MASLEIDOS

martes, 6 de noviembre de 2012

El último amigo que les queda



Que un comisionado y subcomisionado gane lo mismo que un ministro y viceministro de estado… ¿Cuál es el trasfondo de esto?.  El gobierno actual le ha dedicado mucha atención a la policía, me refiero a los aumentos de salario, discursos y demás motivaciones para “mantener la moral de la fuerza en alto”, y como promesa electoral pendiente.  ¿Pero, a qué se debe tanto énfasis en un organismo  que los otros gobiernos mantuvieron “a segunda mano”?.  La policía tiene un valor social indiscutible en Panamá, definitivamente.  La tropa ha merecido los aumentos que le han participado, y es muy probable que los comisionados y subcomisionados también lo merezcan.  No es motivo de este artículo generar juicios morales, ni de cualquier otra índole, ni mucho menos  señalar, o indicar si se merecen o no los aumentos.  Cualquiera que haya estado en una situación de  peligrosidad, fuese a nivel personal, familiar, en una riña tumultuaria, o situaciones por el estilo, aprecia de muy buena fe la intervención policial, obviamente, más aún cuando se trata de ciudadanos responsables, honestos y comunes. ¿Por qué mandaron a una policía militarizada (no así a la tropa urbana) a reprimir manifestaciones civiles (no del todo delincuenciales)  en Colón y/o Panamá, Bocas, Chiriquí etc.?...es una cuestión muy reprochable que quedará en el entendimiento y la conciencia de ellos mismos y de quiénes los mandaron.  Ver artículo Lo que trajo la ley 72.  Lo que yo cuestiono en este artículo, es el extraño proceder de nuestro gobierno, para con la fuerza policial.  Sobre todo a la luz de los últimos acontecimientos, en los cuales se habló de golpe de estado.



Yo recuerdo la vez que renunció el ministro irrevocable, ver artículo Hacia dónde carajo vamos.  Sus declaraciones inmediatas, no así las mediatas, pintaron una especie de insubordinación de los altos mandos policiales.  Se habló de “cerrar filas” inclusive.  Entonces, el gobierno demoró en manifestarse oficialmente, y el país quedó a expensas de una gran marejada de nefastos rumores.  También se habló de golpe de estado, hubo una rotación de personal y el irrevocable regresó, pero, no se oyó que hubiera habido destituciones en el organismo policial.  Fue algo así como “un empate técnico”.  Y me quedé con la gran pregunta: ¿Por qué no se ratificó la ordenanza civil, claramente en aquella situación, que todos catalogamos crítica?.  De entonces hasta ahora, si no me falla la memoria, ha habido galardones y aumentos para la entidad policial, y el ministro aquel quedó en un tercer plano.  En consecuencia, el tiempo parece haber favorecido a la policía, y enterrado al civil.  El viernes aquel, cuando se ejecutó el saqueo en Calidonia, el día comenzó sin autoridades que supervisaran de cerca las protestas del sindicato de obreros.  Consecuencia inmediata y natural a la falta de presencia policial, fue un tremendo caos, paralización del país y saqueo expansivo.  Igual a la vez del evento de “cerrar filas”, el gobierno demoró en manifestarse oficialmente.  Esta vez, la sensación que nos quedó fue bastante desagradable, el presidente estaba fuera del país, había un caos en el país y la policía demoró en actuar.  Definitivamente se habló de golpe de estado.  Ambas situaciones se dieron de Marzo a Octubre del 2012, muy poco tiempo entre ambos acontecimientos. ¿Luego, qué ocurre tras bastidores?




Un gobierno con serios desafueros populares, y una acción policial “inespecífica” (dados los dos acontecimientos antes relatados) no da pie a nada, genera muchísima suspicacia e incertidumbre.  Sobre todo por el extraño coqueteo del gobierno para con dicha fuerza, léase  los aumentos, las promociones, los reconocimientos, ¿Sólo para mantener la moral de la fuerza en alto, o por una promesa electoral?... ¿Por qué tan extraño coqueteo?  Todos los que tenemos cuarenta años o más, podemos recordar con cierta claridad, cómo se llevaban las cosas en el país antes de la invasión, léase, durante la dictadura.  Cómo los militares nombraban presidentes de trapo, presidentes títeres, puestos y depuestos al antojo de las fuerzas de defensa.  Cómo habiendo un “gobierno civil”, detrás mandaba una dictadura militar.   Luego, vinieron los norteamericanos a quitarnos lo que ellos mismos nos pusieron (una dictadura militar, en respuesta al alto grado de corrupción, desorden y golpes de estado  que existían entre los gobiernos  civiles anteriores  a los militares). No es saludable para la democracia, ni da buen aspecto al actual gobierno, seguir generando tanto ambiente de anarquía en el país, tanto desagrado popular, y a la vez, tanta “afabilidad” para con la policía. Pero a esta altura ya nada me sorprendería, dicho sea de paso.  Tengo tantas hipótesis en la cabeza,  que por prudencia prefiero no publicar, sin embargo, todo dice que “nada es lo que nos quieren hacer ver”.  Analizando el desorden político, los golpes de estado, la dictadura militar y la invasión, yo diría que en Panamá, aún siendo un país tan relativamente joven y pequeño, hemos visto demasiadas cosas (incluyendo una guerra con la otrora primera potencia  mundial, que de ser nuestra amiga, pasó a ser nuestra peor enemiga y luego nuestra libertadora… ¡Que patético!)  Veinte años de democracia y progreso lineal, no constituyen ni siquiera la cuarta parte de nuestra historia republicana (109 años) . ¿Qué otra cosa más pudiera ocurrirnos, o repetirnos? .  De cualquier forma, a mí no me corresponde decir qué.  Pero este gobierno ha levantado tantos frentes de choque al mismo tiempo y por todos lados, como obras planificadas para antes del 2014 (incluyendo el nuevo monorriel en el área oeste…)  El desprestigio, la corrupción y el desagrado que los rodea, técnicamente los ha dejado solos. ¿O será que la fuerza policial es el último amigo que les queda? ¿Eso es posible? ¿Dado los antecedentes, acaso eso sería lo mejor? ...

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