MASLEIDOS

martes, 5 de marzo de 2013

En nombre del progreso



Hace siete meses atrás, aproximadamente, conversaba con una persona que me hablaba de la falta de fluido eléctrico en el sector “oeste”.  Esa persona alegaba que tuvo que comprar reguladores de voltaje y baterías, para evitar que los aparatos eléctricos se dañaran.  Desde que los puso el equipo suena y pita constantemente,  indicando severas fluctuaciones eléctricas.  Recuerdo que entonces pensé: ¿Así, de eso nos sirve el progreso?... ¿Para tener problemas declarados y recurrentes de luz y agua?  En definitiva, el sector oeste ha recibido un crecimiento poblacional insoslayable, en consecuencia sería injusto evaluarlos en base a tiempos pasados.  Sin embargo, ¿Cómo progresar sin una buena plataforma que lo sustente?...Hay nuevas urbanizaciones, centros comerciales, crecimiento etc.  Pero esas poblaciones singuen teniendo problemas de aseo, ornato,  agua y fluido eléctrico.  ¿Entonces a quién beneficia un mall?, al dueño del mall obviamente.  Muchas de estas comunidades son lo que, desde el punto de vista citadino, llamaríamos “pueblitos”.  Pueblitos en franco crecimiento.  Pero cómo crecer, si se tiene todavía problema con lo básico.  Y tal es la pregunta que bien pudiéramos extender al resto del país: ¿Para qué progresar, si todavía tenemos serios problemas con el agua, la electricidad, el aseo, la seguridad, la salud y la educación?


Recientemente, el fluido eléctrico ha estado demasiado inestable en el área donde vivo.  La tragedia de Panamá oeste, que tanto salió por televisión aquella vez,  parece estarse replicando incipientemente en las afueras de la ciudad.  Los bajones de luz son muy frecuentes.  Tanto así que yo también he tenido que comprar reguladores, baterías y protectores de voltaje para los aparatos eléctricos más sensibles de la casa.  Curiosamente, ahora que disminuyen el rango de subsidio y aumenta el costo de la luz,  el servicio empieza a fallar mucho más seguido.  Quejarse en este país, es lanzar una moneda al infinito y esperar a que caiga de canto.  Sin embargo, hay que hacerlo.  Estoy en eso,  elaborando la queja.  Recién este sábado despertamos a media noche, casi inmersos en aquella película “Experiencia paranormal”.  La luz bajaba y subía de brillo, los reguladores traqueaban, las baterías pitaban…parecía que algo iba a explotar en la casa.  Y tampoco ha sido la primera vez.  Recientemente quedamos así  desde aquel famoso apagón.  Aunque igual antes nos ocurría, con menos frecuencia entre fluctuación y fluctuación eléctrica.  Los detectores siguen traqueando constantemente, como si fueran triqui traques. ¿Será que algo no quedó bien resuelto de aquella vez, será que nos quedamos energéticamente cortos, será que es premeditado?


Para los días del apagón, tal vez uno o dos días antes, se anunció una enorme mancha solar del tamaño de seis veces la tierra. ¿En qué nos afectan las manchas solares y las llamaradas solares?  Daños eléctricos, magnéticos y electro-magnéticos, precisamente. Se afectan los sistemas de comunicación, computacionales, eléctricos etc. ¿Tendría algo que ver eso, con el gran apagón?  Pues, nuestros flameantes expertos dicen que no, que fue un cañaveral en llamas… ¿Les creemos?  Yo le creo más al dueño del cañaveral, porque este gobierno tiene muy poca credibilidad a mi parecer.  Además, tampoco le encuentro sentido a que un fuego afecte cables de alta tensión,  que pasan por áreas de quemas programadas y reiteradas.  Sencillamente no creo que un fuego haya causado ese apagón.  En ese momento también se habló de que, al momento de ocurrir, se registró un consumo altísimo de energía.  Eso tendría más sentido, mucho más sentido.  Las capacidades energéticas no son infinitas en Panamá, ni en ningún lado del mundo.  Hace algunos años presencié cómo un edificio pequeño se quedaba sin luz, después de que una persona conectaba una aspiradora común y corriente.  Es decir, la demanda de una simple aspiradora colapsó todo el sistema eléctrico del pequeño edificio.  Luego supimos que habían sobrecargado el sistema, desconociendo los planos eléctricos originales de la instalación. Digamos entonces que “alguien” conectó “algo” en el país, y PLOP…se fue la luz.  Una excusa demasiado tonta para un país “con grado de inversión”, en pleno crecimiento, progreso, obras y bla, bla, bla...


¿Qué habrá detrás de este “súbito apagón”?  Si tuviéramos una entidad investigadora seria y responsable, en la que pudiéramos confiar al respecto… Pero no, no la tenemos.  Aquí las entidades de “defensoría” social, no sirven más que para defender a los poderosos de siempre.  De cualquier forma,  entre poderosos y poderosos siempre queda fregado el pueblo.  Tal parece que “esto” que llamamos progreso, en lugar de mejorarnos el acceso hacia los servicios básicos, lo ha empeorado.  Ahora cuando tenemos agua (si es que no se va) hay que rogar porque venga limpia.  Si no, comprar agua potable (más o menos veinte dólares al mes, para una familia pequeña)  Entonces nos salen con este problema eléctrico, que a mi parecer pudiera ser implantado.  Implantado para generar “otros tipos de acciones”, que a su vez generen “otros tipos de acciones”,  o ganancias a terceros ocultos inclusive, encarecer costos, y finalmente trasquilar al pueblo en nombre del progreso…

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