MASLEIDOS

domingo, 3 de junio de 2012

¿Qué pasaría si en Panamá no hubiera diputados?

Todos los privilegios, que muchos de ellos entienden como “gastos operativos”, pero que el resto de los panameños visualiza como “privilegios”, supuestamente fueron creados  para facilitar la gestión de los diputados, legisladores o como quiera llamárseles.  Luego, ¿La gestión de un legislador es hacer leyes, o “ayudar a la comunidad”?.  Porque hasta donde tengo entendido hacer parques, paradas,  aceras, regalar neveras, bloques, bolsas de comida, estufas y demás no es trabajo de un legislador.  ¿Necesita tanto dinero el legislador, para reunirse con su comunidad de cuando en cuando, y luego sentarse a legislar??? Aún así, si fuera realizando obras sociales ¿Pudiéramos decir que invierten efectivamente el dinero que se les otorga?  Me parece que la figura del diputado aún no está clara, o por lo menos no quieren dejarla en claro, y mientras tanto seguir cobrándonos por dicha ambivalencia.  ¿O legislan, y legislan bien, o continúan de “regalones” haciendo indirectamente campaña política (con nuestro propio dinero)?


En una ocasión me explicaron que las autoridades debían tener salarios tan “altos”,  para evitar  ser seducidos por coimas, sobornos etc.  Con salarios altos se espera  que el individuo sea menos proclive a corromperse.  Pregunto entonces: ¿Acaso así se lograría evitar la corrupción, o sólo aumentaríamos el valor del supuesto  “soborno”?.  Y por allí va el asunto, al aumentar el costo de los posibles sobornos… ¿Quiénes estarían en capacidad de pagar dichos sobornos?, pues, los mismos poderosos de siempre (los mismos que han controlado a Panamá, toda la vida).  Es decir, el salario que ostentan nuestras autoridades, definitivamente no los inmuniza contra la corrupción, ni mucho menos. 


 
Digamos que les pagamos tanto por ser “nuestros representantes”.  Sin considerar el hecho de que algunos ni siquiera pasan tiempo, ni tiempo de calidad en sus comunidades.  Ni aunque tuvieran sangre azul, o viviéramos en un régimen monárquico, eso sería válido.  Cualquiera de nosotros que tenga a su bien pagarle a otro por trabajar, ¿Acaso le pagaría para trabajar en su contra?...no me parece.  El pueblo se queja constantemente de que los legisladores, por quienes votó,  aprueban  leyes impopulares, que en lugar de beneficiar, deterioran su condición de vida a favor de unos pocos “poderosos”.  Frecuentemente se oye de ausencia masiva, escándalos de corrupción (compra y venta de otros legisladores o autoridades) escándalos sexuales (el gobierno pasado)  botellas, vulgaridad, violencia, sobornos, discusiones y peleas de patio limoso etc.  ¿Acaso uno le pagaría bien a una persona de la cual duda profundamente, y ni siquiera cumple con su horario laboral?  ¿Entonces por qué lo hacemos, y encima tanto dinero???

El órgano legislativo debe existir como contrapeso del poder ejecutivo, o algo por el estilo.  No soy abogado, ni politólogo, ni nada de eso, pero en la escuela me hablaron de “la separación de poderes”.  Recientemente he escuchado que una de las principales quejas para con el actual gobierno es esa, un órgano legislativo totalmente plegado, entregado, vendido o “dejado” al ejecutivo.  Pero si la memoria no me falla, los últimos gobiernos en democracia, no tanto en el de Endara, han cojeado de ese lado.  El problema, tal dicen, es que ya no se trata de una cojera, sino de la amputación de la pierna.  Es decir, que el gobierno ande en un solo pie: El ejecutivo, eso dicen.  De todas formas ¿Podemos decir los panameños que contamos con un órgano legislativo independiente y digno? ¿Digo, mucho más ahora que se ha acrecentado el asunto de los tránsfugas?.

El órgano legislativo debe existir en función a la separación de poderes, como contrapeso al ejecutivo etc..  Todo lo cual me parece políticamente correcto. ¿Pero en un país como el nuestro (en el que todo el mundo hace, o quiere hacer lo que le da la gana) suena rentable tener una asamblea legislativa aprobando leyes a diario? ¿No sería mejor unificar esfuerzos para hacer cumplir las leyes de manera imparcial?  ¿Existe en Panamá alguna estadística real e independiente, que diga cuántas leyes vinieron promovidas por organismos auténticamente representativos del pueblo, y cuántas fueron  promovidas por intereses privados de carácter y beneficio personal? ¿Acaso se da seguimiento al impacto social de cada ley, positivo o negativo? ¿Cuáles legisladores votaron a favor, y cuáles en contra?. Porque si tuviéramos esa fuente de información libre y pública (como efecto de la transparencia que tanto mencionan) pudiéramos establecer por frecuencia y efectividad, el valor práctico-social del órgano legislativo y sus representantes.   Algunos diputados hacen lo que les da la gana porque no tienen quién los regule durante el periodo, e inclusive ya ni siquiera obedecen a sus partidos políticos.



Dado todo lo antes expuesto y aunque pase de ignorante para algunos, sobre todo porque PAGO IMPUESTOS, tengo todo el derecho de preguntar: ¿Qué pasaría si en Panamá no hubiera diputados? ¿El país entraría en caos, o letargo infinito?  ¿Quebrarían los partidos políticos? ¿Colapsaría nuestro devenir socio-político? ¿Se terminarían las obras sociales en las comunidades? ¿Sufriría gravemente el ejercicio democrático? ¿Cerraría el tribunal electoral por inoperante? ¿Habría huelga de botellas? ¿Moriría la actividad política nacional? ¿Quebrarían los periódicos? ¿Aumentaría el desempleo y la delincuencia considerablemente? ¿Empeorarían los tranques vehiculares? ¿Subiría aún más la canasta básica? ¿Subiría aún más la gasolina? ¿Se agravaría la crisis del agua y la basura? ¿Subiría la deuda externa? ¿En qué nos afectaría considerable y negativamente, la carencia absoluta de legisladores?. 


 
Ahora bien,  ¿Por qué no eliminamos la asamblea de diputados y la reemplazamos con un único órgano consultivo-promotor, de igual autoridad pero compuesto por representantes de la sociedad, de las iglesias, de los gremios  y las universidades.  Profesionales sin afiliación política o mercantil, ni prontuario delictivo,  cuyos integrantes no ganen más de tres mil dólares al mes, no tengan privilegios, ni superen en número a treinta. Renovados sin reelección inmediata, cada dos años y medio.  Cuyo desempeño sea evaluado pública y periódicamente en foros comunitarios. Que puedan ser removidos según desempeño. ¿Por qué no?. Aunque suene a “sueño”, realmente pienso que nos iría mejor.  El estado se ahorraría mucho más dinero, el pueblo tendría mayor representatividad y control, los deteriorados partidos políticos menos poder, disminuirían los escándalos y la posibilidad de corrupción.  Ahora bien, ¿Lo permitirán ellos?.  No creo… que esa sea la pregunta, sino más bien: ¿Lo querremos nosotros?...   De cualquier forma, si los diputados llegaran a faltarnos, es muy probable que nada dramático ocurriría, e inclusive,  gran parte de la población ni siquiera llegaría a extrañarlos.

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