Los
padres de ahora no viven sino sobreviven.
Pasamos el día con un sueño terrible (gravemente afectados por los
problemas de transporte que ahora han enterrado nuestra calidad de vida)
resolviéndoles problemas a otros, ayudando a que otros sean más ricos y
poderosos. ¿Y mientras uno qué, qué de
la vida de uno, qué de criar a nuestros hijos, si pasamos las ocho horas más
productivas de cada día, más tres de tranque, 5.5 días a la semana trabajando?
Y si no trabajamos, no educamos a nuestros hijos. Y si no trabajamos no comemos. Y si no
comemos no vivimos.
Educarlos,
para que el día de mañana ellos también le trabajen a otro (empleador o
cliente) y así perpetuar esta cadena de esclavitud de generación en generación
(llámese asalariado o empresario, público o privado) Porque un trabajo que no dignifica, es
esclavitud. Y no todos los trabajos
dignifican. Algunos no dignifican, no
porque sean malos o insuficientemente buenos, sino porque todo, TODO lo que
lleva la vida alrededor de ellos conspira contra nuestra sanidad individual,
familiar o social. Desde conseguir una buena
niñera , una buena escuela, buena alimentación, poder llegar o regresar a
tiempo del trabajo, descanso etc.
Claro
que ya no tenemos al mayoral aporreándonos con un palo o flagelándonos por un
plato de arroz, pero la esclavitud continúa.
Y continuará así, hasta que el
espíritu no ocupe el lugar que le
corresponde en el individuo. Porque necesitamos comer, y en eso se nos va la existencia. Envejecemos a una velocidad espantosamente
alta, el tiempo se nos va correteando
quincenas, resolviendo problemas. ¿A eso
llamamos vivir? Entregándonos a un vicio (cualquiera que sea) o alienándonos en
el fabuloso mundo de la tecnología, mientras pensamos que la vida es más “soft”
porque tenemos un celular, un plasma, una camioneta y el mundo nos mira como
“trabajadores dignos, empresarios respetables, o buenos padres”. Esclavos, es la palabra, con el debido
respeto. Hemos constituido una sociedad
de esclavos a lo largo y ancho de la historia humana.
Por qué
permitimos que nos esclavicen. Porque NO
nos hemos liberado de nosotros mismos.
En consecuencia, nuestra condición de esclavo la explotan los
demás. El principal tirano del hombre es
el hombre mismo, y sólo después el otro hombre (jefe, vecino, presidente,
legislador, maestro, sacerdote etc.) El
hombre se deja esclavizar de otros, porque no se ha liberado de sí mismo. Es sabroso vivir como esclavo, no tomar
decisiones de las cuales podamos arrepentirnos luego, esperando a que otro nos
resuelva la existencia para luego culparle de que “algo salió mal”. En tales condiciones, nuestra actitud abúlica
y sedentaria, agradece siempre la exista un abusador a quién tildar de
“malo”…cuando en el fondo “malo” es uno
mismo.
La vida es como una montaña rusa. Subimos, bajamos, subimos, bajamos etc. Mientras subimos, más nos pesa el pasado. Mientras bajamos, más nos preocupa el
futuro. Una sociedad decadente como la
nuestra, vive aterrorizada pensando patológicamente en su final (aunque
proyectemos un citado “progreso”, que
todos sabemos no llegará a tal cosa)
Mientras no tengamos equilibrio en la vida, y vivamos con tantos sube y
bajas, seguiremos pensando en el pasado y el futuro. ¿Cómo lograr ese equilibrio, pues, creo que
concentrándonos en el presente? Pero cómo
concentrarnos en el presente si el mundo completo lucra del terror, y el terror
nos saca del tiempo. El
terror a quedar desactualizado, el terror a quedar obsoleto, el terror a
innovar, el terror a lo que será, el terror a que el pasado regrese, el terror
a seguir existiendo, el terror al terror mismo.
La vida es una ilusión, si analizamos las probabilidades existenciales,
ni siquiera tendríamos que estar vivos ahora mismo (ni como individuo, ni como
especie) Porque nuestro equilibrio vital
(individual y cosmológico) ha
necesitados de tantos acontecimientos y tanto tiempo en suscitarse, que
el sólo hecho de que se esté dando en este momento es algo tan improbable, que
bien pudiéramos llamarlo ilusión. Luego,
si por un error cuántico infinitesimal conseguimos la vida, entonces qué
hacemos con ella???? Seguir pensando en la nada, lo que fuimos o lo que podría
ser.