MASLEIDOS

viernes, 27 de junio de 2014

¿Qué necesita el panameño para condolerse?



Tengo años haciéndome esta pregunta.  Voy a obviar los circunloquios, porque esto da rabia.  Para conmoverse, el panameño sólo necesita que le afecten a uno de los suyos.  Y así tenemos la moral de criticar los diferentes gobiernos que suben, y benefician exclusivamente a su “rosca”.  Y así queríamos llegar al mundial, con semejante visión de grupo.  Si socialmente no hemos podido, cómo diablos vamos a poder como equipo, si no tenemos la cultura de pensar en los demás.  Esto es un sálvese quien pueda, un juega vivo y tremenda hipocresía.  ¿Qué se necesita para unir al panameño?...que una muchachita cante en un programa de televisión, y todos corramos al teléfono, enriqueciendo masivamente a una disquera extranjera.  O que “la sele” le gane a Méjico.  O que juegue “El Real vs El Barcelona”…mil disculpas con ustedes que no son así, pero qué pendejada!!!.  Y así vivimos, sacándonos las tripas los unos a los otros, y bajamos la cabeza cuando llega el extranjero a mandarnos en nuestro país.  ¿A dónde se fueron los panameños, tras los gringos con la reversión del canal???

¿Qué necesita el panameño para condolerse?...Vuelvo y reformulo la pregunta porque yo vi a un bus quemarse con personas dentro, mientras los canales de televisión filmaban, peleándose la rapiña, perdón, “la primicia”. ¿Qué hizo el pueblo?  Yo recuerdo como si fuera ayer, cuando el jarabe envenenado nos conmovió por brevísimos instantes, hasta que se supo que sólo mataba a viejos en su mayoría. ¿Qué hizo el pueblo? Qué ha hecho el pueblo cuando tanto maleante nos ha gobernado en los últimos cuarenta años. Lo mismo que hace cuando le suben la gasolina, los alimentos, le traban un metro bus, le obligan a pagar con tarjetas de 5 dólares en adelante los corredores, cuando matan  indios en protestas,  cuando le mandan a comprar en unidades de peso mayor, le construyen pasándole por  encima etc. ... bajar la cabeza, tan al suelo que ya parecemos avestruces.   Y quejarse por aquí, y quejarse por allá sin tomar una posición real, efectiva, contundente.  Cuidar sus lentejas, y criticar a todo el que habla y se manifiesta.  Esconderse en sus oficinas, iglesias, casas, donde mejor pueda, hasta que la tragedia le toque la puerta de su hogar.  Dejándole el frente a políticos oportunistas que luego se aprovechan de nuestra apatía, y de nosotros mismos.  Para entonces culpar a Dios o a la suerte y a los demás de lo que nos pasa, y no supimos, ni tuvimos el coraje de evitar.

Gracias a Dios no han subido tanto el precio del alcohol, porque es lo que necesitamos para ni siquiera llorar cuando “en un confuso incidente”, los llamados a protegernos, supuestamente asesinan a dos menores, uno de ellos muy menor. ¿Y qué importa, son hindúes?...preguntarán muchos.  Pero ocurrió igual con los chinos (los cinco de Chorrera)  y ocurre igual con los panameños mismos, a diario, mientras este gobierno pasa una propaganda por televisión que dice que “somos uno de los países más seguros”.  Digo, si seguridad implica que los llamados a protegernos, maten inocentes… ¡Mentiras!  es lo que come y va a seguir comiendo este pueblo.  Porque le gusta que le mientan, y que lo abusen, como a la mujer maltratada y  de baja autoestima.  Por un par de construcciones y un par de subsidios, aceptamos que digan que se ha hecho más en cuatro que en cuarenta.  Sin importarnos un bledo el mundo que le dejamos a nuestros hijos.  Pues, esos indios ya no le dejaron ningún mundo a los suyos, porque se les acabó el mundo en ese “confuso incidente”.  Todos sabemos el asunto de la MEGA deuda externa, todos sabemos que las MEGA obras son MEGA rebuscas que solucionan nada, todos sabemos que a esta gente le importa un diantre con nosotros, todos sabemos que el asunto no va a pasar más allá de un par de marchas y un par de chivos expiatorios.  Pero  nuestro dolor sólo llega hasta la pantalla de un televisor.  Porque es nuestra zona segura.

Y repito que los inocentes mueren, por el silencio y la apatía de los cobardes.  Entonces sentémonos a esperar que “las autoridades” hagan algo, si los que están en el gobierno, todos sabemos, fueron puestos por nuestra apatía, poco importa, indolencia y desidia social. ¿Entonces, por qué engañarnos?  Cuando el agua y la luz se iban a cada rato (o ni siquiera llegaban) a las áreas marginales, el resto decíamos “eso es por allá”.  Ahora que el agua y la luz se van en toda la capital, ¿Qué decimos? Cuando dos maleantes se agarran a tiro por drogas en media ciudad, nuestras autoridades mediocremente alegan que “se mataron entre ellos”.  ¿Pero qué si en el medio mueren inocentes?   ¿Qué vamos a hacer cuando toda la ciudad se convierta en una zona roja y marginal, alrededor de una minúscula esfera existencial de adinerados súper protegidos… ¿Comernos el metro, comernos las obras???  Yo no sé si ustedes lo ven como yo, pero, a mí me parece que estas últimas muertes debemos llorarlas como si fueran de la familia. No sólo sentarnos a esperar que estos tipos hagan algo, porque ellos van a hacer nada.  Repito, como el hombre que viola a su mujer maltratada, los políticos sólo están a la espera de montarse encima del pueblo por cinco años más.  Ellos no quieren solucionar nada, ni van a hacerlo.  Pero hay que exigirles acción.  Porque con tanta inacción e indolencia social, no paramos de tentar  a la mano oscura  del destino.  Mejor actuar ya, que llorar después.

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