MASLEIDOS

lunes, 7 de enero de 2013

Polipartidismo Social




Aquí hay algo que no cuadra en la lógica nacional.  Todos los problemas se resuelven mediante “el diálogo”...  ¿Acaso tal es el deber ser de nuestra realidad nacional?, no sería mejor sencillamente evitar repetir el ciclo, concertar, evitar los problemas, dialogar primero, co-gobernar.  ¡Estamos dando vueltas en círculo! ¿Hasta cuándo del ritual bastante desgastador e insulso?. Como si la existencia diaria del panameño se redujera a una lucha de poder que a la larga queda en nada, o en la más triste resignación para el más débil.  El mecanismo de por sí es bastante similar y podría decirse que hasta primitivo.  Ya deberíamos sabérnoslo de memoria, ¿O acaso nuestra limitada memoria social, no da para tanto?.  Sólo este año, el ciclo ha dado dos o tres vueltas más de lo mismo. ¿Cuánta inteligencia o terquedad, se necesita para tropezar infinitas veces con la misma piedra? No lo sé, pero la situación se empieza a tornar deprimente, deprimente porque empezamos a acostumbrarnos a trabajar de esa forma.   Igual a como nos hemos acostumbrado a comprar agua potable, o a recoger en casa para bañarnos.  La calidad de vida del panameño se ha degradado tan rápido, que no nos han dejado opción de analizar globalmente ¿Qué está pasando?  Todo ha venido de golpe, y todo junto: Saneamiento de la Bahía, reparación de las calles, Metro, soterramiento de cables, impresora fiscal, aumento del ITBMS, cambio de un sistema de transporte por otro de muy dudosa efectividad, alza en el costo de la vida, degradación del agua, escándalos de corrupción a nivel nacional e internacional, represión en masa, bacterias súper-resistentes, confrontación, degradación de la política panameña (tránsfugas y vendidos), migración masiva de extranjeros, deterioro de la seguridad pública,  vulgaridad, agresión, persecución, metidas de pata al por mayor etc.


La metodología es tan sencilla como repetitiva.  El gobierno implanta algún tipo de ley u ordenanza que crea inconformidad masiva.  El pueblo se levanta, luego viene el esquema represivo, que arrastra muertos y heridos, en su mayoría puestos por el lado más débil de la balanza, el pueblo.  Aún así, el gobierno termina retrocediendo y tiene que declarar “un diálogo” cuando las cosas se le salen de la mano o alcanzan eco internacional.  Una vez establecidos los diálogos, las partes involucradas entran en una  segunda fase de lucha.  Luego, entre dilaciones y protestas reiterativas subyacentes, todo se va perdiendo en el olvido popular.  Finalmente, “algo” se quiebra en el transcurso de los acontecimientos, y nadie sale ganando.  No pocas veces, declarándose al final de los acontecimientos un empate pírrico, que ni justifica a los muertos, ni a los ciegos, ni a los heridos.  E inclusive, aún sin ley de por medio, por cualquier eventualidad explota una confrontación social pueblo-gobierno.  Esto, más que progreso, cambio, desarrollo o como quiera llamársele, se asemeja a la situación conyugal previa al divorcio.  Situación en la que ambos cónyuges no se soportan y pelean por cualquier cosa, leve o grave.  Suena ridículo, pero es lo que más se aproxima a nuestra realidad nacional.  Entre tanto y tanto, no dejo de preguntarme qué ganamos de esta lucha innecesaria.  Al gobierno le falta bastante madurez y mucha menos hambre, si tan siquiera pudieran  entender que, pese a tener todo “el mando”, siguen estando en minoría…nos harían a todos (a nosotros y a ellos mismos) la vida menos insufrible.  Al pueblo le falta entender definitivamente por quién, o por quiénes votan cada cinco años.   


Hace algún tiempo se decía por estos lares que el panameño no da mantenimiento a las cosas, sino que prefiere simplemente adquirir nuevos ejemplares, desechando los anteriores. ¿Será que tal concepto lo hemos venido aplicando a la política cada cinco años? Éste gobierno ha sufrido la oposición más cruda de la nueva democracia, curiosamente, el gobierno que subió con mayores expectativas y aprecio popular.  Curiosamente, a este gobierno lo han adversado las masas en su extracto más popular, como a ningún otro que yo recuerde. De cualquier forma, las últimas manifestaciones populares me han hecho pensar que tal vez estemos renaciendo a una época más solidaria entre los panameños.  Sería bastante sano que empezáramos a ser un poco más preventivos, socialmente hablando.  Y que esto no sólo se trate de la reacción “inmunológica” del sistema, ante una nueva forma de gobierno.


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