MASLEIDOS

viernes, 3 de agosto de 2012

Antes que los malos se tomen el oeste





Yo pensaba tomarme un descanso por el resto de la semana, sin embargo, no puedo “irme a descansar” sin comentar lo que ocurrió en la PRENSA. Es terriblemente triste lo que está pasando en Panamá, y me recuerda tanto a los militares. Más específicamente ese papelón que ellos hacían enviando a los CODEPADIS y batalloneros, para topar de frente a los sediciosos, y finalmente mandar a los antimotines para “establecer el orden”. En resumidas cuentas, los sediciosos recibían golpes de las fuerzas paramilitares y de los mismos militares que supuestamente acudían a “restablecer el orden”. Los militares mandaban tras bambalinas a los paramilitares, para no dar la cara reprimiendo directamente a los sediciosos. Así daban la impresión de estar apoyados por civiles (supuestamente “el pueblo”) reprimían y encarcelaban a los protestantes de la Cruzada Civilista (llamados sediciosos).





Yo he sabido de obreros, precisamente de la construcción, que cierran las oficinas de los consorcios para los cuales trabajan, o cierran los proyectos en los cuales trabajan, protestando por diferentes razones que involucran directa y exclusivamente al empleador y al empleado. O protestando contra el gobierno. Lo que no recuerdo haber visto antes, es lo que ocurrió ayer y hoy con la Prensa. Que unos obreros cierren el acceso a las instalaciones de un periódico, y protesten masivamente por publicaciones del medio contra el consorcio para el cual trabajan...según lo que comenta el diario afectado. Aunque pudiera ser, hay algo que sencillamente no me cuadra en la lógica, algo que huele muy feo aquí. Porque si fuera el caso que una empresa privada “manda tropas” a cerrar otra empresa privada, sin mediación de autoridad ni ley pertinente, pues, estamos al borde del salvaje oeste. En un lugar donde no hay autoridad y cada uno hace lo que le da la gana, media la fuerza y gana el mejor armado... ¿Será eso lo que viene para Panamá?.




En las pasadas represiones a indígenas, me llamó mucho la atención la logística y organización policial en el evento. Fue una maniobra militar, que peinó y controló el área (diferentes sitios de varias provincias) en pocos minutos. De igual forma lo hacen con cualquiera que ponga un pie en la calle en señal de protesta. Prontitud, efectividad y contundencia, atributos que jamás han manifestado para proteger a los civiles de la delincuencia silvestre y campante. Ni siquiera de los narcos que se abalean por nuestras calles, recreando, precisamente episodios del antiguo oeste, como si nuestras autoridades no existieran. Según comentarios, la respuesta de la autoridad para con lo que ocurrió en La Prensa fue demorada y dificultosa. Por mencionar algunos tópicos: “Que si no tenían grúas para remover los camiones”, “Que si no entendían a los manifestantes, ni el por qué de lo ocurrido” “Que si hay conos del MOP por todas partes”… etc. Luego, cabría preguntarnos: ¿Por qué nuestras autoridades en ciertas ocasiones actúan rápido y en otras no? ¿Qué debemos entender de esa actitud? ¿Que cada cual (persona natural o jurídica) vele por su seguridad? ¿La ley del revólver, de nuevo?.




Ahora ocurre que hay una guerra declarada entre dos empresas, y el gobierno se presenta como “el santo mediador” después del lapsus de terror vivido en La Prensa. Esto huele a gato encerrado, a tira la piedra y esconce la mano, a la magdalena, pay pay no toy. A alguien que quiere pasar agachado, pero tal vez sus proporciones desbordadas no le dejen. Esto huele a táctica de baja guerrilla urbana, de segunda mano, mala copia del tiempo militar. Esto me deja una muy mala impresión de lo que está ocurriendo en Panamá y de lo que podrá ocurrir en un futuro. Vuelvo y pregunto ¿Hacia dónde vamos, de continuar estos terribles esquemas de INTIMIDACIÓN, represión de bajo nivel, ataques, y todas estas cosas que se están viendo en Panamá???. Cosas por las que ya pasamos, y que pensamos no volver a pasar. ¿Será que es una lección del destino, para un pueblo que se ha quedado rezagado, apático, sedentario, individualista y sumamente egoísta? ¿Una lección social que nos está diciendo que debemos unirnos, para evitar el regreso de los dictadores? ¿Será que desde entonces hasta ahora, hemos aprendido nada?. 




Desde que calló la dictadura yo siempre critiqué que no se enseñara el periodo militar como nefasto y terrible para la república, incluyendo a los civiles que los ayudaron. Hay generaciones que ni siquiera saben de Noriega, Torrijos y lo que ellos representaron para la historia panameña. Inclusive, pintando a algunos de “dictadores blandos”… ¡Qué cosa más patética!!!. Aquí todo quedó mezclado y en silencio, como quien tira un trapo para que “olvidar nos sepa mejor, y apeste menos”. Bueno, quien olvida y no aprende, siempre lo he dicho, está condenado a fracasar toda su vida en el mismo error. El militarismo puede regresar a Panamá, ya fuere vestido de verde, o vestido de civil, porque quisimos olvidarlo y no lo sacamos de la mente de muchos ciudadanos, ni vacunamos las mentes de los otros ciudadanos para que eso jamás volviera a ocurrir. ¿Estaremos aún a tiempo de enmendar?...ojalá y lo hagamos antes de que el pasado nos trunque el futuro. Es decir, antes que “los malos” se tomen el oeste.

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