MASLEIDOS

viernes, 6 de julio de 2012

A la altura de nuestras expectativas electorales



No es el hecho de que sea Sergio Gálvez o no, el nuevo presidente de la asamblea.  Es que son otro montón de cosas las que van detrás de esto. Siempre he dicho, que a este pueblo le molesta mucho ver un reflejo tan puro de su realidad socio-cultural.  Lo vimos hace algún tiempo atrás con una ex primera dama que causaba cierto escozor por ser joven, de extracto racial, social y económico promedio.  En comparación con las otras primeras damas, de alta alcurnia.  La principal queja que he escuchado por allí sobre Chello, ha sido su funesta combinación de su gordura y la chabacanería.  Digo, total, de gordos y chabacanos…¿Quién tiraría la primera piedra, en este gobierno?.  Sin embargo, el sujeto rebajó.  Luego, queda el asunto de ser o no ser chabacano.  A mí en lo personal, me choca mucho ese asunto, pero para ser realistas, hay cualquier cantidad de panameños que lo son, de todos los estratos, niveles y clases sociales, sin haber sacado tanto provecho al asunto como lo ha hecho él.  El panameño común confunde trato humano y don de gente, con vulgaridad y chabacanería.  Por eso, precisamente, tenemos lo que tenemos... ¿Entonces, cuál es la queja ahora?.  Eso sí, a través de diferentes toldas políticas, hay que reconocer que el sujeto se ha mantenido, tal vez con una política paternalista hacia sus representados, pero, como sea se ha mantenido, o mejor dicho, ha sabido mantenerse.  Tal vez porque  gran parte de nuestro electrorado, aún no sabe distinguir entre lo que es ser un legislador, un representante o un padrino. 

Analizando los antecedentes, o mejor dicho, la actualidad, Sergio no ha sido el único, ni el primero y lo más seguro es que tampoco sea el último de su clase.  ¿Cuál clase? Definitivamente que no la clase social, sino lo que representa con esa personalidad tan polémica, que algunos adoran y otros detestan.  Reservo mi postura al respecto, pero he de decir que se debate en la realidad afectiva de muchos de nosotros, algunos nos odian, otros nos aprecian.  Otra figura similar, tal vez menos chocante, es la del ministro Ferrufino que fue escogido como legislador.  Se le critica el hecho de la falta de substancia política.  Nuevo en el tema, llega “al poder” con la principal queja ciudadana de no haber terminado la Universidad.  Y si nos vamos hacia atrás en la historia política de Panamá, tendríamos muchos casos como este.  Por mencionar uno de los más recientes, he allí el del humorista que llegó a la Asamblea y luego ocupó cargo diplomático.  ¿Qué decir de Mireya Moscoso? O, mucho peor aún, qué decir de los mismísimos militares, ¿Cuál fue la preparación académica y política de Omar Torrijos o Manuel Antonio Noriega?  Queda establecido pues, que para ostentar el poder no es preciso ser educado, ni inteligente, ni culto, ni nada por el estilo.  Apenas se requiere una buena dote de suerte, orientación y dejarse llevar oportunamente por el poder detrás del poder popular eligiendo estar en el lugar preciso, en el momento preciso y con la gente precisa.  Si no que lo digan los tránsfugas.  Algo que entendemos mucho en la cultura popular como: Apostarle al ganador.


Para ser honesto, el hecho de que Sergio Gálvez haya sido elegido presidente de la Asamblea me choca menos de lo que me preocupa (que dicho sea de paso, me choca bastante).  Pero verlo allí, sólo refleja un hito más en la descomposición social  panameña.  Algo que viene ocurriendo desde hace muchos años atrás, y que debe ser real motivo real de preocupación, no sólo en el aspecto político,  vulgar o cultural, sino en su impacto dentro de nuestra supervivencia ciudadana.  Recuerdo bien que una figura de muy alto perfil de este gobierno, en un desfile patrio hace casi tres años, aceptó ser alumno regular, alumno de tres en la escuela.  Bueno, ser alumno de tres es una cosa,  ¿Pero, aceptarlo en medio de un desfile patrio, con tantos estudiantes tratando de dar lo mejor de sí a la nación, y viniendo de un funcionario de semejante investidura?...O peor aún, haber sido invitado para un evento de graduación en una de las escuelas más prestigiosas del país, y terminar premiando a los que sacaron menor promedio… No es algo positivo.  ¿Cuál sería el mensaje entonces que nos manda este gobierno? ¿Qué para triunfar en Panamá no es preciso estudiar, ni ser alguien importante, ni resaltar?  ¿Entonces, qué se requiere para triunfar en Panamá, tener un arma y dar un golpe de estado, rodearse de rufianes y aprender de ellos, o hacerse de todo el billete posible?  Yo aprendí en mi escuela, en mi universidad, que uno siempre tiene que aspirar a la nota más alta, por si las cosas no salen bien, quedar dentro del nivel. Pero si uno aspira a lo mediocre, entonces, si las cosas no salen bien ¿Dónde quedamos?  Y eso me lleva a pensar a dónde vamos a quedar si las cosas no le salen bien a este gobierno… ¿En la lama? (como dicen por allí, empleando el término popular, ya que estamos hablando de chabacanería y demás)


Otras de las principales quejas que se le acuña a Sergio, es no asistir debidamente a la asamblea, y tener doble desempeño en cargos de elección. ¿Cómo podría yo premiar con la dirección de un gremio, a quien no asiste a sus reuniones?.  Ah, pero el suplente nunca falla…es decir, de este gobierno sólo podemos esperar resultados de “suplencia” no de principales. ¿Entonces quién gobierna aquí?, o mejor dicho: ¿Qué gobierna aquí?...las personas por la cual votamos, o aquellos que los suplen.  ¿Qué resultados obtenemos de ellos, resultados de primera mano, o de segunda, buenos o mediocres? ¿Acaso ése es el esfuerzo que nos están dando? ¿Podríamos decir, dada la dualidad electiva de Chello, que el nuevo presidente de la asamblea actúa o se siente, o ejecuta un rol  más de representante que legislador?  No me extrañaría, ya que este gobierno y sus adláteres, son nombrados para una cosa y nos dan mucho menos de lo que esperamos de ellos.  Tal es el problema real de  todo esto, y más específicamente de nuestro gobierno actual, especialmente  para con los funcionarios elegidos popularmente.  Que votamos  por algo muy distinto a lo que nos están dando, algo que de hecho no está, ni se acerca a la altura de nuestras expectativas electorales.   ¿Pero, acaso podemos esperar más del actual presidente de la asamblea, que anteriormente se reconoció mentiroso, y le dijo mentirosos a todo el mundo, inclusive a sus votantes, sólo para justificar al presidente Martinelli ?...

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