MASLEIDOS

viernes, 31 de agosto de 2012

Tsunamis y ley

Entre tanto y tanto, he podido sacar dos noticias del ambiente nacional que pudieran considerase positivas.  La primera de ellas es que el presidente sancionó  ayer  (30 de Agosto de 2012)  la ley que deroga la Sala V, compromiso adquirido después de reunirse con representantes de la iglesia.  La segunda trata de un detector de tsunamis que van a instalar en San Blas.

Digamos que, al sancionar la ley que deroga la sala V, el presidente mostró que podía “ceder” ante el clamor popular.  No sabría decir hasta qué punto el presidente pudo haber internalizado el evento como una derrota, o sus adversarios como una victoria. Lo cierto es que a mí no me preocupa quién ganó, ni quién perdió, sino que hubo algún tipo de consenso.   Tal parece que la visión y misión de una parte y otra es chocar, oponerse, luchar, antagonizar, confrontar.  Sin embargo, yo creo que la nación gana más si el gobierno mandara menos y dirigiera más.  La nación ganaría más, si la oposición  se opusiera menos y guiara más.  Definitivamente, ése es un nivel al cual no hemos llegado.  De cualquier forma alguien cedió, y eso fue positivo, porque da un atisbo a cualquier forma de conciliación, no por ellos y sus fuerzas políticas, sino por el país y el rol estatal que cada uno debe desempeñar en un momento determinado. Por otro lado, tampoco me agrada ver a la iglesia tan cerca de los asuntos políticos.  Ya quedó históricamente establecido que la iglesia católica y el poder…son una combinación explosiva.  E inclusive,  tal parece que ellos así lo aprendiendo, relegándose a ejercer el poder detrás del poder en cualquiera de sus instancias.  Pero bueno, si así se logró que todo marchara en un solo sentido, sin tornarse aún más violento, pudiéramos decir que fue positivo.

El detector de tsunami, aparte de cumplir el objetivo que expresa su nombre, tiene otra serie de atributos relacionados a la seguridad costera.  No podía dejar de mencionar esta noticia como positiva, dado que, desde que ocurrió lo de Japón no he visto un intento más certero en cubrir a Panamá de cualquier tipo de catástrofe relacionada.  Tal vez porque nuestras autoridades y ciudadanos piensan que “Japón está muy lejos”, sin embargo, la alerta de tsunami en aquella ocasión nos cubrió de igual forma.  Digo, total, si a nosotros nos matan los delincuentes, los terribles gobiernos (a mediano y largo plazo) los borrachos al volante, las instalaciones de gas etc., ya sería el colmo que la naturaleza se ensañara también en nuestra costa también.  Sobre todo porque somos un país rodeado de agua y tan pequeño que, en cualquier recodo del azar nos borran “por error”.  Lo donó la Universidad de Hawái, ojalá sepamos valorarlo  y podamos cuidarlo.

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