

Como si ser gobierno implicara hacer mucha propaganda y regalar cosas. Yo creo que nuestras autoridades no han terminado de entender que la cosa pública no es un supermercado o cualquier otro negocio, ni los ciudadanos diferentes clases de productos. Gobernar no es hacer un baratillo, por Dios !!!!. Tampoco llenar cupones, ni gestar ofertas engañosas bajo una publicidad masiva y dudosa. Brindando soluciones de muy bajo nivel, orientadas a golpear profundamente a la clase media, y sustentar la dependencia de la masiva clase pobre, a cuesta de regalitos que pudieran garantizar adeptos, votos etc. Si Cambio Democrático está pensando en hacer una convención (o eventos) para “apagar” las manifestaciones del PRD (recordando el fin de semana antepasado y antepasado) o cualquier otra que pueda surgir del panameñismo, me permito recordarles que el peor enemigo de Cambio Democrático ahora mismo no es la oposición, ni el frente democrático, sino el mismo gobierno. Muchos gobiernos se han mantenido a base de la corta memoria popular, golpeando al pueblo para luego “suavizarle” la mano en épocas pre-electorales, garantizando votos. El panameño ya no come de eso.
Creo que nos han subestimado, y si no ajustan su proceder, entendiendo de facto que no llevan chance para el 2014, pues jamás volverán a tenerlo en lo que nos quede de vida republicana. Considerando el hecho de que en un par de elecciones más, tal vez ya no existan como “fracción política” siquiera, sino como el desagradable recuerdo de un capricho megalómano. Panamá ha vivido guerras, dictadores, bloqueos económicos, pestes (épocas canaleras) y siempre hemos salido adelante, triunfantes. Aunque la herencia de fuerzas dictatoriales, como lo ha sido el PRD, ha querido pasar desapercibida la masacre reiterada a este pueblo, y siempre salga un maleante con ínfulas hitlerianas, nosotros sabemos por conocimiento de causa, por experiencia, intuición y supervivencia, advertir la maldad en todas aquellas personas que se disfrazaron, disfrazan y disfrazarán de gobernantes. Hemos sido respetuosos del ciclo democrático, podremos elegir a un diputado vago por muchos periodos pero, gracias a Dios, otra cosa pinta a la hora de elegir presidente. Por eso, por aquella sabiduría primitiva, ancestral y bruta popular, jamás hemos aceptado la reelección. No importa que actúen como si esto fuera un carnaval, no importa que actúen mediáticamente, o en reacción a lo que los demás hagan (convenciones, elecciones, encuentros etc.) si el pueblo no lo quiere, no irán.
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