MASLEIDOS

viernes, 16 de agosto de 2013

El circo no resuelve problemas




Sucede que el arte de la guerra y el sometimiento, sigue siendo el mismo aunque el ser humano sea tan desmemoriado.  La política panameña siempre se ha manejado con los mismos cuatro hilos de marioneta: Pan y Circo, Divide y vencerás.  El imperio romano utilizaba el entretenimiento espectacular y la comida gratis para mantener al pueblo alienado de los problemas sociales.  ¿Pero cuál era el atractivo principal de la sedación popular?...sacrificar a alguien, ya fuera en combates entre gladiadores o luchas de fieras. ¿Y qué vemos en la actualidad de nuestro patio político?, el último circo que se ha formado alrededor de la defensora del pueblo.  Circo con olor a sacrificio, partiendo del hecho que “su eventualidad”, ni aún llevándola al peor de los casos, pudiera considerarse el mayor pecado del cambio.  Por otra parte, todos estos subsidios que el gobierno ha tenido a mal ofrecerles a los panameños, pudieran considerarse “el pan gratis del circo”.  E inclusive si nos vamos más allá, por qué no hablar de las famosas carreras romanas, que eran también parte del entretenimiento masivo.  Siendo un poco justos, veríamos las famosas encuestas de la actualidad política panameña, como la forma moderna de dichas carreras.  ¿Ahora bien, qué hay detrás del circo? un imperio en decadencia.  ¿O peor aún,  qué nos queda delante del circo? precisamente la caída de dicho imperio.  Hay quienes culpan al cristianismo de la caída del imperio romano, yo sólo culpo a la ceguera colectiva (de gobernantes y gobernados) que terminaron creyéndole al circo.   La prosperidad panameña puede caer ante tanto espectáculo, porque el circo no resuelve problemas, apenas los disfraza.


Divide y vencerás, o dicho en buen panameño: Siembra cizaña.  Frase que algunos atribuyen a Julio César, dictador romano. Justa contracara a la máxima existencial de   “La unión hace la fuerza”.  Técnica preferida por quien da como muy probable,  perder la contienda.  Comparando en su naturaleza estas dos frases, se observa con facilidad que la primera edifica y llama a la unión, mientras que la segunda destruye  e invoca desunión. Una proyecta el triunfo, la otra intuye la derrota. Una suma gente, la otra resta. ¿Qué queremos los panameños?  Claro que entre tanto circo, es difícil ver el problema a desnuda proporción.  Objetivamente, el éxito de la democracia panameña siempre se ha gestado en los votantes independientes.  Habiendo dos fuerzas opositoras perfectamente definidas, los independientes coronaban la decisión electoral panameña. Con Cambio Democrático, muy por el contrario a toda promesa, la política partidista se fortaleció (en detrimento a la voluntad libre e independiente) Ahora peor, con tantos independientes buscando protagonismo (algunos de los cuales favorecerán a los partidos políticos inconsciente o conscientemente) el voto no partidario terminará por disolverse en la manipulada efervescencia electoral.  Las próximas elecciones se definirán entre las membrecías de los partidos políticos. Y  ya todos sabemos lo que sale de los partidos políticos…
Tampoco creo que al aumentar la oferta (de candidatos) mejore la calidad del producto final.  Sobre todo entendiendo la lógica de “azar” con la que muchos panameños deciden no sólo su realidad cotidiana, sino la suerte nacional.  Con eso de que el panameño “sólo apuesta a ganador”, ganará la propuesta más publicitada.  E igual a las carreras romanas: A más distracción más miseria.  Pero aunque la historia mienta a veces, el tiempo jamás lo hace.  Y ya todos sabemos, aún después de tanto circo, cómo terminó el imperio.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario