MASLEIDOS

jueves, 13 de septiembre de 2012

La Santa Democracia



Me ataca la risa cuando escucho a las personas hablar de “la democracia”, como si fuera el gran  ideal, el arquetipo social.  Nos quejamos de la nuestra, que es una democracia proclive a la corrupción, que es una democracia joven, que sus representantes no sirven etc. etc. etc.  Me permito recordar a este punto, que las democracias de primer mundo también han quebrado por pésimo manejo de sus representantes (incluyendo Grecia, su cuna).  ¿Por qué? Porque la democracia en sí, es un sistema de gobierno degradado, y en las formas de gobierno antiguas, era considerada jerárquicamente anterior a la anarquía.  Y dicho sea de paso, surgió en una época de decadencia.  Pero hoy la vemos como la gran papaya por qué, porque el mundo se ha degradado.  Pero todos los sistemas democráticos del mundo están destinados a fracasar, su proceso natural es terminar en anarquía o alguna forma de dictadura.  Aunque la democracia sea lo mejorcito para nuestros tiempos, de ninguna forma podría negarlo, tampoco se puede negar que es una de las peores formas de gobierno.  Nos da una falsa sensación de “justicia social”, que el pueblo elija a sus gobernantes, sin embargo, no es lo mejor.  Nuestras democracias actuales se basan en la totalidad ciudadana, es decir, todos los nacionales votan, por decirlo de esa forma.  En la antigüedad no votaba todo el mundo, el “Demos” era una parte significativa y MERITORIA de los habitantes.


Nuestro ideal de democracia es que “gane el que la masa quiere que gane”.  Eso suena justo, pero cuando analizamos a profundidad  quiénes constituyen la masa, nos damos cuenta de que en su mayoría son personas amontonadas, que piensan en manada, como si fuera un cardumen, y así mismo actúan.  El que tenga la habilidad, o el recurso, de dirigir a la masa, pues ganará las elecciones.  Indistintamente a sus intenciones sociales, o a  su preparación para el cargo.  Luego,  la masa se maneja como han venido manejándola todos los gobernantes del mundo, manteniéndola a raya, jamás solucionando gran parte de sus problemas, oprimiéndola (con la economía, el hambre o la violencia) engañándola y dándole muchos mecanismos de evasión.  El problema de este esquema es tener  dinero suficiente, o la estructura elaborada (de los partidos políticos) porque la masa pesa y tampoco es fácil de manipular, por su proporción, no así por su intelecto o capacidad de razonamiento.  La masa, más que nada actúa emotivamente, y siempre dentro del margen o marco que le pongan.  El humano en masa, es otro animal más.  Peor si está enfermo, ha sido mal educado, no tiene dinero y teme por su seguridad personal.  Por eso es que estos políticos y gobernantes, nos tratan como si fuéramos animales.  Jamás cambiarán el esquema, porque es el que les conviene, aunque a diario se limpien los pies con “La Democracia” como letra muerta.


En el primer mundo disimulan más el evento, pero al final de cuentas ocurre exactamente lo mismo que en el tercero, controles más, controles menos, cultura más, cultura menos, intelectuales más, intelectuales menos.  El problema se resolverá cuando el ser humano se vea, se sienta y se entienda como un ente social.  Lo cual debe ocurrir posterior a la toma de conciencia del individuo para consigo mismo, léase como individuo.  Primero somos uno, luego somos más.  No podemos aspirar a crear una sociedad sin primero crear individuos (para lo cual necesitamos hogares, con hijos y padres/madres en ellos).  Bajo este concepto, la sociedad se convierte inevitablemente en MASA.  Y de allí ocurre que todos los sistemas que se dicen de “justicia social” fallan, porque la sociedad se les convierte irremediablemente en MASA.  La única forma en que la sociedad no se masifique, es haciendo que el humano se reconozca y se FORME previamente como individuo.   Ya lo he dicho antes en reiterados artículos, yo creo en el individualismo, en el individualismo social.  Aquel individualismo que hace a la persona individuo y posteriormente lo presenta e introduce a la sociedad como un ente productivo y consciente (despierto).  No como un objeto manipulable, cuyo único fin es sumar por sumar,  apoyar por apoyar, o aprender por aprender, o estar por estar en el grupo,  en la sociedad, y final e irremediablemente en la MASA.


Me gusta mucho comparar las dictaduras de Pinochet, con el sistema rotativo dictatorial panameño.  Es muy probable que Pinochet haya sido humanamente peor que todos nuestros dictadorzuelos cobardes, sin embargo, Chile progresó más que Panamá.  Por alguna razón Chile vivió un tremendo momento oscuro, pero jamás dejó de moverse y llegó a algún lugar.  Los panameños…bueno, hemos crecido, o mejor dicho, han crecido económicamente los comerciantes, y los maleantes políticos, las construcciones,  pero como personas no creo (lo que sustenta verdaderamente el progreso de un país, las personas).   La gente se ha vuelto más violenta, los modales se nos fueron al traste, el sentido común desaparece, los vicios han aumentado, la educación disminuye más que aportar.  ¿Acaso pudiéramos decir que el pueblo panameño mejoró su calidad de vida?.  Y con ello no me refiero a que ahora el pobre tiene un televisor HD ó 3D, celular inteligente, computadora, Internet o Cable.  Me refiero a si el pueblo cuenta ahora con una mejor educación, salud, seguridad etc.  




En consecuencia, sí puede haber avance dentro de una dictadura, aunque no sea de la mejor forma.  Lo cual demuestra que la justicia social y la capacidad de progreso tampoco son exclusivas de los sistemas democráticos.  Yo no soy historiador, ni sociólogo, ni he estado en Chile, puedo estar equivocado en mi planteamiento, lo cierto es que Chile ahora es Chile, y Panamá… bueno, vamos a tener un metro. Pero volviendo al tema de la democracia, digamos pues que el sistema suena muy bonito pero, a mí en lo personal jamás me ha convencido.  La humanidad ha crecido tanto que ya los mecanismos antiguos de gobierno (incluyendo la santa democracia) diseñados para que unos pocos exploten y sometan a unos muchos pues, se nos han quedado obsoletos.  El planeta, la deforestación, la erosión, los cambios climáticos, las guerras, las pestes, los cataclismos nos dicen que tenemos que readaptarnos o nos extinguiremos en nuestra propia arrogancia o estupidez.  Se requieren formas de gobierno que formen humanos, humanos sociales, no más masa.

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