MASLEIDOS

viernes, 7 de septiembre de 2012

El desagradable recuerdo de un capricho megalómano.

Desde que cambio democrático subió al poder, el gobierno nos ha saturado de propaganda de una forma terrible e inaudita.  Diciendo que hacían, que hacen, que han hecho y muy prematuramente  que “seguirán haciendo” algunas cosas, aún ni siquiera del todo cuajadas como: El metro bus, el metro etc.  Nos la han vendido, nos la han enquistado en el consciente y el subconsciente de una forma tan absurda como apabullante, al estilo Goebbels (Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad, ver mi artículo Los nazis y nuestra política).  A mi parecer, este gobierno ha sido tan terriblemente malo, que no tiene forma de defensa lógica, más allá del hueso que les tiran a sus allegados constantemente.  Por un lado dicen no ser paternalistas y rebajan el subsidio de la electricidad, por otro reparten becas, mochilas, casas.  Y eso es lo malo de nuestras autoridades, que dicen una cosa y hacen otra.  Tanto así, y tal es la desconfianza masiva que se le tiene al gobierno,  que el presidente tuvo que registrar por notarios  sus intenciones de no reelección en la próxima vuelta electoral (para que las personas le creyeran). Luego la renuncia irrevocable, que se revocó en lo que alguien chasquea los dedos (ya todos supimos). 

Se nos habló de “mejorar la calidad de vida del panameño” y ahora tenemos una ciudad asquerosa, llena de reparaciones a medio palo que se atiborran no pocas veces en aguas negras, una ciudad vendida a los extranjeros, una ciudad retorcida en los tranques vehiculares, no pocas veces sin agua, no pocas veces sin electricidad, con serios problemas económicos, canasta básica en las nubes, violencia y criminalidad campante. Una cosa es lo que ellos dijeron, y otra la que nos han dado, un metro a medias, buses a medias, pinches mochilas, becas, casas para el gueto, dinero para los ancianos no asegurados, “ferias compitas” con otro nombre  y qué más????.  Tenemos un gobierno ambivalente, de dos caras y harta publicidad, rodeado de serios escándalos de corrupción y fechoría.  Por un lado nos dicen que no hay dinero, y luego salen pregonando efigies y relojes gigantes, más cinta costera etc.  ¿Quién miente? ¿A quién engañan?  Acaso para realizar estos absurdos sueños faraónicos, de síndrome Napoleónico habrá que poner más impuestos, esclavizar o tiranizar más al pueblo. ¿Podremos entonces pensar que para el 2014 todo será diferente o mejor?.  No, habría que estar locos. 

Como si ser gobierno implicara hacer mucha propaganda y regalar cosas.  Yo creo que nuestras autoridades no han terminado de entender que la cosa pública no es un supermercado o cualquier otro negocio, ni los ciudadanos diferentes clases de productos.  Gobernar no es hacer un baratillo, por Dios !!!!.  Tampoco llenar cupones, ni gestar ofertas engañosas bajo una publicidad masiva y dudosa.  Brindando soluciones de muy bajo nivel, orientadas a golpear profundamente a la clase media, y sustentar la dependencia de la masiva clase pobre, a cuesta de regalitos que pudieran garantizar adeptos, votos etc.   Si Cambio Democrático está pensando en hacer una convención (o eventos) para “apagar” las manifestaciones del PRD (recordando el fin de semana antepasado y antepasado) o cualquier otra que pueda surgir del panameñismo, me permito recordarles que el peor enemigo de Cambio Democrático ahora mismo no es la oposición, ni el frente democrático, sino el mismo gobierno.  Muchos gobiernos se han mantenido a base de la corta memoria popular, golpeando al pueblo para luego “suavizarle” la mano en épocas pre-electorales, garantizando votos.  El panameño ya no come de eso.

Creo que nos han subestimado, y si no ajustan su proceder, entendiendo de facto que no llevan chance para el 2014, pues jamás volverán a tenerlo en lo que nos quede de vida republicana.  Considerando el hecho de que en un par de elecciones más, tal vez ya no existan como “fracción política” siquiera, sino como el desagradable recuerdo de un capricho megalómano.  Panamá ha vivido guerras, dictadores, bloqueos económicos, pestes (épocas canaleras)  y siempre hemos salido adelante, triunfantes.  Aunque la herencia de  fuerzas dictatoriales, como lo ha sido el PRD, ha querido pasar desapercibida la masacre reiterada a este pueblo, y siempre salga un maleante con ínfulas hitlerianas, nosotros sabemos por conocimiento de causa, por experiencia, intuición y supervivencia, advertir la maldad en todas aquellas personas que se disfrazaron, disfrazan y disfrazarán de gobernantes.  Hemos sido respetuosos del ciclo democrático, podremos elegir a un diputado vago por muchos periodos pero, gracias a Dios,  otra cosa pinta a la hora de elegir presidente.  Por eso, por aquella sabiduría primitiva, ancestral y bruta popular, jamás hemos aceptado la reelección.  No importa que actúen como si esto fuera un carnaval, no importa que actúen mediáticamente, o en reacción a lo que los demás hagan (convenciones, elecciones, encuentros etc.) si el pueblo no lo quiere, no irán.

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