La
tragedia del metro bus se reduce a la falta de autoridad, como gran parte de
los problemas en que nos asfixia el gobierno.
Sin confundir autoridad con represión, persecución e insultos. El gobierno ha traído “nuevas soluciones” que
sirven de poco, porque no ejercen la autoridad.
Los anteriores creaban comisiones inútiles, pero éste importa onerosas soluciones
que agravan los problemas. El “cambio”
ha aumentado la deuda y el desgaste ciudadano.
Soluciones de pacotilla, y en el fondo…falta de autoridad. ¿Acaso un
país en el que las autoridades sólo existen de nombre, puede progresar? Sin embargo, el problema que tiene el gobierno, es que no
pueden ejercer autoridad porque ni siquiera dan el ejemplo. En consecuencia, me preocupa a dónde puede
llevarnos un crecimiento a lo loco. La
falta de supervisión del actual gobierno nos ha agravado el problema del agua,
aseo, tránsito, transporte, electricidad
y ahora contaminación aérea (la quema de Cerro Patacón). Fuera del absurdo encarecimiento de la vida
en general (que anula cualquier mejora económica que hubiéramos podido tener)
los útiles de primera necesidad y canasta básica. El resto de los problemas se derivan, entre
otras cosas, por falta de supervisión,
por falta de autoridad. Mientras el
gobierno se dedica a corretear ciudadanos que supuestamente “evaden el pago
de impuestos”, empresas extranjeras maltratan impunemente al nacional, casi sin
supervisión. Por mencionar dos de los
casos más recientes de falta de supervisión: Metro Bus y Cerro Patacón. ¿Dónde
quedó el gobierno? Será que se preocuparon más del “Very Happy”, que de las
paradas, frecuencia, unidades, recarga etc.
¿Cómo
es posible que por un proceso legal, aquella empresa (para colmos, dirigida por
extranjeros) secuestre a la Federación Panameña de Fútbol? ¿Dónde estaban los
directivos y responsables de la federación?
¿En medio del crecimiento futbolístico que ha tenido el país, con mejores
jugadores, mejor equipo, mejor fútbol nos pasa esto?...eso también se llama
crecimiento a lo loco. ¿Cómo es posible que los obreros de la construcción queden dirigiendo el
tránsito en Punta Pacífica y otros lares? Falta de autoridad, falta de
supervisión, falta de mediación. ¿Cómo
es posible que se construya un metro, y no se contemple el gasto energético,
peor aún, en medio de una crisis de energía?.
Me extraña que para ser un gobierno de corte empresarial y privado,
tengan tan pobre capacidad mediadora y liderazgo. ¿En qué han fijado sus
intereses nuestras autoridades, que ni siquiera supervisan sus propias obras?...
¿A dónde nos llevará mucho crecimiento y poca supervisión? Es como el adolescente que crece sin dirección,
ni formación parental (no sólo gritos, correazos y castigos) Es como si viajara
en un tren a toda velocidad, dirigido por alguien que no está en sus cinco
sentidos todo el tiempo, o que no
está. Y precisamente, esa sensación de “no
estar” la ha manifestado el gobierno en las últimas y peores crisis
nacionales. Dando apenas tardíos y escuetos
comunicados (no pocas veces amenazantes) por las redes sociales. Sin manifestarse certera, ni efectivamente en
cada momento. Falta de liderazgo, sin
confundir el término liderazgo con popularidad.
Son dos cosas que, aunque se mastiquen igual, se digieren diferentes. La popularidad con la que llegó “el cambio”, ahora se ha transformado en su
peor indigestión. Necesitan liderazgo, pero
no hay liderazgo sin autoridad. La
autoridad no se importa, ni se compra, ni se genera nominalmente creando
“Autoridades para esto” “Autoridades para aquello” “Autoridades para lo otro”,
agravando muchos de los problemas que ya teníamos, entre ellos el costo de la
vida, agua, aseo, seguridad, salud, transporte y educación (con todo y la beca).
Hay
algo que el actual gobierno parece no entender (ni tener) que es fundamental en
el ejercicio de la autoridad. Me refiero
al orden y la disciplina. Desde que “el
cambio se instauró en Panamá”, ha hecho derroche y alarde de tremenda torpeza,
indisciplina, mamarrachada, desparpajo, informalidad, vulgaridad y
chabacanería. Todo esto con el
beneplácito presidencial, recalcando que “en su gobierno se podía meter la
pata, pero no la mano”... El ejercicio
de la autoridad requiere respeto propio (del gobierno para consigo mismo)
porque si no te respetas a ti mismo, por más que persigas, intimides o
reprimas, nadie más te va a respetar. De
tu propia actitud nace el respeto (entendiendo que el terror y el miedo tampoco
son sinónimos de respeto) Para ejercer la autoridad, hay que practicar el
respeto para con uno mismo, y para con los demás. Un gobierno que no resuelve, hace todo en
desorden, irrespeta al pueblo (recordando su triste relación con los medios de
comunicación) y que encima no se respeta a sí mismo (recordando los casos de exhibicionismo
público local e internacionalmente) jamás tendrá el respeto de su población,
jamás podrá ejercer la autoridad, o cualquier forma de supervisión, y mucho
menos liderazgo. Porque, reitero, la autoridad nace naturalmente del ejemplo y la actitud
(orden y respeto) para con uno mismo y para con los demás.
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