MASLEIDOS

martes, 5 de marzo de 2013

Sin luz, sin agua y sin autoridades en Panamá



De hace un tiempo para acá he dicho que nuestras autoridades están algo desfasadas para con la realidad tecnológica nacional, y tienen un concepto no pocas veces antagónico y anacrónico.  Los últimos eventos climatológicos hicieron que las direcciones de los estamentos de seguridad ciudadana, emitieran uno que otro comentario adversando el uso masivo e indiscriminado de las redes sociales.  Cuando el sindicato único de trabajadores marchó aquel Viernes (¿Negro?...) y luego se produjo el saqueo de los locales comerciales en Calidonia, también escuché pronunciamientos adversando la utilización de las redes sociales.  Ayer, durante y después del apagón también.  Mientras el presidente parece estar muy cómodo con el uso de la tecnología comunicativa, sus subalternos no saben lidiar con ella. ¿Por qué?...porque los deja atrás. Ha quedado una vez más en evidencia, que este gobierno no está preparado para afrontar ningún tipo de emergencia.  No sólo por su tardía pronunciación, sino por su aún más tardío accionar.  ¿Por qué demoran tanto en manifestarse?  La respuesta es obvia: No manejan suficiente, ni oportuna información, que los lleve a comunicar y desenvolverse con certeza, a la medida, y al corto plazo de los acontecimientos.  Tal vez por el desorden interno en las mismas estructuras institucionales, tal vez por la falta de autoridad o mando, responsabilidad o delegación.  Tal vez por la simple burocracia.  O sencillamente porque nadie habla,  ni nadie se mueve, hasta que el presidente reaccione.



Cualquier emergencia nacional, llámese inundaciones, apagones o saqueos generalizados, NO da tiempo para reaccionar lerdamente.  La escalada de eventos poblacionales masivos, si no es bien manejada, empeora considerablemente su solución.  Cuando muchas personas son  afectadas negativamente por factores desconocidos, requieren de algún tipo de liderazgo que las ayude a no empeorar aún más la situación, lastimarse entre ellas, o simplemente generar una estampida humana.  A ese punto, un buen gobierno habría de manifestarse breve, clara y contundentemente  a través de sus autoridades. Pero qué hacen las nuestras, reaccionar tarde, mal y criticando las redes sociales.  Es curioso, pero ¿Un gobierno tan mediático, de tanta propaganda, fallando de semejante forma,  al momento de comunicar o manifestarse en una situación crítica nacional?. Entonces, qué están haciendo nuestras autoridades, en qué se enfocan, si a la hora de velar por la ciudadanía, se duermen y despiertan peleando contra el más congo (el ciberespacio). Hubo mucho sensacionalismo, y algo de pánico colectivo.  Muchos medios, ante la falta de pronunciamiento oficial optaron por  ignorar el tema, o exagerarlo.  Obviamente, los medios sensacionalistas corrieron a exagerar los acontecimientos, con mucho de irresponsabilidad e inconsciencia nacional.  Mientras que los otros, sencillamente siguieron “poniendo música”.  La costumbre radio-bembística del panameño, reforzada cuando el gobierno militar cerró casi todos los medios de comunicación, ha hecho al bochinche nuestro medio de comunicación favorito.  Ahora, potenciado por  la Internet esa. ¿Pero qué opción le queda al gobierno?... ¡Actualizarse!  Por otro lado, si en Panamá nos hemos enterado de nombramientos y destituciones a través de las redes sociales…  ¿Las redes sociales son buenas o son malas?



Como sea, un gobierno superado por las posibilidades tecnológicas  del común popular, no es más que anarquía.  Y la anarquía no le luce a un país que tanto “aspira” al primer mundo.  Quisiera yo que estas flameantes autoridades de “grado de inversión”, que proyectan a Panamá como la gran metrópoli de las Américas (después de Nueva York o Río de Janeiro)  o aquellos economistas que dicen que en Panamá casi no hay desempleo (y que los raspaderos ganan dos mil quinientos dólares al mes)  si una simple  quema de cañaverales puede dejar sin corriente eléctrica a todo un país...   Fuera de las alucinaciones de nuestras autoridades y  sus acólitos, queda claro que la realidad de tanto “progreso”, no es consistente a  la totalidad del estado panameño, ni mucho menos.  Digan lo que digan sus propagandas, los hechos sólo demuestran insuficiencia, mediocridad, mentiras y locura.


No hay comentarios:

Publicar un comentario