MASLEIDOS

miércoles, 8 de mayo de 2013

Crecimiento a lo loco


La tragedia del metro bus se reduce a la falta de autoridad, como gran parte de los problemas en que nos asfixia el gobierno.  Sin confundir autoridad con represión, persecución e insultos.  El gobierno ha traído “nuevas soluciones” que sirven de poco, porque no ejercen la autoridad.  Los anteriores creaban comisiones inútiles, pero éste importa onerosas soluciones que agravan los problemas.  El “cambio” ha aumentado la deuda y el desgaste ciudadano.  Soluciones de pacotilla, y en el fondo…falta de autoridad. ¿Acaso un país en el que las autoridades sólo existen de nombre, puede progresar?  Sin embargo,   el problema que tiene el gobierno, es que no pueden ejercer autoridad porque ni siquiera dan el ejemplo.  En consecuencia, me preocupa a dónde puede llevarnos un crecimiento a lo loco.  La falta de supervisión del actual gobierno nos ha agravado el problema del agua, aseo, tránsito,  transporte, electricidad y ahora contaminación aérea (la quema de Cerro Patacón).  Fuera del absurdo encarecimiento de la vida en general (que anula cualquier mejora económica que hubiéramos podido tener) los útiles de primera necesidad y canasta básica.  El resto de los problemas se derivan, entre otras cosas,  por falta de supervisión, por falta de autoridad.  Mientras el gobierno se dedica a corretear  ciudadanos que supuestamente “evaden el pago de impuestos”, empresas extranjeras maltratan impunemente al nacional, casi sin supervisión.  Por mencionar dos de los casos más recientes de falta de supervisión: Metro Bus y Cerro Patacón. ¿Dónde quedó el gobierno? Será que se preocuparon más del “Very Happy”, que de las paradas, frecuencia, unidades, recarga etc. 



¿Cómo es posible que por un proceso legal, aquella empresa (para colmos, dirigida por extranjeros) secuestre a la Federación Panameña de Fútbol? ¿Dónde estaban los directivos y responsables de la federación?  ¿En medio del crecimiento futbolístico que ha tenido el país, con mejores jugadores, mejor equipo, mejor fútbol nos pasa esto?...eso también se llama crecimiento a lo loco. ¿Cómo es posible que los obreros  de la construcción queden dirigiendo el tránsito en Punta Pacífica y otros lares? Falta de autoridad, falta de supervisión, falta de mediación.  ¿Cómo es posible que se construya un metro, y no se contemple el gasto energético, peor aún, en medio de una crisis de energía?.  Me extraña que para ser un gobierno de corte empresarial y privado, tengan tan pobre capacidad mediadora y liderazgo. ¿En qué han fijado sus intereses nuestras autoridades, que ni siquiera supervisan sus propias obras?... ¿A dónde nos llevará mucho crecimiento y poca supervisión?  Es como el adolescente que crece sin dirección, ni formación parental (no sólo gritos, correazos y castigos) Es como si viajara en un tren a toda velocidad, dirigido por alguien que no está en sus cinco sentidos todo el tiempo, o que  no está.  Y precisamente, esa sensación de “no estar” la ha manifestado el gobierno en las últimas y peores crisis nacionales.  Dando apenas tardíos y escuetos comunicados (no pocas veces amenazantes) por las redes sociales.  Sin manifestarse certera, ni efectivamente en cada momento.  Falta de liderazgo, sin confundir el término liderazgo con popularidad.  Son dos cosas que, aunque se mastiquen igual, se digieren diferentes.  La popularidad  con la que llegó  “el cambio”, ahora se ha transformado en su peor indigestión.  Necesitan liderazgo, pero no hay liderazgo sin autoridad.  La autoridad no se importa, ni se compra, ni se genera nominalmente creando “Autoridades para esto” “Autoridades para aquello” “Autoridades para lo otro”, agravando muchos de los problemas que ya teníamos, entre ellos el costo de la vida, agua, aseo, seguridad, salud, transporte y educación (con todo y la beca). 



Hay algo que el actual gobierno parece no entender (ni tener) que es fundamental en el ejercicio de la autoridad.  Me refiero al orden y la disciplina.  Desde que “el cambio se instauró en Panamá”, ha hecho derroche y alarde de tremenda torpeza, indisciplina, mamarrachada, desparpajo, informalidad, vulgaridad y chabacanería.  Todo esto con el beneplácito presidencial, recalcando que “en su gobierno se podía meter la pata, pero no la mano”...  El ejercicio de la autoridad requiere respeto propio (del gobierno para consigo mismo) porque si no te respetas a ti mismo, por más que persigas, intimides o reprimas, nadie más te va a respetar.  De tu propia actitud nace el respeto (entendiendo que el terror y el miedo tampoco son sinónimos de respeto) Para ejercer la autoridad, hay que practicar el respeto para con uno mismo, y para con los demás.  Un gobierno que no resuelve, hace todo en desorden, irrespeta al pueblo (recordando su triste relación con los medios de comunicación) y que encima no se respeta a sí mismo (recordando los casos de exhibicionismo público local e internacionalmente) jamás tendrá el respeto de su población, jamás podrá ejercer la autoridad, o cualquier forma de supervisión, y mucho menos liderazgo.  Porque, reitero,  la autoridad  nace naturalmente del ejemplo y la actitud (orden y respeto) para con uno mismo y para con los demás.

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