Como dicen por allí, que en las procesiones
se camina dos pasos hacia delante y uno para atrás, o al revés…este gobierno
cada paso que da, lo hace para retroceder.
Es un gobierno en reversa, aunque se jure lo contrario. Pero no mintieron, si mal no recuerdo, un eslogan del presidente
actual era que en su gobierno se podía “meter la pata”, pero no la mano. El asunto de “meter la mano”…no estoy por
discutirlo en este instante, pero lo de “meter la pata” se ha convertido casi
en un modus operandi. Es un gobierno en
reversa. Los veo ir y venir, rebotando
de un lado a otro como pelotas de tenis, escándalo tras escándalo.
Hoy nos despierta el ministro de
economía diciendo que “se les pasó la mano en pollo” en la previsión de ingreso. Digo, qué falta de todo ¡! ¿No?... Tal vez si consultaran un poco más al pueblo
cada asunto y no aceleraran de tal forma, para luego chocarse de frente no sólo con la
oposición, no sólo con el pueblo, sino peor aún con la realidad. Una realidad que les grita que equivocaron la
aplicación de sus agresivos conceptos de
empresa privada, que no funcionan en la empresa pública. Para entonces retroceder, ¡Huy qué pena!!! Nuevamente
a contradecirnos, ¿Qué nos queda?...pues, seguir en lo mismo, culpar a la
oposición y culpar al pueblo. ¿Será que
les falta bastante conocimiento en administración pública? No podría afirmarlo,
tampoco es mi materia, pero los hechos cuentan otra cosa.
La cámara de tránsito en Costa
del Este, aquella que pusieron para luego quitarla… Digo, es una empresa loable
reconocer errores y corregirlos, pero equivocarse tantas veces… ¡No es sano! Como aquellos pájaros que mueren golpeándose
contra los vidrios de los edificios, porque no entienden rápidamente que el
cielo no continúa, y que seguir el reflejo a veces duele, o mata según la ocasión. ¿Acaso este gobierno sigue el reflejo de sus
ilusiones?...pues sepan que cuando se administra la cosa pública, hasta para
soñar, hay que aprender a hacerlo en grupo. ¿Por qué? Porque no son finanzas privadas, sino
públicas precisamente, y no se pueden administrar como se administraría un
capital privado, asumiendo riesgos por el simple hecho de “vivir en eterna
tensión, riesgo y confrontación”.
A este gobierno, entiendo por
fin, no le interesa imponerse. Tal
parece que más le interesa la confrontación en sí, ganando de primera mano (con
una buena imposición) o por insistencia (cito la lucha indígena). Parece que existiera una condición patológica,
cierta necesidad obsesiva de confrontar y ganar en cualquiera lid. Sin importar el desgaste que se desprenda de
este tipo de actitud, o los beneficios o maleficios que se obtengan de ella. Con todo lo que pasó la semana pasada, la
violencia, lucha popular y demás, me llama poderosamente la atención una noticia
que quizás pasó desapercibida: El sobreseimiento definitivo en el caso de Juan
Hombrón.
¡Este país es éste país! Balaceras a figuras públicas, el pueblo en
franca lucha, un país que parece retorcerse sobre su eje democrático y el
presidente bailando como Bernnie. ¿Tiene esto sentido? ¿Nos engañaron? No lo
creo, por allí decían: “Los locos somos más”…ahora resulta otra cosa. Y cuando ya no sean estos, serán otros los que
nos manipulen, y así seguiremos resolviendo nuestros días entre
insatisfacciones y comodidades. Que cada cual cargue su santo, o lleve su cruz al
hombro, en “esto” que no sé llamar procesión o vía crucis. Y de tanto “baile”
nos va quedando la pregunta de siempre: ¿Avanzamos o retrocedemos? O mejor
dicho ¿Quiénes avanzan y quiénes retroceden? De cualquier forma, es sumamente
positivo saber que aún tenemos capacidad de unión y peso como sociedad, como
panameños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario