MASLEIDOS

lunes, 7 de enero de 2013

Gobierno al tanteo


Ayer voy a comprar libra y media de carne al supermercado, cuyo nombre he de reservarme.  Me sorprende el despachador, con una porción paupérrima, dentro de un paquete transluciente en sangre. Pregunto yo para mis adentros, ¿Esto es libra y media?...leo la etiqueta, en kilogramos.  ¡Lástima que no tuve una pesa a mano!, pero todo me dijo que quizás en “el redondeo” nos estén quitando.  Y digo “redondeo” por suscribir todo lo que implica el proceso en sí, la calibración de la pesa etc.  Algo similar pasó con el pan, cuando empezaron a pesarlo.  Ahora voy a cualquier panadería, y el acto es meramente protocolar.  Pesan el pan muy rápidamente, antes de cobrar. ¿Ha mejorado la calidad del pan, paga uno por lo que pesa? ¡No tengo la menor idea!, pero me queda esa sensación vacua de que me estafaron.
¿Son inventos de este gobierno, o de otros anteriores? No sé, algunos dicen que sí, otros que no, lo cierto es que tengo la sensación de que estas pequeñas “innovaciones” perjudican directamente al consumidor. ¿Cuál es el rejuego comercial, qué ganan las empresas, quién podrá resolvernos?  Todo es un terrible misterio en este país. Se inventan leyes, como la de colisiones menores, las refutan, las mejoran, vuelven y las sacan, vuelven y las quitan, las mejoran, vuelven y las sacan.  Finalmente, ¿Ha hecho caso la gente a esto? ¿Han hecho caso las autoridades a esto?...cada día veo más choques menores, igual que antes, a la espera at infinitum de un guardia.  También está lo de la multa por no portar la factura, ¿En qué ha quedado eso, quién nos dice si ha servido de algo?, aparte de incomodar al usuario.  Y si nos movemos un poco más allá, ¿En qué quedó la rimbombante transformación curricular?


Estamos en un marasmo, en un tranque existencial muy similar al vehicular.  El gobierno dijo que iba a mejorar nuestra calidad de vida, e insiste que lo ha hecho, pero, aparte del metro, nada parece estar progresando.  Todo eso sin contar los choques dramáticos con la ciudadanía, por leyes nefastas, escándalos de corrupción etc. ¿Han mejorado nuestra calidad de vida, a punta de subsidios ajenos (que ni propios, algunos de ellos)? ¿Dónde ha quedado la iniciativa de nuestro gobierno, la capacidad de gestión, de promoción (no así de “veta”) nacional?.  Me siento engañado, como si la realidad nacional se hubiera convertido en un saco de publicidad engañosa.  Sin embargo, la realidad golpea de otra forma, y por todos lados, creando un espectro demasiado denso de insatisfacción civil.  Y siento que nuestras autoridades se han vuelto más propaganda que efectividad.  Todo quedó en promesa, y la promesa se las llevó…¿El agua?  Porque ahora gasto más en agua, inclusive, dado que tengo que estar comprando estos garrafones, casi treinta dólares al mes más allá del cobro del IDAAN.



Y mejor no mencionar el novedoso y estrambótico sistema de transporte, que desplazaría a los diablos rojos.  Trajeron los buses antes de construir las paradas.  No se ha visto una transición ordenada en el proceso, sino que, peor aún, se han proliferado los diablos rojos, como si fueran hongo. Es decir, poco a poco, con estos inventos, so excusa del “progreso”, nos han desmejorado la vida.  Es decir, en lugar de mejorarnos efectiva e integralmente la vida, nos han forzado a tenernos que adaptar a nuevas inconformidades, tranques peores, la vida más cara, problemas del agua, del aseo, seguridad pública casi inoperante, más bien represiva.  E insisten en el asunto del “progreso”, que el hombre pasa y las obras quedan…más bla, bla, bla demagógico.  A nadie engañan, porque ha sido demasiado sacrificio para este pueblo, que ha puesto cuota de muertos.  Un sistema de transporte nuevo, que vino a empeorarlo todo, el costo de la vida disparado y un cerro de autoridades que se comportan como tapa huecos, emparchadores de calles, gobierno al tanteo. ¿Esa actitud es la que llamamos desarrollo, progreso, o sólo construir obras y martirizar a los ciudadanos entres sueños de grandeza?

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