MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

Panameño, tú sigues siendo su dueño



Venezuela, nuestro pueblo hermano, es un país repleto de bendiciones como el petróleo, la belleza de sus mujeres, el arte de sus programas y la música de sus “óscares”.  A ellos nos hermanó Simón Bolívar (recordando el congreso anfictiónico) y nos une obviamente la sazón latina. Los panameños y venezolanos nos parecemos tanto, que lo que está pasando por allá lo resentimos acá, así fuese en nuestros recuerdos del militarismo.  Situación que debe ser denunciada y apoyada internacionalmente.

Pero también debo decir que muchos de ellos (gracias a Dios no todos, porque los hay muy decentes y preparados) llegan a Panamá manifestando actitudes imprudentes, groseras y hasta chabacanas. Como quien critica recalcitrantemente el lugar y a quienes les ofrecen hospedaje/ayuda en un momento crítico de sus vidas.  Denotando algo de ingratitud e ignorancia incisiva, manifestada no pocas veces en voces de tonos altos y cantos estridentes.  Varios de ellos andan opinando “sobre Panamá” sin averiguar, ni interesarles siquiera, un poco más allá de nuestra historia y costumbres.  Autonombrados expertos en dolores políticos, casi mártires a la distancia.  Andan por allí abriendo la boca a todo dar, sin saber un rábano de lo que pasó en Panamá.  Haciendo tremendo ridículo en tierra ajena. Lo que raya de la imprudencia a otra cosa mucho peor… que por respeto a la honorabilidad de  su gran pueblo, me reservo.

Panamá vivió veinte (20) años de dictadura.  Contando la invasión, aquí hubo varios miles de muertos, desaparecidos, enajenados, violados, torturados, apresados en un país de dos millones y tanto de habitantes (no treinta y tantos millones, como lo son ellos)  Y para que el que no sepa lo cuente, antes de que los gringos vinieran a hacerse cargo del mamotreto que nos impusieron (las fuerzas de defensa) entre panameños se había propiciado varios golpes de estado. Tampoco nos ayudó la OEA, aunque Venezuela (igual que ahora nosotros para con ellos) nos dio voz en el asunto.  Y como si fuera poco, entramos en guerra con la primera potencia del mundo en aquel entonces.  Digo guerra porque aquí murieron muchos gringos, no sólo panameños (sin contar los del 9 de Enero, la tajada de sandía etc.)

Con mucho dolor y siempre denunciando las injusticias, apoyamos a Venezuela como país hermano, pero Panamá tampoco las tuvo fácil. Así que, panameño paisano mío, tan fácilmente sugestionable,  “tú que siempre dices que sí” parafraseando al poeta… ¿Recuerdas aún nuestra historia de terror, sangre y lucha?  No te menosprecies por uno que otro extranjero excesivamente desubicado e histriónico. Recuerda panameño, sin complejo de culpa, que aquí nadie nos regaló nada, ni siquiera el Santa gringo aquel veinte de Diciembre de 1989.  Todo lo ganamos a pulso y guerreado desde adentro, incluido el progreso sobre el cual vivimos ahora (que tampoco ha sido cosa de los últimos cuatro años, como mienten quienes quieren reelegirse)

Siéntete orgulloso de lo que eres y de dónde eres.  Recuerda que Panamá es tu casa, y aunque los traidores gobernantes de todas las épocas (reencarnando a Bunau Varilla) conspiren para regalarla a nuestros vecinos, TÚ sigues siendo su dueño.

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