGA desarrollo, para un INFRA pueblo mayoritario.  Toda esta bipolaridad existencial, se refleja en la economía que tenemos, y todo el peso económico, la mala distribución de las riquezas, las pésimas decisiones administrativas de la cosa pública,  lo siente la heroica clase media, con fuerte tendencia a desaparecer. En Panamá no hay tal balanza, ni tal equilibrio, vivimos desfasados y en caracteres extremos, lo cual se refleja en nuestra realidad política.  Debemos equilibrar las fuerzas, y que el dichoso progreso nos llegue a todos.  Debemos consultar, concertar, pactar, no imponer, no retar, razonar, no pelear, no vivir saltando de un extremo a otro, de un polo a otro.