Sucede que el arte de la guerra y el sometimiento, sigue siendo
el mismo aunque el ser humano sea tan desmemoriado. La política panameña siempre se ha manejado
con los mismos cuatro hilos de marioneta: Pan y Circo, Divide y vencerás. El imperio romano utilizaba el
entretenimiento espectacular y la comida gratis para mantener al pueblo alienado
de los problemas sociales. ¿Pero cuál
era el atractivo principal de la sedación popular?...sacrificar a alguien, ya fuera
en combates entre gladiadores o luchas de fieras. ¿Y qué vemos en la actualidad
de nuestro patio político?, el último circo que se ha formado alrededor de la
defensora del pueblo. Circo con olor a
sacrificio, partiendo del hecho que “su eventualidad”, ni aún llevándola al
peor de los casos, pudiera considerarse el mayor pecado del cambio. Por otra parte, todos estos subsidios que el
gobierno ha tenido a mal ofrecerles a los panameños, pudieran considerarse “el pan
gratis del circo”. E inclusive si nos
vamos más allá, por qué no hablar de las famosas carreras romanas, que eran
también parte del entretenimiento masivo.
Siendo un poco justos, veríamos las famosas encuestas de la actualidad
política panameña, como la forma moderna de dichas carreras. ¿Ahora bien, qué hay detrás del circo? un
imperio en decadencia. ¿O peor aún, qué nos queda delante del circo? precisamente la
caída de dicho imperio. Hay quienes
culpan al cristianismo de la caída del imperio romano, yo sólo culpo a la
ceguera colectiva (de gobernantes y gobernados) que terminaron creyéndole al
circo. La prosperidad panameña puede
caer ante tanto espectáculo, porque el circo no resuelve problemas, apenas los
disfraza.
Divide y vencerás, o dicho en buen panameño: Siembra cizaña. Frase que algunos atribuyen a Julio César, dictador
romano. Justa contracara a la máxima existencial de “La unión hace la fuerza”. Técnica preferida por quien da como muy
probable, perder la contienda. Comparando en su naturaleza estas dos frases,
se observa con facilidad que la primera edifica y llama a la unión, mientras
que la segunda destruye e invoca
desunión. Una proyecta el triunfo, la otra intuye la derrota. Una suma gente,
la otra resta. ¿Qué queremos los panameños?
Claro que entre tanto circo, es difícil ver el problema a desnuda proporción. Objetivamente, el éxito de la democracia
panameña siempre se ha gestado en los votantes independientes. Habiendo dos fuerzas opositoras perfectamente
definidas, los independientes coronaban la decisión electoral panameña. Con
Cambio Democrático, muy por el contrario a toda promesa, la política partidista
se fortaleció (en detrimento a la voluntad libre e independiente) Ahora peor,
con tantos independientes buscando protagonismo (algunos de los cuales
favorecerán a los partidos políticos inconsciente o conscientemente) el voto no
partidario terminará por disolverse en la manipulada efervescencia electoral. Las próximas elecciones se definirán entre
las membrecías de los partidos políticos. Y ya todos sabemos lo que sale de los partidos
políticos…
Tampoco creo que al aumentar la oferta (de candidatos) mejore la
calidad del producto final. Sobre todo
entendiendo la lógica de “azar” con la que muchos panameños deciden no sólo su
realidad cotidiana, sino la suerte nacional.
Con eso de que el panameño “sólo apuesta a ganador”, ganará la propuesta
más publicitada. E igual a las carreras romanas:
A más distracción más miseria. Pero aunque
la historia mienta a veces, el tiempo jamás lo hace. Y ya todos sabemos, aún después de tanto
circo, cómo terminó el imperio.
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