MASLEIDOS

martes, 5 de marzo de 2013

¿Evolucionar o reprimir?

Algunos mandatarios han redoblado esfuerzos contra la libertad de expresión.  Es cierto que hay periodismo prepago, malintencionado y desinformativo.  Existe la crónica roja y la amarilla, los tabloides, que inclusive lucran del morbo social.  También están las televisoras, las emisoras de radio, los foros de internet.  Por cualquier medio que pueda comunicarse el humano, podrá haber tergiversación y manipulación de información. En cualquier actividad humana existe inherente el riesgo de la corrupción.  Así como también existe la corrupción en los sistemas judiciales, y en las esferas de mando, desde que el hombre se estableció en comunidades organizadas.  En los países como el nuestro, donde siempre ha existido todo este oleaje de escándalos, los pueblos terminan perdiendo credibilidad en los gobernantes y sus respectivos sistemas judiciales.  Mientras los políticos dicen palabras y muestran papeles, los medios de comunicación adicionalmente muestran fotos y videos. En nuestra actualidad (de comunicación en línea y tecnología de punta) el manejo de la información ha dado mucho más poder a los medios, del que tenía cuando se le acuñó el distintivo de “cuarto poder”.  Los pueblos parecen haberse acostumbrado a creer más en la televisión que en las sillas presidenciales, en las novelas que en las asambleas legislativas o senados, y en los periódicos que en cualquier carta magna.



Sin embargo, algunos regímenes desfasados no notan (o no quieren notar) que la humanidad está cambiando.  Que los esquemas de gobiernos represivos de tipo jerárquico-patriarcales, individualistas y autoritarios ya no se sostienen por sí mismos.  Gracias a la tecnología, el humano (que originariamente se expresaba en términos de naciones, encerrado cada cual en su propia cultura) ha empezado a proyectarse como hijo de una misma especie.  Conceptualización demasiado peligrosa para ciertos tipos de autoridades.  Digamos pues que los miles de millones de “esclavos” de estos sistemas de poder y control, han empezado a interactuar entre sí, de extremo a extremo del planeta, inclusive salvando la barrera del lenguaje.  Dicho esto, según el viejo refrán que la unión  hace la fuerza, a los poderes tradicionales ya no le resulta tan fácil ocultar sus acciones, ni sembrar división (recordando el viejo adagio, divide y vencerás) ni maltratar “en privado” a sus pueblos.  Por eso, varios gobiernos (incluyendo Estados Unidos) han tratado de penalizar la Internet y las redes sociales.  La naturaleza tecnológica de la comunicación en masa bien aplicada, impide de facto la aplicación de los controles tradicionales represivos.  Bajo tales conceptos, los viejos regímenes de este tipo seguirán cayendo.  Porque cada vez se les hace más difícil engañar a la gente; no se dan abasto.  


Mientras más intenten reprimirlos, más débil será la fuerza que podrán ejercer, evidenciando su vulnerabilidad, incapacidad e ineficiencia.  Por eso la desesperación de arremeter contra los medios.  Sienten que se les va el poder. Y esa sensación es… asfixiante.  Hemos comenzado el año consternados con la renuncia del papa, un traspié demasiado significativo en uno de los organismos mayoritarios de fe y control mundial. Algunos meses atrás descubrieron una roca enorme (2012 DA14) viajando en dirección a la tierra.  Los sistemas de rastreo más eficientes, sólo abarcaban objetos “grandes” como planetas, satélites, sistemas solares, galaxias etc.  Ahora, ante el reciente paso de dicho asteroide y los mil heridos del meteorito en Rusia, la ciencia ha empezado a  repasar la peligrosidad de estos  “pequeños”  objetos. Es decir, lo que antes  parecía pequeño, ahora lo consideramos grande. ¿Estamos o no frente a una realidad que a simple vista nos presenta dos opciones: Evolucionar o Extinguirnos?...Luego,  ¿Por qué insistir en estos esquemas de gobierno tan viciados, involutivos y retrógrados?  No tiene sentido ir en contra de la naturaleza,  forzar, intimidar, ocultar, oponerse al flujo de la vida y sus acontecimientos.  Van a hacer el ridículo y llevan todas las de perder.  Empiecen a considerar a los pueblos y a sus entornos, sumen en lugar de restar, compartan en lugar de quitar, liberen en lugar de apresar, muestren en lugar de ocultar,  o terminarán execrados del futuro de nuestra especie.


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