MASLEIDOS

domingo, 3 de junio de 2012

Una gobierno a patadas y puñetazos

Desde que yo vi al gobierno del cambio generar aquellos desaciertos en el servicio diplomático, asumí que esto no iba bien. Me refiero al cónsul que salió hablando del canal, en un programa de entretenimiento norteamericano.  Luego el otro que se disfrazó de mujer, en una fiesta en Canarias.  Y más recientemente, el escándalo sexual en Filipinas.  Siempre me he preguntado si en Panamá no existen profesionales idóneos en el manejo de las relaciones exteriores.  Lo digo por éste y los otros gobiernos de la nueva democracia panameña.  Hemos tenido hasta comediantes, envueltos en nuestra diplomacia.  Sin embargo, las relaciones exteriores y la imagen de un país no pueden tratarse como si fuera un chiste o un sindicato más que reprimir. Entre tanto, pareciera que el ministro de relaciones exteriores se preocupara más de la política interna, que de lo que nos ocurre internacionalmente.


El gobierno del cambio se ha caracterizado desde sus inicios por la confrontación.  Confrontación con los empresarios, los gremios, los indios, los medios, la sociedad civil. ¿Por qué el nivel tan elevado de hostilidad?, no sé.  Pero he escuchado decir que “el gobierno es víctima de una campaña de ataques masivos orquestada por la oposición y afines”.  Una campaña tan, pero tan grande, que ha tejido intrigas internacionales (Italia) en contra de nuestro gobierno. ¿Acaso eso no suena a locos? ¿A paranoia? … Ahora bien, nosotros acá en Panamá es una cosa, pero cómo nos vean en el exterior es otra muy distinta.  Recientemente he escuchado decir que Varela no debió viajar a Washington, porque nos da mala imagen internacional.  Hasta lo han considerado “traición” a la patria etc.  ¿Y mientras tanto, cuál es la imagen que nos da el gobierno en el extranjero?

Cómo olvidar el primer gran escándalo diplomático:“La salida de Panamá del PARLACEN”.  Evento que curiosamente marcó el primer roce de Cambio Democrático con el Tribunal Electoral. Luego, en la época en que estábamos tramitando con Francia la lista de los paraísos fiscales,  Panamá consiguió que el gobierno francés emitiera una declaración conciliadora, amenazando con la cancelación de un negocio millonario a una empresa francesa.   Hace poco, con el escándalo Lavítola, el ministro Mulino declaró que Panamá podría anular los contratos millonarios con Finmeccanica. Qué decir de las  medidas de retorsión a empresas, instituciones y ciudadanos de Ecuador por mantenernos en su lista de paraísos fiscales. Y ahora más recientemente tenemos esta “diferencia diplomática” con el gobierno de Taiwán, admitida por el presidente de la república.   Considerando todas estas “torceduras de brazos diplomáticos”, los cables filtrados por Wikileaks de la ex embajadora norteamericana, lo mucho que nos “sonaron” en Italia con el caso Lavítola y los escándalos de travestidos, relajados y abuso sexual,  me preocupa seriamente nuestra imagen en el extranjero.  


Nuestro gobierno, en lo que se refiere a relaciones exteriores, por un lado hace el ridículo con disfraces y chistes, y por otro lado se comporta igual que a lo interno: Intimidando y Reprimiendo.   A veces le funciona, otras veces no.  ¿De cualquier forma,  este sistema de “agresividad” y “torcedura de brazo” es lo que debe ser? ¿Acaso esa es la forma correcta de llevar las relaciones internacionales de un país?.  Creo que parte de la disociación que viven las autoridades en Panamá, que aún no saben si están gobernando o politiqueando, que aún no distinguen entre el patio de su empresa y la cosa pública, todo dentro de un marco  esquizofrénico (ellos dicen que vamos bien, nosotros sentimos que estamos mal) paranoico (todo el mundo contra el gobierno), de agresión y represión reiterativa,  lo están exteriorizando internacionalmente. 



Es conveniente corregir esta forma de operar, antes de que la comunidad internacional reaccione tal y como ha reaccionado la comunidad nacional, guardando proporciones, dado que, viniendo del resto del mundo jamás podríamos esperar cierres de calle o huelgas, sino cosas mucho peores cómo los bloqueos económicos (nada favorable, considerando la crisis económica internacional).  Y esto lo debería entender un estadista (no un boxeador), o cuando menos su grupo de asesores (no los esparrings).  Si bien es cierto que el gobierno ha tenido choques con los medios de comunicación, los empresarios, los gremios, los indios, la sociedad civil etc., como nación no nos resulta viable tener un historial de “roces inespecíficos” con Centro América, Estados Unidos, Ecuador, Francia, Italia, Filipinas y ahora Taiwán.  ¿O acaso será que se trata de establecer una forma de gobierno a patadas y puñetazos?.

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