MASLEIDOS

martes, 5 de marzo de 2013

Más vale político manco, que mujer estéril.




Cuando esta gente decía que los locos eran más… tal parece que no era broma, lo de “locos”.  Ahora sacan este asunto de esterilización femenina. ¡Pero qué bonito!...reducir la población, para que no tengamos que distribuir mejor nuestras riquezas.  El acaparamiento de tierras, la desigualdad de oportunidades y la pésima distribución de las riquezas, son clásicos síntomas del tercermundismo.  Por eso es que no me cabe en la cabeza, cómo osan aspirar al primer mundo, con mentalidades tan esclavistas, viciadas y pobres.  Uno de los principales terrores del latifundista y de todo acaparador de riquezas y tierras, uno de los grandes miedos de todo esclavista es que sus esclavos crezcan en proporciones no manipulables.  Digamos pues, en los tiempos de antes, en los que la esclavitud era más evidente, un hacendado con capacidad de armar a cincuenta mayorales, podría llegar a tener cientos de esclavos…pero no tantos, ni pensar en miles.  La ventaja de las armas nos permite amedrentar y someter a un grupo finito de individuos; curiosamente proporcional al alcance y tecnología del armamento utilizado.  Y así mismo ocurre en los países con gobiernos tiránicos o dictatoriales, las minorías armadas  sustentan los regímenes, en contra de una gran mayoría desarmada o menormente armada.  



 
Si hiciéramos una distribución equitativa de riquezas en Panamá, digo yo que todos los ciudadanos tendríamos un pedazo de tierra decente dónde vivir, comer y criar a nuestra familia.  Pero, como unos pocos se adueñan de las tierras, los productos, las ganancias etc., si el resto seguimos creciendo, nos constituiremos tarde o temprano en una amenaza casi declarada para ellos y para su fortuna.  Porque, en determinado momento, la historia dará otra vuelta, y los “esclavos” volverán a violentar a sus patrones, tomando a la fuerza lo que les quitó ancestralmente la mala distribución de riquezas.  Ese es  el valor agregado de la mala distribución de riquezas en cualquier lugar del mundo, no sólo Panamá, donde haya hambre e injusticia como factores causales o productos internos del ciclo retroalimentado.  Luego, si éste es un país donde los raspaderos ganan dos mil quinientos dólares al mes, hay un excelente progreso, grado de inversión y estamos tan, pero tan bien, ¿Por qué esterilizar a las mujeres, siendo Panamá un país tan poblacionalmente precario?   Entonces, en este drama definitivamente hay alguien que no está diciendo la verdad… 



Y van a esterilizar a las panameñas…por qué no a las extranjeras, que vienen de países muy poblados a tener hijos en nuestro país obteniendo la nacionalidad a cualquier costo.  Dirán que porque las panameñas “aún” son más que las extranjeras y el crecimiento poblacional es mayor en nosotros que en los extranjeros.  Pero, por qué mejor no restringir la entrada a tanto extranjero que representa capital en fuga (no los que generan capital corriente en nuestro país). Muchos de estos grupos, que ni siquiera se mezclan con nacionales, sino que tienen sus hijos entre ellos para luego acreditarse la ciudadanía a “la fuerza circunstancial” de tener que parir un chiquillo en suelo patrio.  Sin embargo, he de recalcar que el control poblacional mediante esterilización,  no es invención de los explotadores y usurpadores locales.  En todo el mundo se están dando estos casos de restringir el crecimiento poblacional a como dé lugar.  Así fuera controlando la producción de alimentos, como aquella semilla estéril, de una sola cosecha, que se ha distribuido en países aún más pobres que el nuestro.  El objetivo es que el pobre, o mejor dicho, el esclavo no se reproduzca en proporciones alarmantes.  Si no se puede impedir la reproducción, entonces propician la muerte a través del “hambre controlada”.




Pero si lo vemos bien, y si hablamos de “dañar a un país en grandes proporciones”, ¿Quién dañaría más a Panamá, un político mentiroso y ladrón, o un niño hambriento?  Gente que aprueba leyes que nos afectan masiva y negativamente.  Gente que nosotros mismos elegimos.  ¿Acaso el potencial dañino de cien niños hambrientos, es más grande que el de setenta legisladores corruptos?...  Existen países que han progresado social y políticamente aprobando leyes de mayor calibre en contra de sus funcionarios y políticos corruptos.  Digamos pues, sin desear parecer sanguinario, por qué no cortamos la lengua del político mentiroso, o la mano del ladrón.  Definiendo en el paredón, la reincidencia en cualquiera de sus formas.  Porque es más fácil reventar siempre contra la mujer, porque inconsciente todavía pensamos que la mujer es el origen de la mayor parte de nuestras desgracias sociales.  Así nuestras autoridades no existen para educarlas en la planificación familiar, darles un empleo,  protegerlas del agresor conyugal, o del agresor silvestre, pero sí para esterilizarlas como si fueran algún tipo de ganado. No, no me parece justo.



Habría que ser ciego, o muy bien pagado por el gobierno, para no verlo.  ¿Acaso este tipo de ley es productivo, o más bien castrante?  Sin contar el daño moral y salubre, de tener a más mujeres cohabitando con muchos más hombres habiéndoles mermado en gran escala el sentido de la responsabilidad sexual (al esterilizarlas) , pregunto: ¿Por qué en lugar de “capar”, no se educa mejor (desde la escuela) ?  Porque tristemente vivimos en una sociedad castrante, del intelecto, de la opinión, de la libertad, la justicia y como siempre castrante de sus propias mujeres.  Una sociedad cobarde, que siempre termina abusando de la mujer.  Una sociedad a la que le va mejor destruir, que construir.  A una sociedad a la que le conviene “liberar” más que “formar”  a sus ciudadanos.  Teniendo una perspectiva social tan pobre, cómo aspiramos a que el beneficio de “tantas obras” de “tanto desarrollo” sea igual para todos, partiendo de la injusticia social para con uno de sus géneros.  Panamá no es un país superpoblado, Panamá es un país con una pésima distribución de riquezas.  Antes que capar a nuestras mujeres, deberíamos pensar primero en cómo frenar primero a los grandes acaparadores, corruptos y esclavistas de nuestro país.

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