MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

Interiorizando la derrota


Desde que el pueblo dijo NO a la reelección matizada de continuismo, he visto al presidente aparecer en televisión varias veces.  Digo, habrá que ser muy testarudo para insistir en figurar, dadas las condiciones en que perdió.  Con una publicidad tan agresiva, aunque ahora digan que fue mala, con tantas obras, aunque ahora digan que somos ingratos, aún habiéndose gastado tanto dinero en asesores de campaña extranjeros, aunque ahora los repudien, perdieron, ¡Perdieron!  El ridículo culto a la personalidad quiso invertir roles, exigiéndonos  pleitesía  al presidente y  “sus obras”.  Sin embargo, el pueblo, único dueño y soberano,  se manifestó magistralmente despidiéndolo. ¿Será eso tan difícil de entender, o de aceptar? 

El fútbol panameño, hoy ve el mundial desde la casa.  Mucho se dijo y mucho se hizo para mejorar nuestro nivel, y perdimos como perdíamos siempre: En el último instante.  Mucho se dijo del técnico, los jugadores y hasta de la barra, cuando lo único cierto fue que nos faltaron goles.  Sin goles no se gana, todo lo demás es excusa.  Cambio Democrático hizo buenas llegadas a portería, pero no completó los goles.  A grandes rasgos digamos que hizo muchas obras de infraestructura vial y aumentó visceralmente el tranque, dio subsidios (beca universal, cien a los setenta, ángel guardián) pero encareció absurdamente la vida.  Aumentó la empleomanía, y llenó el país de extranjeros para que la aprovecharan.  Eliminaron los diablos rojos y trajo el Metro, pero nos dejó la tragedia actual del transporte público. Hicieron los hospitales, no trajeron médicos.  Crearon los aeropuertos, no trajeron aviones. Nos dio grado de inversión, y excesivos escándalos de corrupción. El asunto de jugar bien y no anotar, es un problema de definición.  La definición en la vida nos la da nuestra propia actitud para con nosotros mismos, y para con los demás. Cambio Democrático perdió por su propia actitud, porque jugó a confrontar, y no a ganar.  Hubo conflictos con los gremios, los indios, los medios, la sociedad civil.  Amenazaron e intimidaron al pueblo, nos llamaron vagos e ignorantes y hasta nos insultaron en programas de prensa internacional (diciendo que éramos bochinchosos etc.)

El presidente panameño, dijo que se retiraría tras pasar las elecciones.  Ahora dice que la derrota política lo obliga a mantenerse.  También dijo que cuando se retirara, iba a tener aún más poder.  Ahora pide escolta por más tiempo.  Pregunto, si el presidente fue tan magnánimo y  su gobierno hizo “más en cinco que en cincuenta”  ¿De quién tendría que cuidarse? ¿De los narcotraficantes y maleantes que enjuició o sentenció? ¿Tendría que cuidarse él, o más bien los jueces, magistrados y procuradores?... Me alegró mucho verlo aceptar la derrota sin extremismos, pensé que lo haría con dignidad y entereza.  Sin embargo, desde que perdió, con eso de ir al tribunal electoral a “ver el proceso”, las entrevistas y todo lo demás, tal parece que no. Y para rematar, ahora está el asunto de los camarones de la asamblea…

El pueblo le dijo que no, sin estridencia pero digna y muy claramente.  Sería bueno que el presidente interiorizara la derrota, dejando a un lado el proceso de duelo, luto y negación.  Dándole un respiro al país y al mismo Cambio Democrático, que al parecer no soportó el peso de sus propias acciones.  Esta lección nos queda a todos, pero cada uno avanzará según lo que aprenda de ella, o mejor dicho, cuánto aprenda de ella.



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